Si usted fuese Joan Garcia...

El aficionado al fútbol es un niño que, a diferencia de todos los niños, prefiere no crecer y permanecer en la infancia aunque sea para vivir en Babia. Sólo así se explica el furor que causan las traiciones a los colores, ese delito grave que cometen quienes son fichados por el máximo rival.

El portero del Espanyol Joan García Pons
Andreu Dalmau / EFEEn una sociedad reacia a los compromisos de larga duración –véase matrimonios, contratos laborales, lugares de veraneo–, el fútbol es una excepción y mira que el fútbol se ha mercantilizado. No querer aceptar la realidad es lo que convierte al aficionado en un sentimental con sentimientos, buenos a las buenas, de muy malas pulgas a las malas. De lo contrario, nadie se sorprendería de que Joan Garcia, símbolo del espíritu resistente del Espanyol de Manolo González, pueda fichar ahora por el FC Barcelona, equipo con plaza en Liga de Campeones. Si la temporada de Joan Garcia se hubiese desarrollado en la portería del Barça, hoy estaría bajo palos del España-Francia.
El RCD Espanyol debería plantearse porque le duran tan poco los jugadores que despuntanYa podemos decir misa, cantar La bien pagá o esperar a que el diputado Rufián recupere el célebre tuit de las monedas de plata de Judas dedicado a Puigdemont. Da igual; Joan Garcia ha ingresado en una suerte de historia negra del RCD Espanyol. Adiós aplausos, adiós besos al escudo, adiós fidelidad a los colores.
La indignación perica me parece tan injusta como comprensible y no será el barcelonismo quien pueda dar lecciones de comportamiento después del lamentable hostigamiento dispensado a Luis Figo, a quien todavía algunos asnos le gritan “¡traidor!” cuando se lo encuentran por la calle. En frío, soy de los que guardo un grato recuerdo de su paso por el FC Barcelona por lo que mucho que hizo en el campo. Y eso que, a diferencia del portero blanquiazul, ni había crecido en la cantera del Barça ni dejó Portugal porque soñaba desde pequeñito con Barcelona. Vino por la pasta y se fue por la pasta. Haber querido y querer mucho a una mujer no te da derecho a matarla si se va con otro...
Lee tambiénHay algo de injusto en quienes acusan a los profesionales de hacer lo mejor para sus intereses. No se puede crucificar a un jugador que ha trabajado al máximo y te ha dado tanto. Puestos a señalar, el RCD Espanyol debería tratar de ser un club con más aspiraciones que las de eludir el ascenso y ahorrar en refuerzos. O asumir sus limitaciones: comprar poco, traspasar mucho. He aquí donde debería dirigirse el enfado porque no siempre los que guardan fidelidad incondicional a un club –si hablamos del Espanyol, hablamos de Raúl Tamudo– reciben la recompensa que se merecen. Pueden incluso salir por la puerta de atrás...
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