Calígula era sádico, perverso y, sostienen arqueólogos, experto en flora medicinal

Calígula era sádico, perverso y, sostienen arqueólogos, experto en flora medicinal
The Independent
Periódico La JornadaMartes 15 de julio de 2025, p. 6
El emperador romano Calígula, conocido por su crueldad, podría haber sido un gran conocedor de las plantas medicinales, plantean investigadores en un nuevo estudio.
Cayo, apodado Calígula, fue el tercer gobernante del Imperio romano, desde el año 37 dC hasta su asesinato en el 41 dC. Los registros históricos describen su breve reinado como un periodo marcado por la megalomanía, el sadismo y la perversión.
Sin embargo, en una investigación del equipo del programa de farmacología antigua de la Universidad de Yale, publicada en la revista Proceedings of the European Academy of Sciences and Arts, se plantea que el tirano pudo tener conocimientos avanzados de farmacología antigua.
Se le tacha de loco, quizá con razón, pero demostramos que muy probablemente sabía algo sobre el eléboro y la medicina en general
, afirmó Trevor Luke, autor del estudio y miembro del programa de farmacología antigua de la Universidad de Yale.
El equipo analizó una breve anécdota sobre Calígula recogida por Suetonio en Vidas de los 12 césares, una colección de biografías de gobernantes romanos del siglo II.
Según los investigadores, ese pasaje indica que Calígula, pese a ser un tirano, tenía más conocimientos médicos de lo que se creía hasta ahora.
El relato se centra en un senador romano, de identidad desconocida, que sufre una dolencia sin especificar y viaja a la ciudad balneario de Antikyra, en Grecia, buscando alivio mediante un tratamiento con eléboro, una planta medicinal ampliamente usada en la Antigüedad.
Sin embargo, al pedir a Calígula una extensión de su licencia, el emperador ordenó su ejecución, alegando que una sangría era lo indicado para alguien que no mejoró tras tanto eléboro.
El análisis del equipo de Yale aporta contexto histórico al episodio, explicando la relevancia médica de Antikyra en el mundo romano y sugiriendo que Calígula tenía nociones reales sobre farmacología y tratamientos herbales.
Precursores del turismo médico
Creemos que Antikyra operaba como una especie de Clínica Mayo del mundo romano, un destino al que acudían romanos ricos e influyentes en busca de tratamientos médicos poco comunes en otros lugares, explicó Andrew Koh, coautor del estudio.
La localidad era famosa por sus tratamientos con eléboro y poco más. Representa un ejemplo temprano de turismo médico. Los poderosos del imperio viajaban allí como hoy los millonarios van a Rochester, Minnesota, para acceder a las terapias más avanzadas de la Clínica Mayo, añadió Trevor Luke.
Antikyra, ubicada en el golfo de Corinto, en la región de Fócida, Grecia central, fue célebre en la Antigüedad por sus tratamientos a base de eléboro, una planta utilizada contra la epilepsia y diversas enfermedades mentales.
En los textos antiguos se distingue entre dos tipos: el eléboro blanco, empleado para tratar afecciones de la cabeza, y el eléboro negro, usado como purgante intestinal.
La ciudad portuaria ganó fama por la supuesta eficacia de sus pociones especiales con eléboro, aplicadas para combatir la melancolía, la locura, la epilepsia y la gota.
Sin embargo, como el término eléboro abarcaba varias especies vegetales distintas, rastrear con precisión sus usos históricos ha resultado complejo.
Los investigadores plantean que Antikyra pudo tener un valor personal para Calígula, ya que los registros históricos sugieren que el emperador probablemente sufría de epilepsia e insomnio, dolencias que en la época se trataban con las pociones elaboradas en esa ciudad.
Es posible que Suetonio se equivocara y que Calígula no ordenara la ejecución del senador, sino que simplemente recomendara un tratamiento alternativo que había leído o conocido por experiencia propia, señaló Luke.
Purépechas y científicos se unen para salvar al achoque

▲ El achoque es una salamandra considerada un elixir por la sorprendente capacidad para regenerar sus órganos. Espécimen en la Reserva de Achoque en la comunidad de San Jerónimo Purenchécuaro, a orillas del lago de Pátzcuaro.Foto Afp

▲ El achoque es una salamandra considerada un elixir por la sorprendente capacidad para regenerar sus órganos. Espécimen en la Reserva de Achoque en la comunidad de San Jerónimo Purenchécuaro, a orillas del lago de Pátzcuaro.Foto Afp

▲ Lago de Pátzcuaro.Foto Afp
Afp
Periódico La JornadaMartes 15 de julio de 2025, p. 6
San Jerónimo Purenchécuaro, Mich., Durante cinco décadas, Froylán Correa vivió de la pesca en Pátzcuaro. En ese mismo lago se dedica ahora a salvar al achoque, una salamandra vista como un elixir por la sorprendente capacidad para regenerar sus órganos.
Pariente del ajolote, este anfibio está críticamente amenazado
, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, debido a la pesca excesiva, la contaminación y la extracción de agua de su hábitat en Michoacán.
Por ello, biólogos de la Universidad Michoacana decidieron vincular a la comunidad purépecha de San Jerónimo Purenchécuaro a un proyecto de reproducción del achoque, endémico de la zona, a cambio de una remuneración.
Correa, un sexagenario que conoce perfectamente el lago, está metido de lleno en su trabajo como recolector de huevos del anfibio.
Había mucho achoque (...) ahorita ya la nueva generación no lo conoce
, dice el hombre sobre el animal, cuyas branquias repletas de filamentos alrededor de la cabeza parecen una melena.
Los huevos son llevados por el biólogo Rodolfo Pérez a su laboratorio en la Universidad Michoacana, donde eclosionan. Cuando los anfibios crecen, regresan a las instalaciones de los pescadores, quienes los cuidan hasta que están listos para ser liberados en el lago, explica Israel Correa, pariente de Froylán.
El achoque pertenece al género Ambystoma, estudiado por la ciencia debido a su extraordinaria capacidad para regenerar extremidades mutiladas y porciones de órganos como el cerebro y el corazón.
Está emparentado con el ajolote, que habita la zona lacustre de Xochimilco, en el sur de la Ciudad de México, y cuya figura adorna desde 2021 los billetes de 50 pesos, considerados los más atractivos
por la población según una encuesta del Banco de México.
Desde épocas prehispánicas, el achoque es alimento y remedio. Los indígenas le atribuyen propiedades nutricionales y curativas de enfermedades respiratorias.
Como aspecto característico, su piel refleja combinaciones de colores que lo pueden hacer imperceptible.
Según leyendas del poblado de Pátzcuaro, el achoque fue primero un dios malvado que se escondió en el fango del lago para huir del castigo de otras deidades.
Hoy está en peligro de extinción, advierte el biólogo Rodolfo Pérez, quien busca la eclosión del mayor número de huevos posibles con la ayuda de los pobladores.
Nos ha costado bastante trabajo
, admite Pérez, al señalar que el mayor obstáculo es encontrar una retribución económica
para los pescadores, pues los achoques requieren atención permanente.
No podemos dejar un día sin venir porque si lo hacemos se nos mueren (...) Llueva, truene, haya fiestas o no, tenemos que estar aquí
, apunta Israel Correa.
La colaboración entre científicos e indígenas ha resultado en una población estable
de achoque, compuesta por entre 80 y 100 individuos en una fracción muy pequeña
del lago, resalta Luis Escalera, colega de Pérez en la Universidad Michoacana.
Esta cantidad, sin embargo, es mucho más baja de la que había hace 40 años
, lamenta Escalera.
jornada