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Netanyahu usa el hambre como arma letal

Netanyahu usa el hambre como arma letal

Las instrucciones ordenadas por el primer ministro Benjamin Netanyahu a su ejército no requieren de una interpretación oficial; se observan sobre el terreno de la Franja de Gaza: miles de muertos, miles de desplazados, hambre provocada por una estrategia perversa y casas destruidas.

Para cualquier principiante del derecho internacional no tendría que existir una sola duda: se trata de un genocidio. Ya son más de 58 mil los muertos y más de 14 mil desaparecidos.

La historia acumula sucesos que pueden ocurrir cada tercer día, cada semana o mes, pero todos, vinculados, arrojan una clara interpretación. En el caso de la limpieza étnica en la Franja de Gaza, Netanyahu está llevando a Israel a uno estadio humillante de su historia.

Gadi Algazi, historiador israelí y profesor de la Universidad de Tel Aviv, publicó un texto estremecedor ayer en el periódico El País: “Netanyahu usa el hambre como arma de guerra”.

En marzo, Netanyahu prohibió a la ONU entrar a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria. Junto al presidente Donald Trump, el premier israelí formó una agrupación que supuestamente se encargaría de repartir alimentos y agua a los gazatíes. Se llama Fundación Humanitaria de Gaza (GHF).

Algazi escribe: “¿Cómo se lleva a cabo un desplazamiento forzoso? Por supuesto, mediante la destrucción de infraestructuras vitales, los bombardeos implacables, el hambre y la privación de los elementos esenciales para la vida. Pero también mediante el “reparto de alimentos”, camuflado como ayuda humanitaria”.

El profesor de la Universidad de Tel Aviv explica que los cientos de gazatíes asesinados por el ejército israelí al rededor de los centros de distribución “confunde, pero es crucial comprender que a lo que a primera vista puede parecer un “trágico fallo logístico” es una estrategia deliberada”.

Gadi Algazi detalla la operación perversa de Netanyahu:

“En vez de (colocar) cientos de centros de producción en toda la Franja de Gaza, gestionados por organizaciones internacionales con experiencia, Israel no ha instalado más que cuatro centros para más de dos millones de personas”.

“Es una forma de matar de hambre y arrebatar la dignidad a los supervivientes”, subraya Algazi.

Escribe que la ubicación de los cuatro centros “es la clave”.

“Uno está en la parte central de la Franja y tres en el sur”, al oeste de Rafah (...) El objetivo es empujar a la población civil hacia el sur”.

Es decir, los cuatro puntos de distribución son ubicados de manera estratégica: desplazar a los gazatíes hacia el sur. Y lo hace de manera perversa. Tienen hambre y están dispuestos a abandonar sus hogares.

El 11 de mayo, Netanyahu declaró en una sesión a puerta cerrada de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa que “la recepción de la ayuda estaría condicionada a que los gazatíes no regresen a los mismos lugares desde donde salieron para recibir la comida”.

Francesca Albanese, Relatora de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, publicó en julio del año pasado el informe Anatomía de un genocidio, en referencia a la Franja de Gaza. El gobierno del presidente Donald Trump la sancionó.

“Todos los (países) que mantengan vínculos con otro Estado acusado de crímenes de guerra, y ahora de genocidio, son responsables y violan sus deberes de legalidad internacional”, comentó Albanese a El País el sábado.

¿En dónde está la comunidad internacional que se dice respetar el derecho internacional? ¿La Unión Europea? ¿México? ¿En dónde está el canciller De la Fuente? La subsecretaria María Teresa Mercado mencionó el 14 de julio en la residencia de Francia que México respeta el derecho internacional.

México optó por una diplomacia dogmática y por abandonar la visión geocéntrica adoptando la etnocéntrica.

Eleconomista

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