Rebelión en la granja del Congreso

El amasiato que prevalece entre Morena y sus rémoras, léase PVEM y PT, prevalecerá hasta donde la conveniencia y los intereses terminen y, no obstante que el sexenio de la doctora Sheinbaum esté empezando, hay nubarrones de tormenta que ponen en duda la alianza tripartita, sobre todo bajo la lupa de la reforma electoral de la presidenta en torno a la no reelección y el nepotismo.
Los principales opositores a esta reforma no son el PAN, PRI y MC, sino que dentro del oficialismo está el verdadero dique que impide el avance de la reforma en el Congreso, en virtud de los intereses políticos que tienen gobernadores y legisladores morenistas en temas como el nepotismo, ya que algunos de estos vivales piensan heredar sus cargos a familiares, como es el caso del gobernador verde de SLP, Ricardo Gallardo Carmona, quien está preparando todo para que su esposa, Ruth Miriam González, pueda sucederlo.
Conociendo a los verdes y a los petistas, sobre todo de qué pie cojean, terminarán cediendo para que avance la reforma electoral constitucional de la presidenta, a cambio de más canonjías, prebendas y uno que otro cañonazo de billete verde, tal como ha sido costumbre desde que son parásitos del poder o mercenarios acomodaticios. Como usted los quiera nombrar, que para el caso es lo mismo.
El dueño del Partido Verde Ecologista de México, Jorge Emilio González, pretende mantener bajo la franquicia de su partido las gubernaturas de San Luis Potosí y de Quintana Roo al costo que sea, pero obviamente sin pelearse con la presidenta Sheinbaum. En este sentido, seguramente, a la postre tendremos el aval de los verdes a la reforma, quedando una cuenta pendiente a su favor.
Por parte del Partido del Trabajo, las cosas no son diferentes a lo que ocurre con los ecologistas, toda vez que Alberto Anaya vive horas extras políticas por el apoyo de AMLO a su proyecto y, en esta legislatura, al alcanzar una bancada artificial en el Congreso, mediante el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que preside Mónica Soto y los dos “Jelipes”, y con ello, gozar de los privilegios de tener un grupo parlamentario en ambas cámaras compuesto por 55 legisladores, cifra inédita en la historia del PT, que sin el apoyo del tabasqueño y ahora de la doctora, pues ya estaría extinto.
Hay legisladores de esta franquicia que se han reelecto tres veces como diputados federales y, si no fuera por la reforma de Sheinbaum, se mantendrían en el Congreso para toda la vida.
Se habla de que la reforma electoral en cuestión requiere de la mayoría calificada para su aprobación y esta no la tienen los cuatroteros en estos momentos, ya que varios senadores de Morena no están de acuerdo en los alcances de la reforma y por ello piensan ausentarse de la sesión correspondiente y evitar que camine la primera reforma electoral de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Sería la primera rebelión en la granja que tendría que pacificar la jefa y, para ello, ya operan en ambas cámaras legislativas Adán Augusto López y Ricardo Monreal Ávila, aunque no tengan el control total de sus bancadas y menos de los aliados, más en estos momentos que prevalece la inconformidad entre la borregada de senadores y diputados del oficialismo por la soberbia y la proclividad de los dos pastores por sus cuates y por proteger sus intereses por encima de los intereses partidistas y del proyecto político de la 4T.
Hay que recordar que la reforma elimina la reelección consecutiva y ordena que, para postulaciones a cargos de Presidencia de la República, gubernaturas, senadurías, diputaciones federales y estatales, alcaldías y concejales, será requisito no tener o haber tenido en los últimos tres años anteriores al día de la elección un vínculo de matrimonio o concubinato o unión de hecho, o de parentesco por consanguinidad, o civil en línea recta sin limitación de grado y en línea colateral hasta el cuarto grado o de afinidad hasta el segundo grado, con la persona que está ejerciendo la titularidad de un cargo público.
El nepotismo familiar y la reelección, práctica común de los políticos y que se ha acentuado con Morena y rémoras, es la manzana de la discordia que podría terminar con el nefasto amasiato que prevalece entre los tres partidos que conforman el oficialismo y que, está visto, no les interesa el bienestar del pueblo bueno y sabio, sino tan solo seguir mamando de la ubre del poder.
En momentos en que se requiere unidad en torno a la presidenta de México, ante las amenazas extranjeras, los morenistas, verdes y petistas se dan hasta con la cubeta, sin importar hacer mella en la gestión de la mandataria.
elfinanciero