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Después de la sacudida de EE.UU.

Después de la sacudida de EE.UU.

Desde la llegada de la nueva Administración republicana a EE.UU. ha habido cambios repentinos tanto en materia de política interna como internacional con un gran aumento de la incertidumbre. De puertas adentro, destacan la afirmación del predominio del ejecutivo sobre el poder judicial y el legislativo, el control de la inmigración con mano de hierro, el proteccionismo comercial y el intento de reindustrialización. De puertas afuera, se afirman los intereses de EE.UU., pasando por encima de cualquier institución multilateral, con amenazas de represalias económicas con aranceles o con medidas financieras ligadas al dominio global del dólar.

Las amenazas se proclaman y retiran con gran facilidad, lo que crea desconcierto, y por eso los mercados financieros no se las creen demasiado. El personalismo de la presidencia hace que los propios secretarios (ministros) del Gobierno no sepan nunca qué va a pasar,­ ni si van a ser desautorizados por un mensaje del presidente en redes. La cuestión es qué quedará después del ruido y la incertidumbre generada.

WILL OLIVER / EFE

Después de varias conversaciones al otro lado del Atlántico capto dos visiones diferenciadas. Según la primera, más optimista, el sistema de separación de poderes aguanta, los pesos y contrapesos (checks and balances) operan y ponen límites al poder presidencial. Así podrían quedar limitadas medidas para regular el comercio internacional, invocadas por el supuesto peligro de una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional, política exterior o economía según la ley de Poderes Económicos para Emergencias Interna­cionales de 1977, base para imponer aranceles unilateralmente. La Administración obedecería las restricciones puestas por los tribunales.

En la segunda visión, el sistema se transforma en una democracia iliberal con preeminencia total del ejecutivo y uso del ejército para mantener el orden interno. Pase lo que pase, ¿podemos adivinar las tendencias de fondo que seguirán aunque eventualmente haya una victoria demócrata?

En las relaciones internacionales, la desconfianza mutua entre países y la falta de credibilidad de los acuerdos suscritos por EE.UU. se mantendrán. No sería de extrañar una carrera para conseguir la bomba atómica para asegurar la soberanía de varios países (por ejemplo, Irán como hizo Corea del Norte), o Corea del Sur o Japón como estrategia defensiva cuando el paraguas norteamericano está en duda.

Se mantendrán el proteccionismo y los aranceles, también el control de la inmigración

Un indicador de la desconfianza es el aumento de la demanda de oro (que ha sobrepasado el euro como segunda reserva de divisa de los bancos centrales) y que se ha planteado en Alemania e Italia (segundo y tercer tenedor de reservas de oro en el mundo con un tercio en custodia en EE.UU.) repatriar parte de las reservas depositadas en la Fed de Nueva York. No sea que esas reservas sean reclamadas por la Administración de EE.UU. como garantía para asegurar la defensa de Europa o el flujo de dólares en caso de necesidad en una crisis financiera (como en la gran crisis del 2008).

El proteccionismo y los aranceles están también para quedarse, quizá modulados. El presidente Biden no quitó los aranceles a China, por ejemplo, y ya estableció una política industrial nacionalista. También permanecerá el control de la inmigración sin papeles, quizá con otras formas pero en continuidad desde Obama.

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People attend Computex 2025 at Nangang Exhibition Center in Taipei on May 20, 2025. (Photo by I-Hwa Cheng / AFP)

Las restricciones en la finan­ciación de las grandes universidades, como los impuestos introducidos a sus dotaciones (endowments) y el porcentaje que la universidad se queda de las becas de investigación federales (del 60% al 15%) se mantendrán. La percepción es que universidades con muchos recursos cobran matrículas muy altas a sus estudiantes y siguen la lógica del beneficio acumulando grandes subsidios públicos, mientras hacen crecer enormemente su capital. También continuarán probablemente restricciones a alumnos extranjeros, sobre todo de países que se consideran competidores tecnológicos.

Finalmente, seguirá la falta de control del déficit y el aumento de la deuda. Parece estructural en el proceso político interno. Donde posiblemente se verán cambios dependiendo de la administración será en la lucha contra el cambio climático y en las políticas identitarias sobre diversidad e inclusión que se moderarían en una futura administración demócrata.

lavanguardia

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