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Los Beatles, 60 años de su concierto monumental en Barcelona

Los Beatles, 60 años de su concierto monumental en Barcelona

“Los niños del 2000 estarán escuchando a los Beatles y lo digo sinceramente”. Estas fueron las premonitorias palabras de Brian Epstein, mánager de la banda y quinto integrante del grupo en la sombra, en una entrevista con el periodista americano Larry Kane. Lo dijo en 1965 y ahora, desde el futuro, en 2025, podemos decirle que tenía razón.

El próximo 3 de julio se celebra el 60º aniversario del único concierto que los de Liverpool ofrecieron en Barcelona, único también en España junto con el que dieron el día anterior en Madrid, y para conmemorar una fecha tan significativa, no solo para los melómanos y fans españoles, sino para la historia de nuestro país, el músico, coleccionista e investigador apasionado de los Beatles Miguel Navarro publica el libro Cuando Los Beatles visitaron Barcelona.

Como ya se puede intuir por su título, se trata de un repaso exhaustivo de las dieciocho horas que los cantantes pasaron en la ciudad Condal, desde el momento en que aterrizan en el aeropuerto del Prat hasta que regresan a Londres y John Lennon posa ante la prensa con una postura muy flamenca. Un viaje al pasado, con prólogo del periodista Toni Vall, que tiene dos ejes vertebradores que son oro puro: fotografías inéditas de aquella jornada y testimonio directo de algunas de las personas que vivieron aquel show.

Instantánea tomada momentos antes de interpretar 'Twist and shout'

Instantánea tomada momentos antes de interpretar 'Twist and shout'

Pep Puvill

Se sabe que los Beatles llegaron a España, el único país de habla hispana que visitaron como formación, en un momento donde la vida era muy distinta a la actual. Sí, ellos eran la mayor revolución musical y social del momento, pero no se puede obviar que el país lo regía una dictadura que, en palabras de Vall, “no tuvo más narices que dejarles hacer aquel concierto”. En un contexto en el que se hablaba de apertura y de regeneración económica, haberse opuesto a que la gira europea de la banda nos visitase habría sido muy contraproducente.

Es importante no perder esto de vista a la hora de repasar las imágenes y los textos en primera persona que componen este relato en papel. Solo de esta manera se entiende la presencia masiva de la policía, los grises, tanto dentro como fuera de la Monumental, o que los cuatro artistas fueran avasallados en la escalera del avión antes de poner un pie en suelo barcelonés, con ofrendas “típicas de la tierra” como muñecas flamencas y monteras. Uno de los tesoros de este libro son las fotos que reflejan la reacción de sorpresa que los ingleses tuvieron al ver los regalos. Sin ánimo de hacer spoiler, también se revela cuál fue el destino final de aquellos sombreros toreros que tanto divirtieron a los cantantes.

Cuando Los Beatles visitaron Barcelona es fruto de un trabajo de investigación de más de quince años por parte de Miguel Navarro, uruguayo afincado en Barcelona que dejó su trabajo como odontólogo para volcarse en la que es su verdadera pasión: la música y el coleccionismo. A sus 66 años, es un incansable recopilador de material relacionado con esta disciplina artística, ya sean revistas, posters o entradas de conciertos, y entre su catálogo de posesiones se encuentran unos 800 objetos de la formación inglesa. “Los Beatles están por encima del bien y del mal”, afirma con una pasión envolvente, la que le mueve a seguir escarbando en el pasado para encontrar joyas como las que ahora compila.

La obra, financiada y autopublicada por Navarro, y que se puede adquirir a través de sus redes sociales (@beatlesbarcelona en Instagram), supone, además, un homenaje a aquellos fotógrafos que capturaron la esencia de una Barcelona que ansiaba la llegada de nuevos aires y que buscaba sus propios espacios de conexión intelectual. Horacio Seguí, Kike Pérez de Rozas, Joana Biarnés (quien compartió un rato en petit comité con los Beatles en su suite del Hotel Avenida Palace y cuyas fotografías son su preciado testimonio) y Pep Puvill son solo algunos de ellos. Las imágenes que se incluyen provienen de instituciones como el Archivo Nacional de Catalunya, el Archivo Fotográfico de Barcelona o de colecciones privadas.

