Paulina-Colate: ¿Guerra eterna o negocio millonario con Andrea Nicolás de rehén?

La telenovela judicial protagonizada por Paulina Rubio y Nicolás Vallejo-Nágera, «Colate», suma un nuevo y escabroso capítulo. Con su hijo Andrea Nicolás en el epicentro, las acusaciones de presunto maltrato y hasta uso de sustancias vuelan como misiles. En MASCHISME.com, descorremos el velo para analizar si detrás del drama hay genuina preocupación parental o una fría estrategia para exprimir hasta el último centavo.
El circo mediático que rodea a la «Chica Dorada» y su exmarido español parece no tener fin. Lo que comenzó como una historia de amor de portada, ha degenerado en una guerra de desgaste que ya dura años, con el pequeño Andrea Nicolás como la principal víctima y, quizás, la más valiosa moneda de cambio.
Las recientes acusaciones de Colate, quien ahora busca la custodia total de su hijo, son de una gravedad alarmante: alega maltrato en el hogar de la cantante y ha llegado a solicitar una evaluación psicológica para Paulina, temiendo un presunto consumo de drogas. Paulina, por su parte, no se queda callada y contraataca, sugiriendo que la única motivación de Colate es el dinero y la publicidad a sus costillas.
Más allá de los titulares escandalosos, es crucial analizar las implicaciones financieras de esta batalla legal perpetua. Cada nueva demanda, cada audiencia en la corte –sea en España o en Miami, donde actualmente se dirime parte del conflicto –, cada equipo de abogados, representa una sangría económica considerable para ambas partes. ¿Quién paga estas facturas? ¿Y hasta qué punto estas estrategias legales están diseñadas no solo para ganar la custodia, sino para agotar financieramente al oponente?
Recordemos que esta no es la primera vez que Andrea Nicolás se ve envuelto en situaciones de alta tensión. Reportes indican que el niño ha mostrado signos de angustia emocional, incluso llanto al no ver a su madre durante un intercambio , y se ha mencionado la necesidad de evaluar su estado emocional debido al conflicto parental.
La propia Paulina Rubio fue enviada a terapia familiar tras una denuncia anterior por presuntamente golpear a su hijo. Estos incidentes no solo tienen un costo emocional para el menor, sino que también alimentan el arsenal legal de la contraparte.
La línea entre la preocupación legítima por el bienestar de un hijo y la manipulación con fines económicos o de control puede ser peligrosamente delgada en estos casos de alto perfil.
Colate alega que el niño es «maltratado» en casa de la cantante. Paulina, en cambio, lo ha acusado de secuestro parental en el pasado. La corte, en un intento por velar por los intereses del menor, ha llegado a asignar abogados independientes para representar exclusivamente al niño.
Es inevitable preguntarse: ¿cuánto de estas acusaciones cruzadas está verdaderamente enfocado en el bienestar de Andrea Nicolás y cuánto es una táctica para obtener una ventaja, ya sea en la custodia, en la pensión alimenticia o simplemente en la opinión pública?
La publicidad generada por cada escándalo también puede ser un activo para figuras públicas cuya relevancia depende, en parte, de mantenerse en el candelero.
La triste realidad es que, en medio de este fuego cruzado de acusaciones y demandas, Andrea Nicolás es quien sufre las consecuencias más directas. La inestabilidad, la exposición mediática y la tensión constante entre sus padres pueden dejar cicatrices profundas.
Mientras Paulina Rubio y Colate continúan su particular «juego de tronos» legal, la pregunta que flota en el aire es si alguna vez considerarán una tregua por el bien de su hijo, o si la guerra es, en sí misma, un negocio demasiado lucrativo –emocional y, para algunos, financieramente– como para detenerla.
El sistema judicial, con sus lentos procesos y la posibilidad de apelaciones constantes, puede convertirse en el escenario perfecto para prolongar estos conflictos indefinidamente. Y mientras los padres litigan, el contador de gastos legales sigue corriendo, y el costo emocional para el niño sigue aumentando.
La Verdad Yucatán