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Manuel Belgrano, ese héroe de novela

Manuel Belgrano, ese héroe de novela

Felipe Pigna, historiador consagrado, incursiona en la novela histórica con Conspiración en Londres, un rey borbón para el Río de la Plata (Planeta). Este giro en su trayectoria se sostiene sobre la sólida base de su amor por la historia, que lo ha llevado a conectar con audiencias en Argentina y el mundo. En esta obra, Pigna transporta a los lectores al convulso año 1815, un período cargado de intrigas, derrotas y desafíos para el naciente proyecto independentista. En el centro de la trama, Manuel Belgrano emerge no solo como líder revolucionario, sino también como un hombre con dudas, luchas internas y una visión del futuro que sigue resonando en la actualidad.

En diálogo con Viva, Pigna detalla la construcción de esta novela, que combina rigor histórico con licencias narrativas. La obra explora aspectos poco conocidos de Belgrano, desde su papel diplomático hasta su sensibilidad cultural, contrastada con personajes como Bernardino Rivadavia. “Yo siempre le digo a la gente, no se pierdan a estas personas, a Belgrano, a San Martín, a Cecilia Grierson, que hicieron tanto por nosotros", apunta el historiador.

Y, como siempre sucede con la historia, habla del presente: "También lo trasladaría a nuestro momento con la gente que tenemos que hace tanto cotidianamente: la que piensa, el científico, el maestro, el actor de cine que nos llena de orgullo, el que escribe, el actor de teatro, este mundo cultural extraordinario que tenemos en la Argentina y que es de una gran potencia”.

–¿Cómo fue tu primera experiencia escribiendo una novela?

–Hubo una experiencia previa que fue muy linda, que fueron los cuentos para niños que escribí, Los cuentos del abuelo José, que son las historias que le contaba San Martín a sus nietas, una ficción que me gustó mucho hacer y también Los cuentos de Manuel, un libro sobre Belgrano. Pero esto es otra cosa, es una novela con todo lo que implica. Me encantó hacerla, la disfruté mucho, sobre todo esto de soltar la pluma sin necesidad de documentos y de todo el rigor histórico.

–Sin documentos pero con historia, ¿no es cierto?

–Sí, hay de fondo una historia muy interesante que arranca con la derrota de Belgrano y esta idea del conde Cabarrús y de esos personajes que aparecen tan interesantes, mucho viaje en barco, mucho espía, muchas cosas que me las imaginé como una película, muy cinematográficamente. Me parece que da para una linda película porque tiene mucha aventura, tiene también mucho contenido político. Lo que estaba pasando en ese momento en el país, pues se estaba poniendo en juego el futuro, es el año previo a la independencia, con traidores que intentaron entregar la patria a Inglaterra y una cantidad de cosas que me parecieron que eran claves. Hace rato que venía pensando en escribir algo sobre el año 15 y bueno, esto me vino bárbaro, la verdad.

–Y con un personaje principal y protagonista que es Belgrano, que es el gran olvidado por la historia oficial.

–Sí, un tipo muy impresionante desde el punto de vista teórico porque había estudiado en Salamanca y luego se había formado con los libros prohibidos que puede leer por una autorización papal y llega acá a un cargo del virreinato, en el Consulado, donde él escribe las famosas memorias del Consulado que son extraordinarias. En ellas habla del fomento de la industria, de la educación femenina, de la educación popular, del cuidado del medio ambiente, cuestiones muy revolucionarias para 1795 y 1796, mucho antes de la revolución. Además le toca encabezar ejércitos aunque no era lo que él quería, pero lleva adelante cosas gloriosas como los triunfos de Tucumán y Salta, el Éxodo Jujeño, pero también derrotas. Y luego la función diplomática que tiene que ver con que era una persona muy capaz, era un tipo que hablaba tres idiomas, que había tenido un estudio y una formación estatal y bueno, ahí le ofrecen esta misión o la cárcel.

–Una misión con su archienemigo Rivadavia, ¿no es cierto? ¿Qué hay de cierto en esa relación que se lee en la novela?

