Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Mexico

Down Icon

¿Primeras señales?

¿Primeras señales?

Tras el huracán de abril, parece que hemos entrado en zona más calmada: las bolsas han corregido parte de sus pérdidas, los bonos del Tesoro americano han reducido rentabilidades y el dólar ha contenido su caída. Parte de este relajamiento refleja el inicio de negociaciones entre EE.UU. y algunos de sus socios comerciales más importantes, como Japón, Corea del Sur o Vietnam; también, la esperanza (o el deseo) que se llegará a un acuerdo con China; y, finalmente, cierta moderación, o exclusión transitoria, de algunos aranceles.

No obstante, comienzan a acumularse síntomas de impacto sobre la economía real, tanto en la evidencia anecdótica de caída del comercio como en las previsiones de crecimiento. Así, la información disponible sobre las expediciones chinas a EE.UU. confirma su brusca reducción y lo mismo puede afirmarse de las entradas de bienes a China procedentes de puertos americanos. Nada que no fuera esperable dado el 145% de aranceles sobre los productos importados de China o el 125% sobre las compras chinas procedentes de EE.UU.

Comienzan a acumularse síntomas de impacto sobre la economía real

Por su parte, las previsiones para 2025 y 2026 del FMI confirman la visión de un choque no particularmente severo y, además, transitorio. Así, para 2025, espera una reducción del crecimiento mundial del 3,2% anterior al 2,8% actual (y al 3,0% en 2026); y de unas 4 décimas menos en el aumento del PIB en EE.UU. (al 1,8% en 2025 y un 1,7% en 2026), en la UE (1,2% este año y mejora del 1,5% en 2026) o en China (4,0%, tanto en 2025 como en 2026). España, por su parte, continúa con expectativas de mayores avances (2,5% en 2025 y 1,8% en 2026). Además, las previsiones de inflación reflejan modestos incrementos en EE.UU. y práctica estabilidad en la eurozona. En conjunto, unas previsiones de moderado impacto del choque arancelario.

Horizontal

Un trabajador en Yiwu, China

Kevin Frayer / Getty

Habrá que ver si responden a la convicción que la sangre no llegará al río, o la incertidumbre sobre un futuro demasiado complejo de prever. Me inclino por un acuerdo, del que quizás quedaría excluida China, entre los principales socios comerciales de América, que podría incluir menores aranceles, una caída del dólar (recuerden los acuerdos Plaza de New York de 1985) y aumento de la demanda interna de los países con excedentes comerciales con EE.UU. En este contexto, quizás se entienda mejor la decisión alemana de permitir aumentos en su endeudamiento para financiar gastos en defensa o en infraestructuras, o la de invertir 800.000 millones de euros que el plan de Draghi demanda. Se trata de medidas que impulsarán la demanda interna de la eurozona lo que, sumado a la fortaleza del euro, debería reducir su superávit y contribuir al deseable acuerdo.

No está mal, dado lo visto. Aunque también es posible que la relativa calma actual no sea sino la del ojo del huracán. Porque como la ley de Murphy postula, todo es susceptible de empeorar.

lavanguardia

lavanguardia

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow