Un aeropuerto para avanzar

La ampliación del aeropuerto de El Prat lleva años discutiéndose sin llegar a un acuerdo que la haga posible. Ahora, si todo va según lo previsto, El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, presentará un plan de extensión para desbloquear al fin el proyecto. El objetivo, que el Ayuntamiento de Barcelona apoya, está claro: conectar la ciudad con los principales centros socioeconómicos del mundo.
Los tres ejecutivos –central, autonómico y local–, las aerolíneas y el mundo empresarial consideran prioritario ampliar la infraestructura, ya al límite de su capacidad, para ganar competitividad yvuelos intercontinentales, con especial atención a Asia. También los accionistas de Aena, que ven en El Prat una rentable joya con camino que recorrer.
Aeropuerto de El Prat de Llobregat Extensión de la tercera pista para ganar capacidad en vuelos de largo radio
La comisión que estudia el futuro del aeropuerto tiene lista una propuesta, que se oficializará en los próximos días, que busca concitar criterios técnicos, económicos, medioambientales y políticos. La opción que se ha puesto sobre la mesa pasa por alargar la tercera pista –la de despegues– 500 metros, tal y como propuso inicialmente Aena. Ahora bien, la extensión tendría una menor afectación sobre La Ricarda porque arrancará más al oeste, desde la zona del Remolar. De esta manera, se intenta no afectar la laguna de la zona protegida de la Ricarda, convertida en un símbolo medioambiental de los contrarios a la ampliación. Esta vía requeriría igualmente del visto bueno de Bruselas al entrar en la red Natura 2000.
El Prat batió récord de pasajeros intercontinentales el año pasadoEn un foro organizado por La Vanguardia hace unas semanas, el presidente de Aena, Maurici Lucena, se mostró abierto a introducir algún matiz en el proyecto, tal y como finalmente sucederá . “Estamos dispuestos a admitir matices”, afirmó entonces. Se trata de una idea similar a la que apuntó el comité de expertos sobre el aeropuerto del Ayuntamiento de Barcelona en marzo. En su informe, apostaban por una “solución de compromiso” que permita alargar la pista mar pero que no tocase la laguna. Además, el comité, que presidía el exconseller Santi Vila, pedía resolver los requisitos que marca laUE.
Cualquier plan de extensión tendrá que llevar aparejado un importante paquete de compensaciones ambientales para lograr los permisos. El dictamen del Ayuntamiento insiste en que es necesario cumplir con los compromisos medioambientales pendientes de la anterior ampliación. Además, subraya que se deberían abordar las nuevas compensaciones de forma previa a la próxima extensión. Entre las acciones a acometer destacan la mejora del estado de las zonas húmedas o la renaturalización de determinadas áreas circundantes con el aeropuerto.
Alargar la tercera pista permitiría que más aviones de largo radio y tamaño –los llamados wide-body – despeguen de El Prat a la vez que se mantiene el uso de las pistas segregadas, con una para despegar y otra para aterrizar, evitando así más ruido sobre las poblaciones vecinas. La ampliación incluiría una terminal satélite y mejoras en las conexiones entre la T1 y la T2. Todo ello, conllevaría una inversión que podría superar los 2.000 millones de euros, por encima de los 1.700 que se plantearon em un principio, como efecto de la inflación.
De esta manera, se espera atraer más aerolíneas que cubran rutas entre continentes sin congestionar el aeropuerto, al límite de su capacidad a día de hoy –en 2024 se superaron los 55 millones de pasajeros–. De hecho, El Prat ha batido un nuevo récord de viajeros intercontinentales, aumentando la cuota que representan respecto al total en el último año. Por las terminales de Barcelona pasaron el año pasado más de 3,9 millones de pasajeros de largo radio, un 22,4% más que en 2023 y, lo que es más relevante, un 9% por encima que en el 2019, anterior máximo registro. Cuenta con 50 destinos intercontinentales, entre los que destacan los de Estados Unidos.
El puerto de Barcelona La ampliación de los accesos viarios y ferroviarios para mejorar la infraestructura
El intenso movimiento marítimo que registra el puerto de Barcelona necesita un acompañamiento terrestre a la altura, con una gran terminal intermodal que facilite la carga y descarga de contenedores. Los nuevos accesos viarios y ferroviarios deben solventar ese déficit que se arrastra desde hace 30 años y que ahora empieza a hacerse realidad tras muchas idas y venidas. Las tres administraciones implicadas (Ministerio de Transportes, Adif y el Port de Barcelona) han firmado los compromisos de financiación, presupuestados en 730 millones a repartir en partes iguales entre las tres partes. A su vez, el proyecto ejecutivo se encuentra en la fase final de redacción. El siguiente y definitivo paso será la licitación de unas obras de alta complejidad técnica. El poco espacio que hay disponible entre el río Llobregat a un lado y las naves de la Zona Franca al otro se aprovechará al máximo mediante una fórmula similar a un sándwich. Ahí se encajonarán las vías de ancho métrico ya existentes con un nivel inferior dedicado a las vías de ancho internacional conectadas al corredor mediterráneo y la parte superior destinada a la nueva autovía. Una vez empiecen los trabajos, se alargarán tres años como mínimo. Para que se cumplan los plazos, desde hace meses ya han empezado los trabajos previos, que incluyen numerosos desvíos de tuberías, colectores y cableado de todo tipo. Al margen de los accesos, la Autoridad Portuaria tiene activados diversos proyectos por valor de más de 330 millones. Los más destacados son la concentración de la actividad de cruceros en el muelle Adossat y el plan de electrificación para que los buques se alimenten de electricidad cuando amarren. | David Guerrero
lavanguardia