Las consecuencias económicas de la paz
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Las condiciones del final de la guerra de Ucrania pueden tener graves consecuencias económicas, no solo para Europa sino también para el resto del mundo. Los errores que las potencias europeas cometieron en 1919 en el tratado de Versalles no pueden repetirse de ninguna manera. No debemos olvidar que las imposiciones a Alemania como potencia derrotada, que tan bien explicó John Maynard Keynes en su ensayo The economic consecuencies of the peace , fueron un error absoluto. Pusieron las bases para el nacimiento del nacismo y de Adolf Hitler. Es decir, fueron la semilla de la Segunda Guerra Mundial. Una situación que podría repetirse si se decide convertir Rusia en un Estado paria.
Las palabras pronunciadas por el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, cuando aún estaba en el cargo, provocan una fuerte inquietud. En su opinión, Rusia tendría que pagar el coste de la reconstrucción de Ucrania utilizando todos los activos rusos confiscados. Y, por supuesto, se tendrían que mantener las sanciones económicas impuestas tras la invasión el 22 de febrero del 2022. Tales afirmaciones, que fueron plenamente respaldadas por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, son las que ahora han hecho decir al ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, que Europa no pinta nada en la mesa de negociación porque no quiere la paz. “No sé por qué deberían estar en la mesa de negociación si van a insinuar algunas ideas astutas sobre la congelación del conflicto mientras ellos mismos, como es su costumbre, carácter y hábitos, tienen en mente continuar con la guerra”.
Dependencia Europa necesita económicamente a Rusia tanto como esta necesita a Europa, sobre todo Alemania, que está sumida en una gravísima crisis económicaEsta tesis la comparte el presidente de EE.UU., Donald Trump, que ha acusado a Ucrania de ser culpable de la invasión. No es una más de sus ocurrencias. Henry Kissinger ya lo había escrito antes de morir y el ahora todopoderoso Elon Musk propuso entonces una serie de ideas para resolver un conflicto que en su opinión se podía haber evitado. Es la posición de toda una Administración y un partido como el republicano respaldado por 77 millones de votantes.
Lee también El cuello de botella de la vivienda Mariano Guindal
Lo que tiene meridianamente claro el Gobierno norteamericano es que no quiere imponer a Rusia unas condiciones draconianas. Esta es la razón por la que de entrada acepta que el Kremlin se quede con el terreno conquistado y que Ucrania no se integre en la OTAN. Además, EE.UU. va a restablecer relaciones comerciales con Rusia lo antes posible. La partida de Trump se juega en otro tablero frente a China y quiere evitar por todos los medios que un aliado poderoso como Putin
se eche en los brazos de Xi Jin Ping.
No es este el planteamiento de la UE, que entiende que es imposible un proceso de paz que premie al agresor y que permita que un país imperialista gane terreno por la fuerza. Un planteamiento loable pero poco realista cuando no se tiene ni la fuerza militar ni la económica para imponer condiciones. Lo cierto y verdad es que quien ha perdido esta guerra ha sido Volodímir Zelenski y con él la UE. Europa necesita económicamente a su vecino ruso tanto como Rusia necesita a Europa. Especialmente Alemania, que está sumida en una gravísima crisis económica porque depende energéticamente de Rusia, necesita sus materias primas y su mercado. Por si esto no fuera suficiente, hay que señalar que la UE no tiene una posición común frente a Rusia. Por tanto, lo más probable es que Europa termine pagando la reconstrucción de Ucrania y acelere su integración en la UE como ha dicho Ursula von der Leyen, sin preguntarse el precio que tendría está decisión.
Sánchez, punta de lanzaEl presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quiere convertirse en la punta de lanza contra EE.UU. y Rusia y quiere que se visualice su apoyo a Zelenski en su visita a Kyiv. También ha dejado explícito su apoyo a Palestina frente a Israel durante la visita del presidente egipcio Abdul Fatah al Sisi. Por el contrario, ha estrechado sus relaciones con China, a la que considera un socio preferente. Alinearse contra EE.UU., Rusia e Israel tal vez sea excesivo para un país tan dependiente como España del exterior
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