El año frenético de Zegona en Vodafone

El 1 de junio de 2024 la británica Zegona tomó el control de Vodafone España por 5.000 millones de euros, por lo que en estas fechas cumple su primer año como propietaria.
Desde la llegada de la compañía dirigida por Eamonn O'Hare, y el nombramiento de José Míguel García -un directivo muy expeditivo-, como CEO de la firma española, la teleco se ha lanzado a una vorágine de cambios a toda velocidad en busca de mejorar su situación competitiva. Eso ha configurado un primer año frenético en cuanto a novedades y decisiones.
Nada más llegar a Vodafone lanzó un ERE para 1.200 empleados, el 37% de la plantilla, que finalmente se rebajó a 900, el 26%. Se trataba, como en casi todas las decisiones que se han tomado desde entonces, de mejorar la estructura y agilizarla, frente a la anquilosada forma de trabajo anterior, donde cualquier decisión requería semanas de discusiones con la matriz.
Además, la compañía decidió reposicionar la oferta comercial, tanto la minorista como la mayorista. En este último caso, Vodafone se había mantenido voluntariamente al margen del mercado wholesale y no tenía apenas operadores virtuales asociados, por lo que sus ingresos mayoristas, que en Masorange o Telefónica suponen alrededor del 20%, eran marginales.
El primer aldabonazo con esta nueva política fue inmediato, también en junio de 2024, firmando un contrato con la andaluza Procono (PTVTelecom), arrebatando a Masorange una cartera de unos 350.000 clientes móviles y 150.000 de banda ancha fija.
El otro gran acuerdo comercial de alquiler de red firmado en esta etapa ha sido menos exitoso ya que se trata de Finetwork. La relación de Vodafone con Finetwork se ha deteriorado radicalmente de forma que el operador virtual ha dejado de pagar el alquiler dejando una deuda de unos 65 millones, que se incrementa mes a mes.
Finetwork, que reclama a su vez 150 millones a Vodafone, ha entrado en un proceso preconcursal y muchos expertos creen que acabará siendo controlada por Vodafone, al capitalizar esta la deuda.
En el segmento de consumo, Vodafone rediseñó su oferta eliminando descuentos temporales y lanzando tarifas más competitivas con su marca Vodafone, bajando el precio de entrada para fijo-móvil desde los 50 a los 35 euros.
Esta estrategia ha estabilizado la base de clientes, según los datos de la CNMC. Desde junio del pasado año ha vuelto a tener altas netas positivas en fijo y móvil -aunque con cifras modestas- , con la excepción del último trimestre de 2024, en el que el grupo sacó de su base de usuarios a todos los clientes de Finetwork, que se convirtió en OMV completo.
Su apuesta más polémica ha sido el relanzamiento de Lowi, su marca de bajo coste, a la que quiso lanzar directamente contra Digi en precios -bajó su oferta de fibra y móvil de 30 euros a 20 euros mensuales- y la enriqueció con 5G y TV. Pero algunos observadores señalan que esa ofensiva sólo ha conseguido azuzar a Digi para que volviese a bajar sus precios aún más -ya ofrece fibra por 10 euros- metiendo aún más presión al segmento bajo del mercado.
A nivel organizativo, ha lanzado VPLAT, un nuevo centro en Valladolid que empleará hasta 400 personas y está enfocado en mejorar la experiencia comercial mediante inteligencia artificial. También ha creado VSALES, una filial dedicada a gestionar la fuerza de ventas directa y mejorar el control de la relación con el cliente.
'Fibercos' y consolidaciónAdemás, Vodafone dejó atrás su red de cable heredada de Ono. La teleco ha creado dos empresas de fibra FTTH mayorista (fibercos) con Masorange (Surf, de 12,2 millones de hogares) y Telefónica (Fiberpass, 3,65 millones de viviendas), a las que traspasará sus clientes y de las que pretende vender participaciones a socios financieros para poder bajar la deuda y recomprar los 900 millones en acciones preferentes rescatables que aún controla Vodafone Group y que, en caso de ejecutarse, le volverían a dar a la británica el control de la firma.
Pero los procesos de entrada de inversores en ambas se han retrasado frente al calendario inicial y las valoraciones potenciales se han rebajado, ya que el apetito de los fondos por las redes de fibra se ha reducido. Con todo, la búsqueda del inversor para Surf parece que entra en su etapa final.
El otro gran asunto reciente ha sido la posibilidad de que Telefónica adquiera Vodafone. Los mercados han comprado la idea y la acción de Zegona -cuyo único activo es Vodafone España- ha triplicado su valor desde los 254 peniques del 31 de mayo de 2024 a los 738 peniques con que cerró ayer. Pero la propia revalorización -ayer valía casi 6.600 millones de euros, a los que habría que sumar la deuda- dificulta la compra. Y Zegona siempre ha dicho que quiere mantenerse en la firma y cotizar en España. En los próximos meses cualquier alternativa es posible.
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