El presupuesto del Hospital Garrahan aumentó en 2024, pero se mantiene congelado desde diciembre
Los fríos números de la ejecución del presupuesto confirman lo que los trabajadores del Hospital Garrahan denuncian a viva voz en el conflicto salarial que mantienen con el Gobierno: el financiamiento del nosocomio está congelado desde diciembre del año pasado. Si bien a lo largo de 2024 se le asignó un aumento del 241% -como afirma el Ministerio de Salud-, lo cierto es que en estos primeros cinco meses de este año no recibió refuerzo alguno, lo que en los hechos implica una caída en su presupuesto en términos reales por efecto de la inflación.
Una situación similar atraviesan los cinco hospitales nacionales cuyo funcionamiento depende íntegramente del presupuesto del Estado. Se trata de los hospitales Posadas; Bonaparte; Ramón R. Carrillo; Baldomero Sommer y el Instituto Nacional de Rehabilitación Dr. Tesone. Todos ellos también tienen los respectivos presupuestos congelados desde el 31 de diciembre pasado, con el agravante de que sus fondos presentan una subejecución que ronda entre el 25 y el 35%, muy por debajo del 43% de ejecución promedio que presenta el gasto en general a esta altura del año.
Por contrapartida, el Hospital Garrahan, cuyo presupuesto depende en un 80% de lo que le transfiere la Nación y el 20% restante del gobierno de la ciudad, ya lleva ejecutado el 53% de sus fondos, que hoy totalizan $169.445 millones. A este ritmo no le alcanzarán los fondos para llegar a fin de año. Según un informe del economista Hernán Letcher, el presupuesto del hospital Garrahan debería ascender a $241.044 millones si se hubiese actualizado por inflación.
Lo sugestivo del caso es que el Ministerio de Economía había previsto para este año más recursos para el nosocomio; así lo confirma en el presupuesto 2025 que envió al Congreso pero que nunca tuvo sanción. Allí contemplaba una partida de $190.500 millones, un monto mucho más módico del que hubiese sido actualizado por inflación, pero al menos implicaba una suba del 12,4%.
El interrogante que se abre, entonces, es por qué el Ministerio de Economía no desembolsó un solo peso de refuerzo al hospital en estos cinco meses cuando, en rigor, tenía previsto destinarle más fondos este año. Este diario consultó a los voceros del Ministerio de Salud, que conduce Mario Lugones, pero explicaron que no podían dar una respuesta para el cierre de esta edición.
El presupuesto 2025 finalmente no se aprobó en el Congreso por decisión del oficialismo, que clausuró el debate legislativo cuando finalizó el período ordinario de sesiones. Fue una decisión política deliberada: el 31 de diciembre el Gobierno, en un hecho institucional inédito, prorrogó por segunda vez consecutiva el presupuesto anterior y congeló las partidas de todos los ministerios y sus distintos programas. Estaba claro su objetivo, similar a la de gobiernos anteriores, de tener mayor discrecionalidad en la asignación de los recursos públicos por medio de decretos presidenciales.
Las consecuencias políticas y sociales de esta decisión de no tener ley de presupuesto se observan, palmarias, en el conflicto con los trabajadores del Hospital Garrahan. Conflicto que alcanzó su pico de tensión con el paro de actividades que llevan adelante sus médicos residentes, que denuncian salarios insuficientes de $797.061 por jornadas laborales que superan las 60 horas semanales.
Si bien el Gobierno hizo trascender que en las próximas horas podría anunciar un aumento salarial para los médicos residentes, al mismo tiempo advirtió que, si el conflicto continúa, se aplicarán sanciones conforme al régimen del empleo público. Esto implicaría el descuento por los días no trabajados y, ante cinco faltas injustificadas, la desafectación automática. En el caso de los residentes, las ausencias reiteradas podrían implicar la pérdida o desaprobación de la residencia, lo que extendería su formación profesional.
El presidente Javier Milei abonó el clima de tensión cuando anteayer insistió en que el problema del Hospital Garrahan es la desproporción de empleados administrativos que allí trabajan –que le quitan recursos al nosocomio, dijo-, y acusó al kirchnerismo por esta situación.
“El Garrahan tiene 953 empleados administrativos y sólo 478 médicos de planta. Prácticamente 2 empleados administrativos por cada médico”, había asegurado el vocero presidencial, Manuel Adorni, cuando estalló el conflicto.
Los datos del Gobierno, empero, no corresponden con la información oficial del propio hospital. Según un informe que realizó el portal Chequeado sobre datos del anuario 2024 de información estadística, el nosocomio tiene 4728 trabajadores de planta, de los cuales el 68% reviste en el nivel asistencial, esto es, están en contacto diariamente con los pacientes. El personal administrativo está compuesto por 473 personas, no 953 como dijo Adorni, señala Chequeado.
No solo el Hospital Garrahan atraviesa dificultades presupuestarias; los cinco hospitales que dependen del Estado nacional también tienen sus fondos congelados desde diciembre pasado y una desactualización por inflación desde 2023. Así lo detalla el informe de Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en el que indica el grado de ejecución de dichos fondos al 25 de mayo último.
Ellos son:
La crítica situación presupuestaria de los hospitales nacionales será tema a abordar el próximo martes en la Comisión de Salud que preside Pablo Yedlin (Unión por la Patria), y no es de descartar que se lleve al recinto al día siguiente. En función del conflicto en el Hospital Garrahan, el legislador presentó un proyecto para declarar la emergencia sanitaria pediátrica en todo el país.

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