Técnicas extendidas sobre la marimba

Las técnicas extendidas son formas de alterar el sonido natural de los instrumentos musicales. Algunos compositores han introducido bajo la tapa del piano objetos para frotar, pulsar, o percutir directamente sobre las cuerdas, o golpearlas con la mano. Quizá el precursor fue el polaco Frédéric Chopin (1810-1849), quien en su Concierto para piano No. 2 en fa menor, Op. 21 (1829), indica para la sección de cuerdas un Col legno ¿O sea...? O sea “golpéese las cuerdas con la madera del arco.” El francés Erik Satie (1866-1925, en julio será el centenario de su fallecimiento), introdujo hojas de papel entre las cuerdas del piano para la música de su obra Piège de Méduse (La trampa de Medusa, 1913), consiguiendo un sonido singularmente vibratorio. Andando el tiempo otros compositores experimentaron siguiendo a Satie, entre ellos el músico filósofo John Cage (1912-1992). Es autor de Sonatas and interludes (1948) obra excéntrica donde las haya (excéntrico en sentido etimológico, fuera del centro, en este caso, de lo académico). Introdujo clavos y tornillos a la caja de resonancia del piano, creando un sonido totalmente innovador. Cage es el autor de la pieza 4’33’’, tiempo durante el cual la orquesta permanece en completo silencio. (Es imperdible la “interpretación” de la Filarmónica de Berlín, “dirigida” por su titular, el ruso Kirill Petrenko.)
El Kronos Quartet —soundtrack de la cinta 21 gramos—, frecuente usuario de las técnicas extendidas, ha experimentado con el tañido de las cuerdas de sus instrumentos —dos violines, una viola, un violoncello—, en, por ejemplo, Pizzicato Bartók.
El mofletudo creador del estilo jazzístico bebop, Dyzzi Gillespie (1917-1993), empleaba una trompeta intervenida: la campana doblada 45° hacia arriba, entregándole un sonido brillante y agudo, a veces cercano a la estridencia.
En el México contemporáneo algunos compositores se han acercado a las técnicas extendidas, como la veracruzana Alicia Urreta (1930-1986), Convocatoria a un rito (1986); el capitalino Iván Naranjo (1977), Assemblage Theory II (2019) o Rogelio Sosa (1977), La noche del nahual, (2019). Sin embargo, el percusionista Raúl Tudón se ha dedicado de lleno, ya en tres álbumes, a la intervención de un instrumento tradicional mexicano: la marimba.
Nacido en el ex DF en 1961, el percusionista y compositor Raúl Tudón es cofundador del cuarteto de percusiones Tambuco, nombre tomado de la obra homónima de Carlos Chávez (1899-1978), escrita en 1964, para seis percusionistas. Con el cuarteto Tambuco, Raúl Tudón ha compartido escenarios con el Kronos Quartet, o Stewart Copeland (Ex Police), y ha interpretado el difícil Cuarteto para baquetas para dos marimbas y dos vibráfonos (2009) de Steve Reich (1936). (Digresión inevitable: Reich es el autor de Clapping Music (1972) pieza para interpretarse por dos músicos sólo con las palmas).
Tudón es autor de Sonidos líquidos (1994), para arpa, marimba y vibráfono, obra en la que se advierte su espíritu experimentador. En sus tres álbumes para marimba, bajo el sello de Quindecim Recordings, “Voces del viento, voces de la tierra, volumen 1, (1996), “Voces del viento, voces de la tierra” volumen 2 (2001), y “Naturaleza acústica, naturaleza eléctrica” (2002), Tudón ha ido mudando la manera de acercarse a la marimba. Primero lo hizo cambiando las baquetas tradicionales por variados objetos como flautas, palos de lluvia o martillos. Sin embargo, en el tercero, “Naturaleza acústica, naturaleza eléctrica”, explora la intervención de la marimba friccionando los arcos de cuerda contra el teclado, hermanando la frecuencia de la marimba a la de flautas de bambú, y zampoñas, y acompañándolas con cítaras.
Estas experimentaciones le surgieron al inicio de los años 90, al enfrentarse a la carencia de obras para marimba de concierto que ofreciera nuevas sonoridades. Al poco tiempo escribió el Cuarteto número 2 para teclados de percusión (1996) publicado por Quindecim Recordings; más adelante escribió Nueve árboles (2005) para marimba y electrónica.
La escuela de técnicas extendidas de Raúl Tudón ha echado frutos en Latinoamérica, en, por ejemplo, El árbol y el viento, piezas para marimba y flauta (2017) del argentino Octavio Cerúsico; Sexteto para flauta, clarinete en Sib, marimba, violín, viola y violoncello, (2018), del venezolano José Baroni; o la Serenata a Due para vibráfono, marimba y orquesta de cuerdas, (2024), del brasileño Ney Rosauro
*
En la Feria del Libro 2025, que inicia mañana, estará el sello discográfico Quindecim Recordings, con todo su riquísimo cargamento de música clásica mexicana.
Vanguardia