La infinita crueldad de Hamas
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Indignación, estupor y rabia son algunos de los sentimientos que millones de ciudadanos de todo el mundo pusieron de manifiesto al ver la nueva puesta en escena que desplegó el grupo terrorista Hamas para la entrega de los cuerpos de cuatro rehenes del brutal y despiadado ataque del 7 de octubre de 2023. Es la primera vez desde su ataque a Israel, que los terroristas devuelven a fallecidos, un giro sombrío que aleja a Israel de la acostumbrada alegría de excautivos regresando a casa con vida.
La cruel ceremonia se realizó frente a una multitud de civiles y terroristas palestinos armados, reunidos alrededor del escenario. Los cuatro ataúdes negros cerrados, identificados con foto de los fallecidos, se ubicaron sobre una plataforma. Como fondo, una foto gigante del premier israelí, Benjamín Netanyahu, dibujado como un vampiro con sangre entre los dientes y la leyenda en árabe, hebreo e inglés: “El criminal de guerra Netanyahu y su ejército nazi los asesinaron con misiles de sus aviones de guerra.”
La horrorosa escena provocó reacciones en Israel y en todo el mundo. El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, dijo que el acto organizado por los terroristas violó el derecho internacional humanitario. Toda entrega de restos mortales debe cumplir la prohibición de tratos crueles, inhumanos o degradantes, garantizando el respeto de la dignidad de los fallecidos y sus familias. En este caso se trató de un acto de propaganda cruel e inadmisible, como bien definió la ONU.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reiteró su petición para que la entrega de rehenes y cuerpos se hiciera con privacidad y dignidad. “Debemos ser claros: cualquier trato degradante durante las operaciones de liberación es inaceptable”, sostuvo con firmeza el CICR. Resulta absolutamente repudiable la exhibición de los ataúdes como si se tratara de trofeos de guerra.
Los terroristas de Hamas aseguraron que los cuatro féretros contenían los cuerpos de Oded Lifshitz, de 83 años, y de Shiri Bibas y sus dos hijos, Ariel, de 4 años, y Kfir, de 9 meses. Los forenses israelíes expusieron el macabro engaño al confirmar las identidades del hombre y la de los hermanos Bibas, pero no así la de la madre. Tuvieron que pasar casi 24 horas para que Hamas enviara un nuevo cuerpo que sí resultó ser el de Shiri Bibas.
Tanto la madre como los pequeños fueron sacados por la fuerza del kibutz donde vivían, como quedó registrado en un video en el que su madre desesperada los sostiene en brazos. El padre, recientemente liberado, creyó que ellos habían quedado ocultos y a salvo. Dijeron que los niños habían muerto a causa de los bombardeos provenientes de Israel. Los exámenes forenses probaron que habían sido estrangulados y posteriormente mutilados para hacer verosímil la versión de los terroristas. Se los llevaron vivos, los devolvieron en féretros.
Hamás ha revelado, una vez más, su verdadera naturaleza criminal. Su odio y negativa a la paz había quedado nuevamente demostrada en el violento atentado de octubre de 2023 cuando los terroristas no dudaron en matar, decapitar, mutilar, violar y quemar vivos a más de mil pobladores del sur de Israel.
El sábado último los terroristas pusieron en libertad a seis ciudadanos israelíes que permanecían cautivos en Gaza, culminando así la primera fase de un frágil acuerdo de cese al fuego, no sin antes realizar un acto calculado de tortura psicológica, obligando a dos rehenes a presenciar la liberación de israelíes del último grupo liberado, generando un repudio generalizado.
Nos encontramos frente a una organización terrorista que mantiene sometida a la población palestina y bajo una constante amenaza a la israelí. Mientras tengan como objetivo eliminar al pueblo israelí como pregonan, Israel seguirá haciendo uso de su poderío militar para defenderse. En un mundo cansado de guerras, con todas sus terribles consecuencias, es tiempo de que la racionalidad pueda superar el fanatismo para aplacar pasiones cuya intensidad ha ahogado los esfuerzos de una paz duradera en la región.
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