Franz Ferdinand: sin tregua

Encarando ya el tramo final de su edición de este verano, el Festival de Cap Roig acogió el viernes por la noche a Franz Ferdinand. La banda escocesa con nombre de archiduque austriaco asesinado protagonizó una vigorosa sesión en los jardines que acogen este certamen. Unos 1.500 espectadores, según los datos facilitados por la organización, secundaron a la veterana formación, cuyo primer y exitoso álbum se puso en circulación en el 2004. Desde entonces, claro, ha llovido un montón. En la actualidad solo permanecen en el grupo los miembros originales Alex Kapranos (voz, guitarra) y el bajista Bob Hardy. Complementaban la escuadra que visitó el Baix Empordà Dino Bardot (guitarra), Julian Corrie (teclados) y Audrey Tait a la batería. En enero –y tras siete años sin facturar un álbum de estudio– Franz Ferdinand publicaron su sexto álbum, el muy apreciable The human fear.
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Con un marco torcido al fondo del proscenio que evocaba el grafismo vanguardista que han usado en las portadas de algunos de sus trabajos, el quinteto descorchó la noche mediante The dark of the matinée , número que por cierto no ha perdido un ápice de encanto pasados más de veinte años. Primer episodio de una comparecencia que no cesó de sembrar felicidad ante la ya algo talludita audiencia: espectadores que, siguiendo los consejos del cantante, rompieron pronto la etiqueta, siguiendo el concierto de pie, cantando y bailando desde el patio de butacas. El bolo basculó sobre todo entre las canciones de The human fear y los rescates de su disco de debut y se fraguó de este modo un inteligente equilibrio entre las lógicas nostalgias y la defensa de un nuevo material que encajó perfectamente en el guion de una propuesta sin tregua.
La comunicación entre artistas y público fue mayúscula, épica incluso con la muy guitarrera ‘Take me out’Con espíritu pospunk y extrema habilidad apuntando al esqueleto del personal, Franz Ferdinand reposa fundamentalmente en el mucho carisma y dominio escénico de su líder, el elegante Kapranos. El músico manejó el buzuki en Black eyelashes , tema del nuevo disco en el que parece rendir tributo a sus ancestros griegos y que según como hacía pensar en algo parecido a unos Pogues mediterráneos. Entre el resto de material nuevo que formaba parte del programa, destacaron los detalles de piano en piezas como Night or day y una The doctor que empezaron a desgranar con cierto barniz misterioso, así como la muy redonda Audacious ya al inicio de los bises.
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En cuanto al cancionero más historiado, los aciertos no dejaron de sucederse. La comunicación entre artistas y público fue mayúscula, épica incluso con la muy guitarrera Take me out , en una línea similar a lo ocurrido minutos antes con una saludablemente primaria Michael . Además del baile gozoso en Stand on the horizon , fue de lo más bonito habérselas con el canto comunitario desatado en números como Walk away (la cosa devino casi un foc de camp ) y Do you want to . También tuvo impacto el aura dramática que envolvió el arranque de Jacqueline . La noche acabó gloriosamente desatada con This fire y aquellos versos-credo que rezan “ this fire is out of control /I’m gonna burn this city ”..., dicho sea con perdón, atendiendo a la que está cayendo estos días en diversos puntos de la Península.
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