El PP no hace amigos

Romperá Junts con el PSOE? Esta es la pregunta que se hacían ayer en el Gobierno después de que se pospusiera la decisión sobre la oficialidad del catalán en el Consejo de Asuntos Generales de la UE. Parecía que el consenso de los 27 para tirar adelante la iniciativa española era posible, pero finalmente, y antes de que las opciones fueran vetadas, se decidió tirar la pelota para adelante y esperar a una próxima ocasión.
Puigdemont en una rueda de prensa de Junts, celebrada hace unas semanas en Waterloo
Preocupaba la reacción de los posconvergentes, también que se responsabilizara al Gobierno del nuevo retraso. No fue así. Junts evitó las criticas al Ejecutivo, y este respondió con uno de sus hits de legislatura: “Hemos sudado la camiseta y lo hemos intentado de todas las maneras posibles”. La voluntad ahora es volver a llevar la oficialidad de las lenguas a la próxima reunión europea, la última bajo la presidencia de Polonia, que se celebrará a finales de junio.
Será difícil que en Junts olviden las “conspiraciones” del PP contra el catalánLa realidad es que Junts no pone en duda la implicación del Gobierno de Pedro Sánchez; otra cosa son las “conspiraciones” –así las definió el expresident Carles Puigdemont– que ha desplegado el Partido Popular por todas las cancillerías para evitar que el catalán, el gallego y el euskera se conviertan en lenguas de pleno derecho en la Unión Europea. Una intensa campaña diplomática en las que también ha implicado a Vox y que ha logrado un éxito a medias, ya que no ha supuesto ningún veto pero sí consigue retrasar la votación, pese a las intensas gestiones españolas en las que el presidente Sánchez se ha involucrado.
El PP ha intentado romper la estabilidad del Gobierno y dinamitar los puentes que el PSOE tiene abiertos con Junts. Estos de por sí ya son débiles, y a los posconvergentes les cuesta cada vez más evidenciar entre su electorado la utilidad del pacto con Sánchez cuando aún no se ha implementado del todo la amnistía y los traspasos en materia de inmigración siguen si pasar por el Congreso.
Es cierto que el Gobierno inició la tramitación de la oficialidad del catalán arrastrando los pies y que es fruto del acuerdo que hizo presidenta de la Mesa del Congreso a Francina Armengol. Pero es igualmente cierto que Alberto Núñez Feijóo ha aprovechado el debate europeo sobre la lengua para incidir en la fragilidad del pacto entre PSOE y Junts e intentar finiquitar cualquier posibilidad de entendimiento entre ambos partidos. Poner palos en las ruedas para no dar tregua a Sánchez en España y cuestionar su influencia en Europa.
La oposición del PP a que se hablen las tres lenguas cooficiales en Europa es lícita, pero será difícil que en Junts olviden estas “conspiraciones”. Las relaciones con los populares, sin llegar a ser fluidas, habían mejorado por coincidencias en el modelo económico e ideológicas en las votaciones del Congreso. Existía un punto de conexión, pero para los posconvergentes se han traspasado todas las líneas al oponerse a una cuestión que está recogida en el Estatut de Catalunya y que pasó la criba del Constitucional.
Hace unos meses, el PNV dio por rotas las relaciones también con Feijóo por oponerse a la devolución de la sede de los jeltzales en el exilio en París. Ahora, el líder popular las ha complicado más y se ha cerrado las puertas con Junts. Le queda Vox y reafirmar su liderazgo ante su partido en el congreso del próximo mes de julio, días después de que posiblemente se vuelva a dirimir sobre el futuro del catalán, el euskera y también el gallego en Europa.
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