Patrimonio de la Humanidad: ¿Qué cambia en la Esma con la llegada de los fiscales federales?

El comunicado del Ministerio de Justicia, a cargo Mariano Cúneo Libarona, fue un cimbronazo para el Museo Sitio de Memoria ESMA. Publicado en redes sociales, el texto señalaba que “los espacios que antes eran destinados a programas ideológicos, ahora servirán en la lucha contra la inseguridad”. En el mismo, el ministerio informó que destinaba un edificio de 5000 metros en el predio de la ex ESMA para que los fiscales federales se instalen para trabajar el nuevo sistema procesal que se aplicará a partir de 11 agosto en la justicia federal de la Ciudad de Buenos Aires.
La sorpresa en el Museo Sitio de Memoria ESMA fue doble. Por un lado, se redujo la Secretaría de Derechos Humanos a Subsecretaría, lo que implica un ajuste de personal, y por el otro cundió la preocupación sobre qué pasaría con el Sitio declarado a fines de 2023 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Ello significa que no se le puede cambiar el destino por el que obtuvo la declaración internacional.
Clarín consultó tanto a fuentes del Museo de la ESMA como a autoridades del ministerio de Justicia. En el segundo caso, no hubo respuesta. En el primero nos dijeron que el edificio destinado a la justicia federal es el llamado Raúl Alfonsín, nombre del primer presidente del retorno de la democracia en 1983. El edificio se sitúa detrás del que se conoce como Edificio de Familiares, pero la decisión no afectaría el Museo Sitio de Memoria que fue, en tiempos en que la ESMA era un centro clandestino de detenciones y tortura, el lugar que ocupaba el Casino de Oficiales.
Ese inmueble en concreto fue primero declarado Monumento Histórico Nacional y luego, Bien Cultural del Mercosur hasta alcanzar finalmente, durante la gestión de Marcela Losardo como embajadora ante la Unesco, la declaración de Patrimonio de la Humanidad, en una reducida lista que integran otros espacios donde han ocurrido exterminios, genocidios o atrocidades contra la condición humana. Son apenas ocho en todo el mundo.
Los sitios de memoria dentro de la Lista de Patrimonio Mundial es una apuesta por la paz y una convocatoria al diálogo impulsada por la Unesco. Son muy simbólicos por lo que recuerda y la intención de su incorporación al Patrimonio Mundial protegido por la Unesco es garantizar “la no repetición de los hechos” allí ocurrido. Ese es su mayor valor.
El Espacio para la Memoria funciona en el edificio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ex ESMA). Foto Cecilia Profetico.
Los ocho sitios aprobados hasta ahora son: la Isla de Gorée, inscripta en 1978 en el Patrimonio Mundial. Situada en las aguas litorales del Senegal, frente a la ciudad de Dakar, fue el centro de comercio de esclavos más importante de las costas africanas entre los siglos XV y XIX. En 1979 se inscribió el campo de exterminio nazi entre 1940 y 1945 de Auschwitz Birkenau, donde fueron asesinados entre 1,1 millones y 1,5 millones de prisioneros, en su vasta mayoría judíos, por parte del nazismo. Así lo señalan fuentes históricas.
El Memorial de la Paz en Hiroshima fue inscripto en 1996. También llamada Cúpula de Genbaku es la estructura del único edificio que permaneció en pie cerca del lugar donde explotó la primera bomba atómica el 6 de agosto de 1945. En 1999, la Unesco inscribió a Robben Island, situada a 12 kilómetros de Ciudad del Cabo. Fue utilizada en diferentes épocas, entre los siglos XVIII y XX, como prisión, base militar y hospital para grupos catalogados como socialmente indeseables. Su prisionero más famoso durante 27 años fue el presidente Nelson Mandela.
Recién en 2005, la Unesco inscribió el Barrio del Puente Viejo en el centro histórico de Mostar. El puente de Mostar, que exhibe la placa de inscripción a un costado, fue reconstruido con la piedra original. La ciudad data de los siglos XV y XVI. La mayor parte del centro histórico fue destruido durante la guerra de 1990 cuando se cometieron crímenes aberrantes.
Centro Cultural Haroldo Conti. Fotos Cecilia Profetico
Llegó luego el turno del sitio arqueológico del muelle de Valongo, en Brasil, inscripto en 2017. Se ubica en el centro de Río de Janeiro y abarca la totalidad de la plaza del Jornal do Comércio. Ocupa el lugar de la antigua zona portuaria de la ciudad carioca, donde se construyó en siglos anteriores un muelle de piedra para los navíos de la trata negrera que transportaban esclavos a Sudamérica. Se estima que 900 mil esclavos africanos fueron desembarcados en Valongo.
Finamente en 2023 llegó el turno de la inscripción del Museo Sitio de Memoria ESMA, símbolo del terrorismo de Estado que tuvo lugar entre 1976 y 1983.
La decisión del ministerio de Justicia unifica el Archivo Nacional de la Memoria y el Museo Sitio de Memoria ESMA que pasan a ser unidades organizativas del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH), cuando antes dependía de la Secretaría de Derechos Humanos.
Consultamos a la exdirectora del Museo, Alejandra Naftal, quien nos dijo que si bien la Unesco declaró inscripto en la Lista de Patrimonio de la Humanidad al Museo Sitio de Memoria, también lo hizo con la llamada “zona de amortiguación”, esto es el predio de emplazamiento del sitio declarado. No obstante, Naftal dijo que no afecta la declaración del Museo como parte del Patrimonio Mundial el destino que tenga el edificio Raúl Alfonsín.
Abrazo a la ex ESMA en medio de denuncias de despidos en la Secretaría de Derechos Humanos. Archivo Clarín.
La actual directora ejecutiva del Museo, Mayki Gorosito, fue cesada en su cargo el pasado 19 de mayo y se espera que las nuevas autoridades sean elegidas próximamente.
El Museo Sitio de Memoria ESMA abre al público de martes a domingo de 10 a 17 con visitas autoguiadas en inglés, español y portugués. La entrada es gratuita pero sábados y domingos de 11 a 14 es con cupo.
Clarin