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Roger Mantegani: un trazo íntimo, teatral, urbano

Roger Mantegani: un trazo íntimo, teatral, urbano

Lo supo siempre. Roger Mantegani recuerda con claridad los viajes durante las vacaciones en el Tren Rayo (como se le decía al Rayo de Sol) desde su Córdoba natal hacia Buenos Aires, y las visitas a los museos porteños, donde quedaba deslumbrado con las pinturas que veía. Por eso, también rememora, con precisión, el día que, siendo adolescente, se plantó ante sus padres –papá, empleado de correo, y mamá, ama de casa– y les dijo: “Solo quiero dibujar”. Cordobés, 68 años, ha cumplido con creces aquel deseo: lleva una vida dedicada al arte –hizo su primera muestra a los 16 años– y acaba de inaugurar la muestra Filosofía de la esperanza en el Paseo de las Artes del Palacio Duhau. La exposición reúne 26 obras de distintas series, realizadas entre 2019 y 2025, todas de gran formato.

Aunque su biografía indique que se trata de un artista figurativo, no es precisamente este estilo el que se despliega en la coqueta galería del hotel de Recoleta –para mayor atracción, abierta al público las 24 horas, todos los días de la semana–. En este paseo, se exhiben obras con técnicas mixtas –carbonilla, óleo, pastel, collage, goteado– que muestran “personajes de la calle”, según define el propio artista.

El artista cordobés Roger Mantegani. El artista cordobés Roger Mantegani.

Hay rostros, torsos, cuerpos inclinados o de pie, en tránsito o detenidos, que emergen del fondo como visiones. Se vislumbra algún que otro perro. No hay nombres ni historias. Mantegani cuenta que se inspira cada vez que sale a pasear por los Bosques de Palermo con su perro Isidoro, un border collie que heredó. Con el celular, capta imágenes como apuntes, un registro rápido, sin exactitud, como para tener un pantallazo de lo que vendrá. O más bien de lo que no vendrá: tanto tiempo trabajó con modelo vivo que ahora lo que quiere es salirse un tanto de la figuración, de los moldes, de la prolijidad. Hacer, por así decirlo, lo-que-se-le-da-la-gana. Esto es, dibujar con los dedos, con plumeros, con trapos. Y que la obra vista de cerca parezca amorfa, pero que las formas estén ahí, sugeridas no en un primer plano, aunque sí de lejos.

“Por momentos, la obra se vuelve casi abstracta; las figuras se desdibujan, pero nunca desaparecen”, señala Mantegani, que en esta etapa de su vida y de su producción ha dejado de lado la paleta colorida para volcarse a otra más austera, más negra y blanca. Las series que se presentan dan cuenta de esa evolución: Blanco y negro, Introspecciones II, Ciudad de papel y Equilibrio del caos. “Si antes sus composiciones evocaban la precisión asombrosa de una pintura holandesa del siglo XVII, ahora domina la inquietud de las pinturas negras de Goya”, señala Julio Sánchez Baroni, historiador, crítico de arte y colaborador en Revista Ñ, en el texto curatorial que acompaña la exposición.

Roger Mantegani dibuja en papel escenográfico.Roger Mantegani dibuja en papel escenográfico.

Hay algo performático, si se quiere, en la forma en que este artista interviene el soporte: las figuras están plasmadas en telas, en afiches urbanos recuperados o en papel madera o escenográfico –porque el teatro ha sido siempre parte de su historia, por eso sus trabajos proponen un recorrido entre lo teatral y lo íntimo, entre lo imaginario y lo real–.

El viaje del artista

Se define Mantegani como autodidacta, si bien estudió en la Escuela de Bellas Artes Figueroa Alcorta de Córdoba y se formó en París con el pintor y escultor argentino Lucio Loubet. Durante los años 80, vivió y trabajó en la capital francesa, donde, además de su formación con Loubet, participó de exposiciones colectivas y comenzó a desarrollar una mirada más libre, menos académica.

A su regreso a la Argentina, continuó su producción en Córdoba y más tarde en Buenos Aires, combinando su trabajo artístico con la escenografía teatral, especialmente en el circuito independiente. Ese tránsito entre la formación académica y el camino propio dejó marcas visibles: hay rigor, pero también libertad. Hay memoria del oficio, pero también deseo de romper con él.

Roger Mantegani, en el Paseo de las Artes del Palacio Duhau.Roger Mantegani, en el Paseo de las Artes del Palacio Duhau.

Mantegani ha expuesto en espacios de arte contemporáneo en Córdoba, Buenos Aires, México, Estados Unidos y España. Sus obras forman parte de colecciones privadas en Argentina, Francia y España. Siempre mantuvo un perfil bajo en su carrera, sin alejarse nunca del trabajo manual: pinta, dibuja, ensambla y escribe notas a mano al dorso de muchas de sus piezas.

Dice Sánchez Baroni sobre la muestra: “En toda esa vorágine de formas oscuras, hay algo que enciende una señal en las almas, una filosofía de la esperanza y del amor por los más olvidados, por los desamparados y por los animales que vagan en un mundo que espera su redención”.

*Filosofía de la esperanza, de Roger Mantegani, puede verse en el Paseo de las Artes del Palacio Duhau, avenida Alvear 1661, las 24 horas, los siete días de la semana.

Clarin

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