Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Mexico

Down Icon

Otrora signos de terror, los cometas revelan ahora secretos del universo

Otrora signos de terror, los cometas revelan ahora secretos del universo

Otrora signos de terror, los cometas revelan ahora secretos del universo

El astrónomo Marco Arturo Moreno Corral entrelaza la historia de la humanidad con estos cuerpos celestes en un libro

▲ Vista de la lluvia de meteoros Perseidas de 2023 desde el extremo sur del Bosque Nacional Sequoia, California, Estados Unidos.Foto NASA / Preston Dyches

Daniel López Aguilar

Periódico La JornadaViernes 30 de mayo de 2025, p. 6

Durante siglos, los cometas fueron emblemas de terror: augurios de calamidades, símbolos de guerras, hambrunas y desastres inminentes.

Hoy, esos misteriosos cuerpos errantes con cabellera luminosa son verdaderas cápsulas del tiempo que nos permiten explorar los orígenes del sistema solar, la Tierra y la vida misma.

Al observar uno de estos astros, no sólo dirigimos la mirada hacia el cosmos; también nos enfrentamos a nuestra propia historia como civilización y al progreso del pensamiento científico, señaló Marco Arturo Moreno Corral, figura esencial en el desarrollo del Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, Baja California.

Con una trayectoria que abarca más de 50 años en astronomía y una maestría en física por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, el experto presenta Los cometas: Una historia sobre los avances de la ciencia (Fondo de Cultura Económica), su obra más reciente.

Escrito en un lenguaje accesible y alejado de complicadas fórmulas, el libro ofrece una mirada que entrelaza la historia de la humanidad con los descubrimientos científicos en torno a estos cuerpos celestes.

Muchas ideas sobre los cometas siguen siendo erróneas; con esta publicación busco aclarar esas confusiones y poner en valor cómo han impulsado la transformación del conocimiento, añadió Moreno Corral en entrevista con La Jornada.

Antiguas civilizaciones, como los sumerios, aztecas, mayas, polinesios y mongoles, asignaron a éstos significados simbólicos que influían en su visión del mundo y rituales. Algunos gobernantes, como Nerón, aprovecharon estos sucesos para fortalecer su autoridad o justificar decisiones controvertidas.

Mientras Aristóteles los consideraba fenómenos atmosféricos, y en la Edad Media se les veía como señales divinas, fue durante la revolución científica de los siglos XVI y XVII cuando la observación rigurosa de estos cuerpos celestes transformó el estudio del cosmos y amplió nuestro entendimiento del universo.

Estos astros jugaron un papel decisivo en el desmantelamiento de los dogmas aristotélicos, subrayó Moreno Corral.

Trayectorias definidas

Al medir con precisión su distancia a la Tierra, quedó claro que se trataba de cuerpos celestes con trayectorias definidas, lejos de cualquier origen atmosférico. Este descubrimiento modificó de raíz la concepción del cielo como un espacio eterno e inalterable, y abrió una nueva perspectiva que impactó tanto a la ciencia como a la filosofía.

El término cometa proviene del latín comēta, que a su vez deriva del griego κόμητης, que significa cabelludo, en alusión a la característica estela luminosa que los acompaña.

Esa cola, fugaz y variable, se forma cuando el calor solar sublima los hielos del núcleo cometario. No sólo cautiva por su belleza, sino también revela la composición y la historia de estos cuerpos primitivos, indicó el astrónomo.

Para el autor, los cometas son reliquias congeladas del disco protoplanetario, vestigios intactos de más de 4 mil 500 millones de años. Su estudio, especialmente mediante misiones espaciales como Rosetta (que en 2014 logró posarse sobre uno de ellos), permite analizar directamente su composición y reconstruir las condiciones físicas y químicas del sistema solar en sus albores.

Miedo supersticioso

Viajar junto a uno de estos astros errantes es como abrir una caja negra del cosmos, enfatizó.

El volumen incluye un catálogo de avistamientos que abarca desde épocas prehispánicas hasta la actualidad, con imágenes obtenidas desde observatorios nacionales, como los de Tonantzintla (Puebla) y San Pedro Mártir.

Con el paso del tiempo, el enfoque hacia estos cuerpos celestes también fue evolucionando. Durante el periodo colonial se empezó a dejar atrás el miedo supersticioso, comentó el académico.

“En el siglo XVII, en consonancia con Europa, las interpretaciones adoptaron un enfoque más racional. Con la fundación del Observatorio Astronómico Nacional en 1878, México comenzó a realizar estudios sistemáticos. Destaca también el hallazgo en 1954 del cometa Haro-Chavira, resultado del trabajo de astrónomos nacionales y motivo de orgullo para comunidad científica del país.”

Dedicado a la memoria de su padre, Martín Moreno Millán, el libro es además una celebración de la constancia en el pensamiento.

La ciencia no avanza en línea recta. Ha tenido retrocesos, momentos de oscuridad y luchas. Comprender qué son los cometas llevó milenios, pues antes hubo que forjar la ciencia misma, reflexionó el astrónomo.

El trayecto implicó dejar atrás certezas heredadas, confrontar mitos y construir herramientas para entender el entorno desde la observación. Seguir la historia de estos astros es seguir la evolución del pensamiento científico, con sus tropiezos y avances. Cada descubrimiento, cada mejora en la tecnología, nos acerca a comprender nuestra procedencia.

La obra está dirigida a lectores con distintos niveles de conocimiento: desde quienes se acercan por primera vez al estudio del cosmos hasta docentes y estudiantes que buscan fuentes claras y confiables.

El autor aspira a abrir puertas para que la ciencia deje de ser un mundo inaccesible y se reconozca como una actividad humana que combina rigor y emoción.

Aunque su labor como educador ha sido discreta en los espacios públicos, su influencia perdura en varias generaciones de astrónomos. Con este ejemplar, Moreno Corral concluye un ciclo dedicado a la difusión del conocimiento, iniciado con Historia de la astronomía en México (FCE, 2003).

Más allá de la fascinación por su brillo, los cometas son testimonios de un pasado remoto que aún guardan secretos esenciales para comprender nuestro lugar en el cosmos. Continuar estudiándolos es abrir ventanas a preguntas fundamentales sobre el origen de la vida y la evolución del universo.

jornada

jornada

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow