Vamos a ver cosas que nunca imaginamos

Vivimos hechos históricos a un ritmo frenético. Es como subirse a una noria que no para. Y la sensación que hay es que estamos solo ante la punta del iceberg. ¿Están preparados para más? La fonoteca de Koldo marca el camino que está siguiendo el juez Puente junto a la UCO. El ritmo es frenético y hemos de esperar preparados para ver cosas que nunca imaginamos, porque nadie sabe qué más puede venir.
Santos Cerdán, en uno de sus últimos plenos en el Congreso
Jesús Hellín / Europa PressQuien diga que se imaginaba que en solo 18 días el secretario de organización del PSOE iba a pasar de negociar con Junts a acabar en la prisión de Soto del Real, icónica por haber sido el centro de reclusión de los corruptos del partido rival, directamente miente. España vive el carrusel más intenso que se recuerda, con permiso de los años 2015 y 2016 (cuando el PSOE acabó fracturándose y absteniéndose para que gobernara Rajoy), y la tempestad aún puede ser mayor en los próximos meses y años.
El PSOE tiene un serio problema reputación que no puede dejar pasar por alto. Cerdán tenía mando en plaza hace solo tres semanas y todos le creyeron. Hay algunas manos de compañeros en cuidados intensivos por las quemaduras. A Sánchez, que sigue teniendo la iniciativa, no le queda otra que arriesgar porque el voto femenino, clave en las elecciones del 23-J, empieza a alejarse a la abstención, alertan fuentes socialistas. La expectación de cara al comité federal del sábado es alta y las redes sociales ya están calentando el cónclave, que es de los más importantes que ha vivido el partido.
En X tampoco están pasando desapercibidos los consejos que está recibiendo el presidente del Gobierno y que no solo vienen de los críticos o “resentidos” socialistas. Ayer se viralizó la invitación de Javier Cercas a que dimita y convoque elecciones de las que debería salir una gran coalición. Quizá les suene porque esto ya lo vivimos hace casi una década.
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El PP última cambios que son arriesgados y que, previsiblemente, arrojarían un partido endurecido en el discurso. Sale Cuca Gamarra del panel de control de Génova y Miguel Tellado podría tomar el relevo. Feijóo tendrá un congreso plácido porque Ayuso ha renunciado a la batalla de las primarias puras, pero tiene ante sí el reto de mantener la tensión lo que quede de legislatura, que no sabe cuánto es. Es el “ahora o nunca” de gobernar para el gallego, tal y como ha titulado Politico.
La política patria lleva tiempo enfangada y en junio se complicó más. El último pleno en el Congreso ya dejó alguna escena de bochorno y no va a ser sencillo recuperar la confianza en el legislativo. El gran beneficiado de todo este barro es, sin duda, Vox, que sigue creciendo y que, probablemente, lo hará más.
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Queda por despejar también cómo va a llegar la venganza de Trump con Sánchez. El inquilino de la Casa Blanca no va a tener reparos en intentar poner zancadillas a España cuando tenga oportunidad. Un dato que corrobora que la vida actual es un auténtico carrusel: Trump solo lleva medio año en el cargo. Quedan tres años y medio para las próximas elecciones y el mundo ya está patas arriba.
La macroeconomía resiste, y esa es una clave de por qué el Gobierno puede aguantar (con otras cifras sería muy complicado), pero la microeconomía no es igual para todos. El elefante en la habitación se llama vivienda y las redes sociales están llenas de casos cada vez más indignantes.
Es época de playas y piscinas, pero Madrid sigue en ebullición, calentando motores para un septiembre que se presume cargado. Nadie tiene una bola de cristal que refleje qué más pueden pasar, pero lo que sí está claro es que estamos llegando a un punto en que ya casi nada nos sorprende. España se ha convertido en un gran plató en el que no está claro qué género estamos disfrutando, o sufriendo.
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