La nueva generación de lentes: cómo son y cuánto cuestan los modelos con la última tecnología óptica

En los últimos años, la óptica dejó de ser solo una solución médica o un accesorio estético. Gracias a los avances tecnológicos en esta materia, los anteojos y lentes intraoculares ahora pueden traducir idiomas, ganar protección UV de forma automática, detectar problemas visuales a tiempo o que incluso reemplazar a las pantallas.

Para muchas personas con problemas visuales, estos desarrollos representan no solo una ayuda concreta para la presbicia o el cansancio ocular, sino también una puerta a experiencias digitales más accesibles y saludables.

Una de las áreas donde la innovación dio un salto notable es en los llamados smartglasses. La nueva generación de los Ray-Ban Smart Glasses, desarrollados junto a Meta, permite no solo escuchar música o hacer llamadas, sino también capturar fotos y videos, traducir textos, recibir asistencia mediante inteligencia artificial e incluso obtener descripciones del entorno.

Otro ejemplo disruptivo son los Xreal Air 2 Pro, unos anteojos de realidad aumentada que proyectan una pantalla de hasta 330 pulgadas delante de los ojos, ideal para mirar películas, trabajar o jugar sin necesidad de monitores físicos.

También está el modelo Solos AirGo 3, pensados para quienes llevan una vida activa: permiten recibir indicaciones por voz, interactuar con aplicaciones y registrar datos de salud, todo desde un diseño liviano que no incomoda al usarlo por varias horas.

Con el aumento del tiempo frente a computadoras, tablets y celulares, la fatiga visual es una de las principales consultas en ópticas y consultorios oftalmológicos. En este contexto, los nuevos desarrollos en lentes filtrantes cobran protagonismo.

Los cristales con protección activa contra luz azul, por ejemplo, ayudan a reducir el cansancio ocular y los trastornos del sueño asociados al uso excesivo de pantallas.

Además, algunas marcas ya ofrecen lentes progresivos con inteligencia artificial, que se adaptan al comportamiento visual del usuario para mejorar el enfoque en múltiples distancias, algo muy útil para quienes alternan constantemente entre leer, mirar el celular o manejar.

La inteligencia artificial también empieza a jugar un rol clave en la prevención de enfermedades oculares. En centros especializados, se utilizan sistemas de análisis de imágenes de retina que permiten detectar signos tempranos de patologías como el glaucoma, la degeneración macular o la retinopatía diabética, incluso antes de que aparezcan síntomas evidentes.

Esto permite actuar de forma más rápida y efectiva, especialmente en una franja etaria donde los controles periódicos son fundamentales para evitar complicaciones.

Los avances no están limitados al mundo hi-tech. Muchas ópticas tradicionales incorporaron tecnologías que mejoran la experiencia del usuario sin necesidad de recurrir a dispositivos complejos.

Por ejemplo, hoy es posible conseguir lentes fotocromáticos con protección UV, UVA, UVB y UVC, o sea, contra los tres tipos de rayos ultravioletas que emite el Sol. También se oscurecen automáticamente según la luz ambiente, y que además incorporan filtros para luz azul sin afectar la calidad visual, como los Transitions de Ray-Ban.

"Cuanto mayor es el Sol, más fuerte está el Sol, más se activan y más se oscurecen los cristales Y a menor radiación ultravioleta, o sea, el Sol más débil, que por ejemplo puede ser en invierno o a la tardecita, se oscurecen menos. Tienen una contra: no se oscurecen dentro de un vehículo", aseguró el Daniel Giavino, óptico contactólogo MP 581.

Y agrega: "Este tipo de lentes vienen con tratamiento antirreflejos, que eso le da mucho confort a la visión, porque le saca los reflejos que genera la luz sobre la cara anterior y la cara posterior del cristal".

También se volvió cada vez más común el escaneo facial 3D, una técnica que permite fabricar lentes totalmente personalizados según la forma del rostro y la posición exacta de los ojos. Esto mejora tanto el confort como la precisión óptica.

Por otro lado, muchos locales cuentan con talleres propios que permiten entregar lentes en el día, gracias a sistemas automatizados de tallado y montaje. Incluso es posible probarse anteojos de forma virtual, a través de pantallas con realidad aumentada que simulan cómo quedan distintos marcos desde todos los ángulos.

En paralelo a las ópticas, también hubo mejoras notables en el campo de los lentes intraoculares, utilizados en procedimientos como la cirugía de cataratas o en correcciones visuales más definitivas.

"Si bien el diseño de estos lentes no cambió radicalmente en los últimos 15 años, sí evolucionó significativamente la tecnología para implantarlos, así como los materiales con los que se fabrican. Esto permitió reducir efectos adversos frecuentes en el pasado, como los halos alrededor de las luces o la fotofobia, especialmente en lentes multifocales", según explica el oftalmólogo Germán Rodríguez Alvarez, Jefe ser servicio de Oftalmología del Instituto Privado de Diagnóstico (MP 116.496).

"En la actualidad se puede personalizar la cirugía combinando distintos tipos de lentes según las necesidades del paciente: por ejemplo, uno que mejore la visión lejana e intermedia en un ojo, y otro que cubra la visión cercana en el otro. Esta estrategia permite una mayor independencia de anteojos y una experiencia visual más integral", reconoce.

Además, algunos modelos modernos ya incorporan filtros contra la luz azul, algo especialmente útil para quienes siguen usando pantallas luego de operarse.

En personas jóvenes que no son candidatas a cirugía láser, también existen lentes intraoculares llamados fáquicos, que se implantan para corregir miopía, hipermetropía o astigmatismo. En estos casos, los avances en materiales ayudaron a reducir el riesgo de complicaciones como el glaucoma o la aparición temprana de cataratas.

Otra innovación que empieza a tomar fuerza es el uso de impresión 3D para fabricar marcos completamente personalizados, combinando diseño ergonómico, materiales ultralivianos y opciones estéticas a elección. A esto se suman herramientas digitales que permiten probar distintos modelos de forma virtual, tanto en locales como desde una app o una computadora en casa.

Estos avances no solo hacen más cómodo el proceso de compra, sino que permiten elegir con mayor seguridad y evitar errores en el ajuste, algo clave para que el lente funcione bien y no cause molestias.