Hombre entra a la fila virtual de Bad Bunny y emerge 10 años después con nietos y posgrado

Estadio para acampar.– Un joven que se metió a la fila virtual para adquirir boletos del concierto de Bad Bunny terminó saliendo una década después, ya con su doctorado en filosofía, tres nietos y un dolor crónico en la cadera.

Lo que parecía una inocente intención de comprar tickets para ver al reguetonero se convirtió en una odisea infranqueable al darse cuenta de que había quedado detrás de media población nacional, sin una fecha aproximada para que le llegara el turno.

puse a todos mis amigos a que hagan la fila virtual de bad bunny por mi y a todos les dice MÁS DE UNA HORA DIOSSSSSS pic.twitter.com/jW0MKfF4lQ

— dani 🤎 (@szn_dani) May 13, 2025

Y eso que, según él, se “formó” a la hora recomendada, pero aún así le tocó el lugar 947,326, con un tiempo estimado de espera de 5 años, 2 meses y 23 días.

Bad Bunny ha hecho a muchos envejecer de manera acelerada

“El sitio me dijo: ‘Eres el número 947,326 en la fila’. Me reí. Luego lloré. Luego envejecí”, explicó el individuo, quien solo quería los boletos para revenderlos y sacar para un coche.

Durante su tiempo en la fila, el iluso logró entrar y salir de la universidad, se divorció luego de un matrimonio de 28 años, vio a sus hijos crecer y tener sus propios hijos, y hasta terminó de pagar su crédito Infonavit. Pero nomás no consiguió entradas.

“La fila avanza lentamente para garantizar una experiencia justa y traumáticamente inolvidable para todos los usuarios. No se admiten devoluciones ni procesos legales por envejecimiento acelerado”, aclaraba el sitio cada seis meses para que los usuarios no se desesperaran.

Yo después de ver el lugar tan culero que me tocó en la fila virtual para la preventa de Bad Bunny pic.twitter.com/dFkUJuvCau

— Juanka Sánchez (@JuankaSanchez_) May 12, 2025

Al salir de la fila, el hombre se topó con un mundo completamente diferente: Bad Bunny ya no canta, sino que es el Secretario General de la ONU, y sus canciones son estudiadas en clases de literatura comparada. Además, Ticketmaster ahora solo existe como criptomoneda fallida, y los conciertos al aire libre fueron prohibidos por el bondadoso Emperador Intergaláctico.

Y para estar al día: resurgió un video de José Ramón Fernández sacando un polvito mágico en plena programa en vivo.

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