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España y sus mil catas literarias

España y sus mil catas literarias

Elvira Navarro, Carlos Zanón y Manuel Vilas se toman una cerveza en la plaza del Mercado de Barbastro. Hacen tiempo antes de participar en sus respectivas charlas del festival Barbitania. Mientras, Irene Vallejo firma libros en una improvisada mesa frente a la librería y la premio Nacional de Poesía Aurora Luque acaba de preparar el recital que dará por la noche en la iglesia de Santa Ana.

Cualquiera que estuviera de paso este fin de semana por esta ciudad de poco más de 17.000 habitantes de la provincia de Huesca se habrá sorprendido de la gran concentración de escritores por metro cuadrado. “¿Qué hacen aquí? Faltan unos días para la feria del libro de Zaragoza”, dice una turista a su marido. Otra mujer les contesta: “Señora, fuera de las capitales también pasan cosas”.

Cada vez es más evidente de lo necesaria y productiva que es la desfocalización” María Ángeles NavalDirectora del Festival Barbitania

La escritora María Ángeles Naval, al frente del festival, le da la razón. “Hace ya un tiempo que el circuito literario se ha expandido y que tiene más focos que Barcelona y Madrid. Por supuesto, estos siguen teniendo mucha fuerza, pero cada vez es más evidente de lo necesaria y productiva que es la desfocalización. La implicación es total en este tipo de citas. Se celebran talleres y actividades de todo tipo y todo gira en torno a este proyecto cultural. Es evidente la dinamización del territorio”.

Maribel Medina es de la misma opinión. Todavía se acuerda cuando hace unos años acudió como autora a La Puebla de Almoradiel, en Toledo. “Hacía años que me invitaban. Cuando fui y me di cuenta de que eso era un placer. El trato era cercano y mi novela fue elegida libro obligatorio en el instituto. Me reñí a mí misma y me dije que era culpable de obedecer a la rueda de las editoriales”. Fruto de este pensamiento, fundó el festival Almoradiel Lee, que cumple su décima edición.

“Estuve implicada cuatro años y, cuando ya rodaba solo, me fui”. Creó entonces Mi Pueblo Lee, una asociación cultural sin ánimo de lucro que trabaja para fomentar la lectura en el mundo rural y que ganó el Premio Nacional al Fomento de la Lectura en 2024. “La idea es llevar la literatura a todos los rincones y, para ello, no hace falta una cantidad ingente de recursos. Acabamos de ir a Santa María del Páramo, con 3.000 habitantes, que tenía un presupuesto de unos 1.900 euros. Cuando no hay dinero, se da rienda suelta a la imaginación”.

Mi Pueblo Lee también es responsable de otras iniciativas, como la transformación del pueblo de Libros donde próximamente se construirá un hotel-biblioteca. “Su alcalde, Raúl Arana, me expresó su preocupación hace unos años, pues temía que el pueblo se fuera a morir, ante la falta de trabajo. Entonces yo le dije que tenían algo único, su nombre, Libros. Y cuando tienes algo único, hay que sacarle jugo. Con el también escritor Javier Sierra arrancamos allí el primer festival y pronto arrancará su sexta edición”.

Mi pueblo lee. Castillo de Marcilla

Mi Pueblo Lee ganó el Premio Nacional al Fomento de la Lectura en 2024

REDACCIÓN / Otras Fuentes

Elena Moya, a cargo del festival de Morella, también celebrado este pasado fin de semana, reflexiona que “si bien España siempre fue un país en el que han abundado las ferias del libro, cada vez parece que funciona más la fórmula del festival”. Tanto es así que –añade el escritor Ignacio Martínez de Pisón– “cada vez es más habitual que se conviertan en franquicias”, y pone como ejemplo el Hay Festival, “que tiene su base en Gales y sus ramificaciones en México, Perú o Segovia”.

Otro ejemplo es el de Úbeda, al que cada vez más gente asocia al Certamen Internacional de Novela Histórica. “Siempre escuchábamos que no se hacía nada aquí, así que fuimos varios los que pensamos qué podría encajar en una ciudad patrimonio de la humanidad. Hicimos crecer este encuentro, que en la edición pasada premió a Tracy Chevalier, autora de La joven de la perla y La maestra del vidrio”.

Tracy Chevalier, autora de

Tracy Chevalier, autora de “La joven de la perla”, en el Certamen de Novela Histórica de Úbeda.

Jesús Delgado / Terceros

Otro lugar que es inevitable asociar a un festival, el Celsius 232, es Avilés, por donde se paseará el próximo mes de julio, entre otros, Brandon Sanderson. “La descentralización de la cultura es importante. Y eso no significa quitarla del centro para llevarla a la periferia, sino que se debe fomentar que la periferia tenga su tejido propio”, opina Jorge Iván, uno de los organizadores.

En Catalunya, son varios los festivales que lo hacen. En la Playa de Sant Salvador de El Vendrell, tuvo lugar a principios de mes el Transversal, organizado por el hotel Le Méridien Ra. Aunque esta rueda literaria que escapa de la capital empieza en enero con Tiana Negra, que se ha consolidado como un referente de la novela negra catalana. “La prueba es que han pasado tres gobiernos municipales y aquí seguimos. Y no es menor porque, en muchas ocasiones, cuando cambia el alcalde, hay iniciativas que terminan”, reflexiona su directora, la escritora Anna Maria Villalonga, que además recuerda que la cita “es una antesala del festival BCNegra”, que se celebra un mes después en la capital catalana.

Asistentes al FLEM se hacen una foto de recuerdo

Asistentes al FLEM se hacen una foto de recuerdo

Luis Benvenuty

Las islas hace tiempo que también reivindican su espacio en el circuito editorial con propuestas como el FLEM, en Magaluf, impulsado por la librería independiente Rata Corner, y por el que pasan autores nacionales e internacionales, como Chuck Palahniuk o Dolly Alderton. En la pasada edición congregó a más de 10.000 personas. “Muchos se quedaron en el hotel en el que se celebra el festival o en los alrededores. El programa invita a ello, pues hay también programación de noche”, señala su director, Miquel Ferrer.

Las Canarias también hacen lo propio con ofertas como el Festival de Literatura de Lanzarote. “Somos una isla dominada tradicionalmente por las artes visuales plásticas y la música, por lo que la literatura siempre había quedado relegada. El certamen nació para mitigar este defecto”, recuerda su director, Carlos Battaglini. Y lo logra, con invitados como Marta Jiménez Serrano, Juan Manuel de Prada o Álvaro Colomer. “Los libros siempre serán motivo de fiesta”, concluye.

lavanguardia

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