–La relación ríspida se ve en los documentos, en los relatos de época porque ellos habían tenido un incidente muy fuerte cuando Belgrano estaba creando la bandera y Rivadavia era secretario del Triunvirato y le prohíbe que use esa bandera, le dice que siga usando a la española, entonces tienen un altercado muy fuerte. Afortunadamente Belgrano no destruye la bandera, la usa y es la bandera que tenemos hoy. Pero bueno, queda muy dura la relación entre ellos y por eso cuando se enteran que tienen que convivir durante una misión de un año y pico, se ponen muy incómodos.

Felipe Pigna, historiador consagrado, incursiona en la novela histórica con Conspiración en Londres, un rey borbón para el Río de la Plata (Planeta). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.Felipe Pigna, historiador consagrado, incursiona en la novela histórica con Conspiración en Londres, un rey borbón para el Río de la Plata (Planeta). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

–¿Ellos representan dos proyectos de país?

–Sí, Belgrano, de un estilo muy apasionado por la patria, por la defensa de los intereses nacionales y Rivadavia era mucho más lábil y más proclive a los intereses británicos.

–Es muy interesante en la novela la descripción de los lugares, la relación con los soldados, ¿de qué manera recreaste esos escenarios?

–Por un lado, estuve en los lugares, lo que me sirvió mucho ya cuando escribí los libros anteriores. Ahí te das cuenta de lo que son esos lugares, esas desolaciones, esos paisajes tremendos y maravillosos a la vez, de una potencia y una soledad, tan lejanos de los centros de poder, en los que la palabra patria, la palabra nación cobran un sentido diferente. Y me imaginaba eso, a este hombre teniendo que luchar contra todo, contra viento y marea: en plena derrota, sostener la idea de patria, con esos soldados que estaban completamente desmoralizados, que no cobraban sueldo. Me pareció lindo arrancar por ahí, por las sensaciones que él tenía de perder compañeros muy importantes, de haberse equivocado en algún punto en la estrategia y eso le causa una culpa muy fuerte y trata de ver cómo puede remediar eso. Todos los soliloquios que tiene, me gustaba ponerlo porque es una persona a la que quiero y respeto mucho, me parece que es un tipo muy querible.

–Hacés una pintura de Belgrano, no sólo como revolucionario sino como persona.

–También está la cuestión de la sensibilidad de un tipo que disfruta Londres de otra manera, diferente a cómo lo hace Rivadavia, que lo sufre un poco; él recorre los lugares, las librerías, se interesa por Lord Byron, todas cuestiones que son reales. Me encantó meterme en ese Londres del 15, tan particular y en el Río de La Plata de esa época también. Me parecía que era lindo trasladarnos y trasladar al lector al escenario, darle elementos de cómo era la vida en ese momento, tanto en Europa como en América.

–¿Cómo hacía Belgrano para que esos soldados tan desolados, defendieran una patria que no lograba acobijarlos?

–Belgrano se interroga sobre qué será la nación para esta gente que no recibe nada, que está tan lejos, que nunca vieron ningún beneficio de lo que implicaría la libertad, más allá de los esclavos que sí eran liberados para pelear, pero está bueno esto de plantearse cómo hablarle a la gente. Lo había encontrado cuando logra convencer a todo un pueblo con el Éxodo Jujeño, pero acá estaba muy difícil seguir convenciendo a los soldados que no cobraban y que estaban lejos de su familia. Yo quise mostrar la derrota en toda su dimensión y cómo este tipo trata de armarse para seguir a pesar de todo.

–¿Y quiénes lo acompañan para poder armarse y seguir?