Leslie, de los Sírex: “¿Estás cansado?”, le dijo el Beatle, a lo que él le respondió “Sí, y en cinco minutos lo estarás tú”

Puvill, que en aquel entonces tenía 23 años y era un fotógrafo amateur, recuerda que asistió al concierto, cámara en mano, invitado por su cuñado, que estaba “bien posicionado” y pudo pagarle la entrada. “Me fui acercando al escenario y nadie me decía nada”, rememora y añade que “me hice el despistado y me salió bien”. No llevaba “acreditación ni colgantes, como ahora”, pero logró ser uno de los fotoperiodistas que retrató a los Beatles en la Monumental. Esas instantáneas ven la luz, por fin, en el libro de Navarro, ya que hasta este momento habían permanecido guardadas porque su propio autor consideró “que no eran buenas fotos”.

El espectáculo fue más largo de lo que muchos hubiesen deseado. Presentado por Torrebruno y con una larga lista de invitados que amenizaron al público antes de que llegaran los ingleses, los más aplaudidos fueron Los Sírex, la banda de rock and roll barcelonesa liderada por Antoni Miquel, Leslie, que sigue en activo sesenta años después. “Tan solo pudimos ver cuatro canciones porque hacíamos doblete y teníamos que dar otro concierto en Cornellà. El follón fue salir de la plaza. Dentro estaba lleno, pero fuera había muchísima más gente y un montón de policías a caballo con largas porras para controlar a la juventud”, rememora confirmando que “hacía un calor insoportable, el sonido era horrible y el escenario era cutre”. No perdamos de vista que el recinto era una plaza de toros, con lo que los sistemas de transmisión de audio no eran los adecuados para un espectáculo como aquel.

El cantante recuerda también alguna anécdota, como su fugaz cruce de palabras con Paul McCartney cuando este regresaba del baño y le vio, sudado y cogiendo aire, en la esquina trasera del escenario, del que había bajado unos segundos antes de hacer el bis. “¿Estás cansado?”, le dijo el Beatle, a lo que él le respondió “Sí, y en cinco minutos lo estarás tú”. También rescata de la memoria el gesto que McCartney tuvo con Lennon cuando a este se le cayó la armónica al suelo. “Paul la recogió, se la colocó a su compañero y le dio una palmada en el trasero. En aquel entonces ya se hablaba de que se llevaban a matar, pero a mí me pareció que había buen rollo”.

A punto de cumplir 81 años, Leslie, que se crio en la Barceloneta escuchando el rock and roll y el rockabilly que traían los marineros extranjeros, se confiesa más fan de los Rolling Stones que de los Fab Four ya que “a mí me gusta más el movimiento, que pasen cosas en el escenario, y los Beatles me parecían unas monjas de clausura”. No obstante, asegura que aquella fue una noche mágica para Los Sírex que, por cuestiones de tiempo, tuvieron que actuar en Cornellà con los mismos esmóquines sudados que llevaron en la Monumental.

Entre los asistentes también estaba Vicenç Comas, que tenía 17 años y que tuvo que pedir un anticipo de 80 pesetas al banco donde había entrado a trabajar el 1 de julio de 1965, dos días antes del concierto, para poder pagarse la entrada. Ahora, a sus 77 años, sigue narrando lo vivido aquella noche con la misma pasión que sintió entonces. “Había más gente fuera de la Monumental que dentro por lo caras que eran las entradas”, recuerda en la presentación de este libro, en la Casa Golferichs de Barcelona, ataviado con una camiseta de los cuatro de Liverpool. Tampoco olvida que “si alguien se levantaba, venía la policía y te daba con la porra. Tampoco se permitían flashes”, una anécdota que coincide con una de las voces entrevistadas por Navarro, que asegura que el público no podía bailar. Nada que ver con la forma en cómo se viven los conciertos ahora, en pleno 2025.

Fue una noche de julio calurosa en la que Barcelona se tiñó de color y emoción con la presencia de los Beatles, quienes actuaron a penas 35 minutos con un set de doce canciones, algunas de ellas tocadas a mayor velocidad que en su versión original y otras acortadas. A primera hora de la mañana siguiente regresaron a Londres habiendo conquistado al público español y con un exceso de equipaje que les costó 200 libras extra (¿sería por las flamencas?). Recordar aquel hito musical repasando las páginas de Cuando Los Beatles visitaron Barcelona, descubrir que la batería de Ringo Starr estaba atada con cadenas o qué hizo Lennon con el sombrero cordobés que lució, es un privilegio si pensamos que tan solo dos de ellos siguen vivos y que ya superan los ochenta. Un viaje en el tiempo que hace inevitable exclamar “¡Qué noche la de aquel día… en la Monumental de Barcelona!”. Una jornada cuyo recuerdo, gracias a la labor y el empeño de fans fervientes como Navarro, siempre seguirá vivo.

lavanguardia

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