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El reto de levantar el sistema eléctrico español desde un apagón total

El reto de levantar el sistema eléctrico español desde un apagón total

En la memoria de muchos aficionados al deporte español hay un grito mítico, “¡Trata de arrancarlo, Carlos!”. Lo lanzó Luis Moya, copiloto de Carlos Sainz (padre), el 4 de noviembre de 1998 cuando, a 400 metros de la meta del Rally de Inglaterra, su Toyota Corolla se paró en seco por una fuga de aceite y eso volatilizó las posibilidades de alzarse con el que iba a ser su tercer título de campeones del mundo de rally.

La desesperación de Moya suplicando a su piloto que volviera a poner el Corolla en marcha es peccata minuta al lado de la que se debió experimentar en Red Eléctrica en Madrid el lunes 28 de abril a las 12 horas, 33 minutos, 16 segundos y 442 milisegundos.

En ese momento, un incidente (todavía no identificado) provoca una fluctuación de frecuencia en la red. En el Centro de Control Eléctrico de la compañía desde donde se monitoriza el funcionamiento del sistema se activaron todas las alarmas. El protocolo es de sobra conocido por los técnicos. No es la primera vez que ocurre, ni la primera vez que se consigue estabilizar la red, como así ocurrió el lunes. Pero en esta ocasión no hubo tiempo para la euforia. Apenas 1,3 segundos después de ese primer evento, una segunda fluctuación detonó todos los sistemas de seguridad y la pantalla de control del sistema ofreció una información que nunca hasta ese momento se había pensado que pudiera saltar de los simuladores virtuales a la cruda realidad: España entera y Portugal estaban a oscuras.

Poco importaba en ese momento qué, quién, cómo o dónde estaba el origen de la situación. El principal objetivo era el “trata de arrancarlo”. La teoría tantas veces repasada en los cursos de formación debía ponerse en práctica.

REE coordinó a las empresas energéticas para dar entrada ordenada a las distintas tecnologías

La ‘chispa’ para conseguirlo solo podía llegar de donde sí había luz. “A las 12.44 ya se estaba recuperando la desconexión con Francia”, explican fuentes del Ministerio de Transición Ecológica. La primera entrada de energía llegó a través de Irún. A las 13.04 llega la inyección eléctrica de Marruecos, 519 MW, el 38,71% de su capacidad instantánea de red. Aunque solo era un 5% de la que necesitaba España, fue suficiente para activar el sistema. A las 13.07, se repone la primera carga en el sistema español. Apenas media hora después del cero total.

Por supuesto, los ciudadanos de a pie estaban lejos de recuperar la normalidad. Pero a partir de ese momento, comienza la ardua tarea de levantar toda una red que antes del apagón estaba demandando 25.180 MW. “El proceso podría compararse con una orquesta, aunque los músicos en lugar de estar todos en el mismo lugar tocan desde posiciones muy alejadas, siempre a las órdenes del director de orquesta, que es el centro de control de Red Eléctrica”, explica uno de los expertos consultados.

La clave es ajustar al máximo la demanda con la energía que entra en la red. Estimación que debe hacer REE, pero que deben ejecutar las empresas generadoras.

Tal y como dijo el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, a los analistas, “nuestra flota estaba preparada y estaba a disposición del operador del sistema para entrar a trabajar en cuanto recibimos sus instrucciones”. Y sin duda Iberdrola, como una de las principales empresas de energía hidráulica en España, fue de las que primero recibió la orden de actuar. El funcionamiento de las centrales de bombeo eléctrico, la tecnología de respaldo del sistema más eficiente, “es casi automática”, explican esas fuentes. Al igual que Iberdrola, Endesa, Naturgy y Acciona, como grandes generadoras, estaban a las órdenes del regulador. “Después se van generando islas alrededor de las hidráulicas que se van ampliando, y uniendo unas con otras hasta crear todo el esqueleto”, explican desde REE.

Las conexiones internacionales fueron clave para la reactivación del sistema en España

En segundo lugar, se pidió a todas las propietarias de ciclos combinados arrancar estas instalaciones a un punto inicial, algo así como “al ralentí”. Un proceso que tarda unos 30 minutos, pero desde el que luego en un solo minuto pueden incrementar un 20% su potencia de generación. Ese acelerón se fue dando a medida que los técnicos de REE lo iban ordenando. “A los que estaban activos antes del apagón les costó menos arrancar”. A partir de ese momento se fueron uniendo. “En el sistema energético todo debe estar ajustado a la perfección. Si metes más energía que la que se demanda en un determinado momento, vuelves a tener un problema”, explican fuentes técnicas consultadas. A eso se suma que, al igual que cuando se pisa el acelerador en un choche calado, no siempre se arranca a la primera o si se arranca se vuelve a parar. “Así ocurrió no en pocas ocasiones el lunes”. Pese a ello, en menos de 24 casi el 100% del sistema volvía a estar operativo. Todo un éxito si se compara con otros eventos fuera de España, como reconoció ayer la propia Red Europea de operadores de electricidad (Entso-E).

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