–Bueno, él se apoya en algunos de sus lugartenientes importantes; en algún momento en Dorrego, en otro momento en Lamadrid, que son personajes también muy interesantes. En San Martín, que es quien lo salva. Lo admira mucho sin conocerlo porque simplemente le han contado quién es y empieza toda una correspondencia previa al famoso encuentro en Salta. La admiración es mutua porque cuando Monteagudo le alcanza a San Martin los escritos de Belgrano, queda muy impactado. Por eso San Martin quiere rescatarlo porque lo considera muy valioso y lo ve perdido y enfermo. Le organiza el ejército, le da ánimo. Le dice que la derrota no es responsabilidad suya, sino de los que lo instigaron a seguir cuando él decía que no había que hacerlo. San Martín cuenta, ya estando en el Perú y con la demora del caso (una noticia tardaba 2 o 3 meses en llegar), que el día en que se entera de la muerte de Belgrano es uno de los días más tristes de su vida.

Felipe Pigna, historiador consagrado, incursiona en la novela histórica con Conspiración en Londres, un rey borbón para el Río de la Plata (Planeta). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.Felipe Pigna, historiador consagrado, incursiona en la novela histórica con Conspiración en Londres, un rey borbón para el Río de la Plata (Planeta). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

–Hablamos de cómo se hacía para defender la patria en ese momento, ¿cómo se hace ahora para que las ciudadanías del mundo defiendan las democracias?

–Yo creo que, por ejemplo, lo que está pasando en Estados Unidos es muy fuerte porque la ciudadanía se está dando cuenta que se equivocó, que el gobierno se está metiendo con cosas sagradas como Harvard. Y ahí empezó un movimiento muy potente en Estados Unidos, básicamente de defensa a la democracia, porque ya hay síntomas como la baja brutal del turismo, que descendió un 30% desde que está Trump, porque la gente tiene miedo de que no la dejen entrar, de tener problemas; y no solamente los latinoamericanos tienen esos temores, los europeos también. En Estados Unidos hay todo un movimiento muy fuerte de parte de los actores y de los intelectuales en defensa de la democracia. Lo mismo pasa en muchos países de Europa y acá en Argentina. Es un momento delicado para las democracias mundiales, por eso me parece bueno recordar a la gente que en su momento hizo tanto por la libertad.

–¿Cómo cae la propuesta de Belgrano de tener un Rey Inca en ese momento?

–Es un proyecto que había tenido Francisco de Miranda, uno de los precursores de la independencia, un venezolano que conoció a San Martín. La idea de Belgrano surge cuando va a este viaje y ve que hay mucho lobby monárquico, propuestas de coronar un príncipe francés, un italiano, entonces él dice, ‘Bueno, ya que vamos a coronar un príncipe, coronemos uno de los nuestros, a un inca’. Pero no cualquier inca, es el hermano de Tupac Amaru, que está preso en España. Su propuesta es un reconocimiento de los pueblos originarios, a la lucha de Tupac Amaru. Por supuesto, cae muy mal en los diputados porteños, que se burlan de él, le dicen ‘cómo vamos a tener un príncipe en ojotas, un indio’. Pero lo que logra Belgrano, que yo creo que era un tipo muy inteligente, es que causa tanto escándalo la propuesta que termina aplazándose la cuestión de la monarquía en general y queda pendiente la definición de qué gobierno vamos a tener, que era un poco también lo que él se proponía con semejante idea de nombrar un inca entre estos tipos que eran tan aristocráticos.

–Deben haber pensado que estaba loco.

–De hecho lo tratan de loco, de inconducente, de perder el tiempo, y él aprovecha todo eso para que no se discuta más la monarquía.

–Eran momentos en que se pensaba que los pueblos originarios eran atrasados y bárbaros, ¿no es cierto?

–Sí, claro, les echaban la culpa de todo. Primero los sometieron, les quitaron toda la posibilidad de educarse, de crecer y después los acusaron de ignorantes, es un viejo truco. También lo hicieron en los Estados Unidos con los afroamericanos, que no los dejaban estudiar, no los dejaban hacer nada y después les decían que eran ignorantes. Lo mismo hizo Inglaterra en África: es un viejo truco de los opresores. Lo hacen con los inmigrantes, con todos los sectores populares, les quitan toda la voz, las posibilidades de estudio, de formación, de crecimiento, de desarrollo, de vinculación y revinculación y después los acusan de las peores cosas, que son causadas justamente por ese poder.

