La historia del misterioso Seat 600 junto a la Moncloa: lleva aparcado en el mismo lugar desde hace 50 años

La A-6 (Autovía del Noroeste) es una de las carreteras más transitadas de toda España, y es que por esta vía que une la ciudad de Madrid con la urbe de A Coruña circulan miles de conductores al día. Los que hayan pasado por ella en dirección a la capital de España, a muy poca distancia del Palacio de la Moncloa, es probable que hayan visto algo muy curioso que les haya llamado la atención: un Fiat 600 de la década de los 70.
Además, los que circulen cerca de la residencia del presidente del Gobierno de manera asidua quizás hayan vivido un déjà vu, ya que siempre habrán visto a esa reliquia automovilística estacionada en el aparcamiento de la Facultad de Estudios Estadísticos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). La realidad es que el coche lleva aparcado en ese mismo punto durante los últimos 60 años, y su historia es muy curiosa a la par que apasionante.

Tal y como indica Tribuna Complutense, la publicación institucional de la UCM, todo se remonta al año 1958, cuando Víctor Gómez y su mujer Petra de la Cruz llegaron a Madrid procedentes de un pueblo de Toledo, Las Ventas con Peña Aguilera, y él consiguió trabajo como guarda del por aquel entonces Institución de Formación del Profesorado de Enseñanza Laboral, que además incluía una vivienda cercana.
A pesar de que el centro se trasladó a la propia ciudad y de que el arquitecto Miguel Frisac erigió a finales de los 60 la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, el conserje conservó su trabajo (y su casa) como conserje, lo que le permitió seguir viviendo en la zona y ahorrar para comprarse un coche, algo que hizo en 1972: su elección fue el Seat 600, el automóvil por excelencia de España en aquella época.

Ese mítico modelo se convirtió en el coche familiar, tal y como explica en el medio institucional Paco, el mediano de los tres hijos que tuvo el matrimonio y que además de sustituir a su padre como conserje, sigue viviendo con su madre en la casa cercana al centro universitario. Víctor cuidó al Seat como a otro hijo más durante toda su vida, incluso cuando ya no podía ponerse al volante, hasta que falleció en el año 2011.
A pesar de que estuvo durante un tiempo casi en estado de abandono, los hijos de Víctor decidieron restaurarlo como homenaje a su padre y lo llevaron a un taller de Villanueva del Pardillo para que le devolviera el esplendor con el que el antiguo guarda lo condujo por toda España. Desde entonces, el Seat 600 sigue aparcado en el párking de la facultad, de la cual se ha convertido ya en todo un símbolo.
Como Paco sigue viviendo en la casa familiar junto a la Facultad de Estudios Estadísticos, reconoce en Tribuna Complutense que recorre algunos kilómetros con el coche durante los fines de semana. Además, confiesa que el coche no está en venta, aunque a lo largo de los años ha recibido multitud de ofertas debido a la curiosidad que despierta.
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