Culmina Pleamar Inmersiva 2025, la gran fiesta sensorial de las artes digitales y electrónicas

Agua. Este ha sido el eje conceptual del Festival Pleamar Inmersiva 2025, un encuentro ya clásico y fundamental en la agenda de las artes electrónicas, que ha incidido con decisión en la ampliación y divulgación de esta rama del arte. Allí convergen música, arte visual y tecnología, con fuerte énfasis en lo inmersivo y lo experimental. Bajo la curaduría de la experimentada Luciana Aldegani, la edición trabajó el agua como un núcleo envolvente, una experiencia sensorial que comenzó el 4 de junio y finaliza el próximo 14 de julio en el Palacio Libertad (exCCK).
Audiota + Esteparia, en Pleamar 2025
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Durante casi seis semanas un público amplio y curioso participó con todos los sentidos de las actividades en la sala inmersiva y en otra, de conferencias, donde hubo performances, instalaciones y disertaciones de artistas, músicos, expertos y protagonistas del cada vez más grande y diversificado mundo de las artes digitales y electrónicas.
“Creo que ha sido y es muy interesante incorporar artistas tanto en experiencias en vivo como en videoinstalaciones, bajo la consigna de establecer un eje temático, el del agua como un objeto de discusión, que puede tener diversos abordajes”, explica Aldegani curadora y pionera en este campo. “Los artistas hicieron una lectura muy interesante sobre esa idea”.
Luciana Aldegani.
Artista interdisciplinar, productora y gestora cultural. Foto: Ariel Grinberg
Pleamar nació en Mar del Plata de la mano de Aldegani y de Ernesto Romeo, compositor, tecladista, especialista en sintetizadores y fundador del grupo de música electrónica Klauss. En 2018 dictaron los primeros cursos sobre este universo conceptual, en 2019 ya recibieron el apoyo del Fondo Nacional de las Artes para la realización de la primera edición de la Beca Pleamar. Desde entonces organizaron ciclos en el Museo de Arte Contemporáneo MAR, trabajaron con el Complejo Histórico Manzana de las Luces, el Centro Cultural Kirchner y la Universidad Nacional de Tres de Febrero. También realizaron actividades en 2023 en Ciudad de Buenos Aires, específicamente en Artlab y en el Centro Cultural Recoleta, y en Bariloche. Hasta 2021, el festival estuvo más orientado al terreno del sonido, pero desde entonces, las artes visuales ganaron terreno y representación.
“El Festival en Mar del Plata está pensado desde una perspectiva ambientalista. Empezamos con el agua, volvemos al agua y después, hacemos esa metáfora líquida”, dice Aldegani, en referencia a la versión marplatense del ciclo que este año se realizará los días 22 y 23 de noviembre en el Museo MAR.
Sebastián Feifert en Pleamar 2025
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“Las temáticas empiezan a tomar situaciones de borde, orillas, surgen inquietudes que tienen que ver más con un escaneo de las geografías, desde el océano, pasando por la llanura hasta las sierras. Pleamar tiene un crecimiento que es orgánico y sustentable, que se hace lo que se va pudiendo con una pisada muy fuerte sobre la realidad, basada en la respuesta inmediata que los artistas nos dan”, explicita Fernando Molina, arquitecto, artista audiovisual y curador de artes visuales en Pleamar.
Las actividades del ciclo del exCCK tuvieron momentos muy valorados como las performances audiovisuales μruguay (Sebastián Seifert), Quintaesencia (Audiota + Esteparia), y Premonición (Sol del Río), que exploraron el agua como medio fluido, sensorial e hipnótico. O las participaciones de las curadoras Jazmín Adler y Agustina Rinaldi con sus exposiciones sobre las primeras obras por computadora hasta el desarrollo de entornos sensoriales inmersivos y el cruce entre arte, ciencia y tecnología, respectivamente.También fueron muy apaludidas las de Molina, Hernán Caratozzolo, Ernesto Romeo y Lucas DM.
Fernando Molina. Es arquitecto UB, artista audiovisual y egresado de la Diplomatura en Música Expandida en la Universidad Nacional de San Martín.
La charla que dio Molina estuvo vinculada al concepto de lo inmersivo. Tomó la cuestión paradójica de la fascinación que genera esta experiencia. “Antes de nacer ya estamos en un ambiente inmersivo, nos engendramos en un útero, en algo que nos cobija, toda nuestra vida se desarrolla en situaciones inmersivas, nuestra realidad tridimensional tiene piso, techo, laterales. Entonces, ¿qué es lo que nos fascina tanto de ir una sala a estar inmersos cuando en la vida ya lo estamos? Es la intencionalidad, la fantasía del artista volcado sobre esas seis caras del cubo que nos contienen y que en realidad son antiguas como la vida misma”.
Fue entonces que Molina se refirió a esa sensación que tuvieron quienes habitaron lugares como la Cueva de Lascaux, Francia, hace 12.000 años: “Esa civilización primitiva que estaba encerrada en la Cueva empieza a reproducir en las paredes y en los techos, la realidad de lo que veía, los animales, la casa, la búsqueda del alimento”. El arquitecto y artista audiovisual concluye: "Me pregunto por qué nos fascina una situación así, que es nada más y nada menos que la mirada del artista que define al espacio inmersivo y la vivencia que vamos a tener ahí adentro como una forma un poco contradictoria y paradójica de este nuevo paradigma de las artes".
Sol del Río en Pleamar 2025
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Aldegani camina por la sala inmersiva del cuarto piso del exCCK, mientras Seifert desarrolla su trabajo impactante que expresaba un estar en la naturaleza y que fue muy elogiado por el público. Poco después, la curadora reflexiona acerca del cruce de estas expresiones con el entorno del mundo en todas sus variantes: “Me parece interesante la política que se imprime en la selección de dispositivos, en los componentes a los que los artistas tienen acceso y en todas las decisiones y las diferencias que surgen de ser artista en Latinoamérica y en Europa.
–Entonces, ¿cómo se posiciona el artista electrónico latinoamericano en este contexto?
Luciana Aldegani, curadora de Pleamar 2025.
Foto: Ariel Grinberg
–El arte electrónico se tiñe de situaciones que son decisiones del artista, pero que también son coyunturales. El acceso a determinadas tecnologías hace que se desarrollen más o menos artistas digitales que en otros lugares. Y todo eso hace que la escena latinoamericana, la nuestra, tenga un empuje muy fuerte porque estamos todo el tiempo trabajando en la carencia, inventando lo que falta y eso entrena la creatividad de una forma explosiva, hay mucho alambre y mucha soldadura, mientras que en la escena europea todo es impecable, perfecto, pulcro.
–Esa "carencia" necesariamente hace una diferencia, ¿no?
–Nuestra escena es prolífica, poderosa en lo conceptual de sus obras, en sus recorridos. Tengo la oportunidad de hablar con muchos artistas que cambian la visión del mundo y eso es fabuloso. Ellos están muy en sus creaciones y resolviendo la carencia, la falta. A veces, esa negativa que presenta la realidad tiene detrás un sí gigante que fortalece los aspectos conceptuales de la obra, porque ese artista para llegar a ese elemento tecnológico que necesita, tiene que pasar por otros talleres, otros estudios y eso fortalece la comunidad de artistas.
Por Hernán Caratozzolo y Ernesto Romeo, Viernes 11 de julio, 18 h - Auditorio 411 del Palacio Libertad (Ex-CCK) Sarmiento 151. CABA
•Jueves y viernes | Videoinstalaciones en la Sala Inmersiva de 14 a 20 h
Clarin