–¿Qué expectativas tenés con la novela?

–Tengo todas las expectativas, tengo mucha ilusión, la verdad. La hice con mucho cariño, mucha emoción y creo que se siente en el libro. Espero que le vaya muy bien, que la gente la lea, que se vuelva a pensar en estos grandes que tuvimos y ojalá que termine en una película, me hace mucha ilusión que termine siendo una peli o una serie o algo así. Me la imaginé muy visual cuando la escribí.

Felipe Pigna, historiador consagrado, incursiona en la novela histórica con Conspiración en Londres, un rey borbón para el Río de la Plata (Planeta). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.Felipe Pigna, historiador consagrado, incursiona en la novela histórica con Conspiración en Londres, un rey borbón para el Río de la Plata (Planeta). Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

–¿Qué novelistas te gusta leer a vos?

–A mí me encanta Almudena Grandes, que se nos fue hace poco, una gran novelista que además se metió mucho con lo histórico, particularmente con la guerra civil española. Pero para mí el modelo de novela histórica es el Nombre de la rosa, de Umberto Eco. Tiene emoción, historia, filosofía: me parece una de las novelas históricas más logradas que he leído. Después, por supuesto, Mansilla es un referente para mí en cuanto a cómo contar ciertas cosas locales, como el libro sobre los indios ranqueles, donde por primera vez le da la palabra al indio en aquel contexto, casi contemporáneamente con la Campaña al Desierto y él decide que el indio tiene que tener palabra y contar su versión. Y bueno, después Borges, por supuesto que soy muy borgiano, era un tipo al que le encantaba la historia. Tuve la suerte de conocerlo y era un gran apasionado por la historia antigua, la mitología pero también por la historia argentina. Además tiene una mirada muy psicológica del personaje, de lo qué le pasa a la persona en determinado contexto. También me encanta Cortázar, Bolaños, Murakami.

–¿Cómo te hace sentir que haya mucha gente que se acerca a la historia por tus libros y charlas?

–Para mí es un compromiso. Yo siempre le digo a la gente, no se pierdan a estas personas, a Belgrano, a San Martín, a Cecilia Grierson, que hicieron tanto por nosotros. Y esto también lo trasladaría a nuestro momento con la gente que tenemos que hace tanto cotidianamente: la que piensa, el científico, el maestro, el actor de cine que nos llena de orgullo, el que escribe, el actor de teatro, este mundo cultural extraordinario que tenemos en Argentina y que es de una gran potencia.

Felipe Pigna básico
  • Nació en Mercedes, provincia de Buenos Aires, en 1959. Es profesor de Historia por el Instituto Nacional Joaquín V. González. Su amplia trayectoria, reconocida internacionalmente, incluye numerosos proyectos fílmicos documentales, entre los que se destaca Algo habrán hecho por la historia argentina.
  • Ha publicado El mundo contemporáneo (1999); La Argentina contemporánea (2000); Los mitos de la historia argentina tomo 1 (2004), tomo 2 (2005), tomo 3 (2006), tomo 4 (2008), tomo 5 (2013); La historieta argentina (2007-2016); Evita (2007); Libertadores de América (2009, Premio Manuel Alvar en el rubro Humanidades de la Fundación Lara, Madrid); Mujeres tenían que ser. Historia de nuestras desobedientes, incorrectas, rebeldes y luchadoras (2011); Al gran pueblo argentino salud. Una historia del vino argentino, la bebida nacional (2014); Mujeres insolentes de la historia I y II (2018); Gardel (2020); entre muchos otros.
  • Es columnista de las revistas Viva y Convivimos, y de Radio Con Vos. En Radio Nacional conduce el ciclo Historias de nuestra historia. Dirige actualmente la revista Caras y Caretas y www.elhistoriador.com.ar, el sitio de historia más visitado de la Argentina.

Conspiración en Londres, un rey borbón para el Río de la Plata, Felipe Pigna (Planeta).

Clarin

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