Alejandra Locomotora Oliveras y la inolvidable noche de Tijuana en que un nocaut la metió en la historia grande del boxeo argentino

Alejandra Locomotora Oliveras, quien se encuentra internada desde el lunes 14 de este mes tras sufrir un accidente cerebrovascular isquémico (ACV), ha sido una referencia para el boxeo practicado por mujeres en Argentina, es la propietaria de varios récords y también fue la protagonista de una victoria que quedó impresa en los libros de historia: la que logró ante la mexicana Jackie Nava hace casi dos décadas.
Oliveras había debutado como profesional el 12 de agosto de 2005 con una victoria por nocaut técnico en el segundo asalto ante la rosarina María del Carmen Potenza en General Levalle (Córdoba). Apenas nueve meses más tarde y con solo siete contiendas en su currículum (seis victorias y un empate), le llegó su primera chance mundialista ante Nava, quien entonces era considerada una de las mejores peleadoras libra por libra del planeta.
“Me avisaron de la pelea con unas tres semanas de anticipación. Cuando me lo dijo Carlos Tello (su entrenador en ese momento), me largué a llorar por la emoción. Lo único que quería era ganar ese cinturón y dárselo a mi papá”, contó la jujeña un mes después de aquel combate. Luis, su padre, había sido el principal impulsor para que desarrollara su carrera. “Me ayudó muchísimo. Cuando llevaba tres peleas de amateur, me dijo: 'Algún día vas a ser campeona mundial'”, contó la multicampeona.
El 20 de mayo de 2006, el boxeo argentino siguió con suma atención y festejó la victoria por nocaut en el primer asalto de Jorge Rodrigo Barrios sobre el húngaro Janos Nagy en Los Ángeles, que permitió que La Hiena retuviera por segunda vez su título superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Casi a la misma hora y a 200 kilómetros de allí, en Tijuana, Oliveras desafiaba a la local Jackie Nava, entonces campeona supergallo del Consejo Mundial de Boxeo.
Hasta la limítrofe ciudad del estado de Baja California había llegado la Locomotora junto a su padre y a Carlos Tello después de un agotador viaje desde Córdoba (donde residía la retadora) y con escalas en Santiago de Chile, Lima y la Ciudad de México. En Tijuana muy pocos la conocían y menos aun confiaban en sus posibilidades de victoria ante la Princesa Azteca. Pero la retadora no desperdició su chance.
Con una actuación deslumbrante, pese a haber convivido durante parte del pleito con una triple fractura en su mano derecha, Oliveras derribó dos veces a su oponente en el segundo asalto y la despachó definitivamente en el octavo con un zurdazo fulminante que le permitió firmar una victoria que, aún hoy, es una de las más importantes (sino la más) de una boxeadora argentina.
De esta manera, la jujeña se convirtió en la primera compatriota en ganar una corona en el exterior y en la primera en conseguir un título reconocido por uno de los organismos históricos de este deporte, ya que las únicas campeonas hasta entonces, la formoseña Marcela Acuña (en las categorías supergallo y pluma) y la cordobesa Carolina Gutiérrez (gallo), habían obtenido títulos de la Women's International Boxing Association (WIBA).
Oliveras y Nava volvieron a encontrarse nueve meses después, el 2 de marzo de 2007, en el Orfeo Superdomo de Córdoba. En su segunda defensa (había derrotado a la colombiana Anays Gutiérrez en la primera), la monarca retuvo su faja con un empate en decisión mayoritaria después de una pelea muy intensa y reñida. “Quería noquear. Trabajé mucho para eso, pero ella es muy dura. De todas maneras, creo que gané bien, ni siquiera debió ser empate”, evaluó la Locomotora.
Alejandra Oliveras y Jackie Nava se enfrentaron por segunda vez en marzo de 2007 en Córdoba.
Aquel título mundial que la jujeña logró ante Nava en 2006 fue el primero de los cuatro que conquistó en cuatro categorías (también reinó en las divisiones pluma, ligero y superligero), un récord para el boxeo argentino que solo pudo igualar la pergaminense Anahí Sánchez en 2018.
Oliveras, de 47 años, está internada en terapia intensiva, con asistencia respiratoria mecánica y con pronóstico reservado, en el hospital José María Cullen de Santa Fe desde el lunes de la semana pasada tras sufrir un ACV isquémico que le provocó una severa lesión cerebral en el hemisferio izquierdo.
Según contó su familia, Oliveras mostró los primeros síntomas del cuadro neurológico durante la mañana del lunes, el día en que debía asumir como convencional constituyente de Santa Fe. Uno de sus hijos la encontró en un estado de confusión y la acompañó a un establecimiento del Sistema para la Atención Médica de la Comunidad de Santo Tomé, desde donde fue trasladada al Cullen.
Alejandra Oliveras ganó el primero de sus cuatro títulos mundiales ante la mexicana Jackie Nava en Tijuana en mayo de 2006.
La excampeona ingresó a las 9.20 a la guardia del hospital, donde se constató un síndrome confusional asociado a una pérdida de movilidad de toda la parte izquierda del cuerpo. Se le hicieron distintos estudios, que incluyeron tomografías y una resonancia, que permitieron confirmar que había sufrido un ACV isquémico del lado izquierdo.
Desde su ingreso al hospital, la evolución clínica de la excampeona fue lenta y complicada. Una semana atrás, debieron intervenirla de urgencia debido al aumento de la presión intracraneal que ponía en riesgo sus funciones vitales. Se le practicó una craniectomía descompresiva, una cirugía para reducir el edema cerebral que provocó el ACV.
Clarin