Sánchez pierde apoyos al tratar de victimizarse

La confianza en el Gobierno está muy diezmada por el caso Ábalos-Cerdán y los ataques a la Justicia.

Pedro Sánchez dio un paso más ayer en su estrategia de victimización para rebajar el alcance de las responsabilidades por el presunto cobro de comisiones ilegales por parte de los dos últimos secretarios de organización del PSOE a cambio de adjudicaciones de obra pública. En una carta abierta a los militantes de su partido, eleva el tono al cuestionar las investigaciones de la Guardia Civil en su papel de policía judicial sobre las actividades de Santos Cerdán y José Luis Ábalos junto a su excolaborador Koldo García, e incluso las llega a enmarcar dentro de una "operación de demolición moral" del Gobierno que preside.

Una afirmación inadmisible viniendo de parte de quien tiene la función constitucional de respetar la separación de poderes, por mucho que se circunscriba al ámbito de las relaciones entre un dirigente político y los afiliados a su formación. Más aún, teniendo en cuenta el malestar existente dentro de la carrera judicial y de la fiscal por los reiterados ataques de miembros del Ejecutivo a los magistrados, la descarada instrumentalización de la Fiscalía General del Estado, así como las reformas impulsadas por el ministro de Justicia, Félix Bolaños, que modifican el acceso reglado a ambos cuerpos de la Administración.

De hecho, las asociaciones mayoritarias de jueces y fiscales han anunciado la convocatoria de una histórica huelga para los próximos días 1, 2 y 3 de julio en protesta por el intento de aumentar la politización de los organismos judiciales y favorecer la incorporación de profesionales más afines a los intereses del Ejecutivo. Una movilización que estará precedida por una concentración de ambos colectivos ante la sede del Tribunal Supremo para este mismo sábado y la denuncia de los planes del Ministerio ante las autoridades europeas por vulnerar los estándares comunitarios.

Pese a esta palmaria muestra de hartazgo de los profesionales de la carrera judicial y fiscal, Bolaños reiteró que las reformas continuarán tramitándose porque hay una mayoría parlamentaria favorable a las mismas. Pero la crisis por la presunta corrupción en el seno del PSOE ha llevado a los socios de Sánchez a subir de nuevo el listón de sus exigencias para sostenerle en el poder, ya sea para reclamar el cumplimiento de las cesiones pendientes (como Junts), o para exigir mayor contundencia para erradicar estas conductas de la Administración (ERC). La confianza en el Gobierno está muy diezmada, y hoy será visible durante la sesión de control del Congreso.