El duraznillo, el cactus que todo el mundo quiere en su jardín

* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
En el jardín de las clarisas de Vilobí d'Onyar, en la comarca de La Selva, lucen en esta época del año las bonitas flores del duraznillo blanco, cuyo fruto no es comestible. Pero este cactus, muy común en las Canarias, incluso ya asilvestrado, es cada vez más plantado por su belleza en todo el país.
Tiene varios nombres, como nopal blanco, duraznillo rojo o xoconostle amarillo (Opuntia leucotricha) y es una especie invasora en nuestro país, pero eso no ha evitado su extensión y uso como planta de adorno.
Este cactus llega a una altura de 1,5-2 metros, aunque hay ejemplares en México, en su medio natural, que llegan hasta los 5 metros. En esta serie de imágenes en esta edición del FotoFlash de Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia podemos apreciar en detalle la belleza de sus flores.
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