Sánchez se juega el curso del mandato con el alcance del plan anticorrupción

“Nos jugamos mucho”, admiten en la Moncloa, ante la comparecencia que Pedro Sánchez protagonizará hoy en el Congreso para tratar de contener la irritación de los socios de coalición y aliados de legislatura por los escándalos de corrupción que se suceden en el PSOE y que amenazan con tumbar al Gobierno y dinamitar la legislatura.
Sánchez desplegará así un plan anticorrupción “muy ambicioso” al que ha incorporado propuestas que tanto Sumar como los grupos de la mayoría de la investidura le pusieron sobre la mesa.
Según ha podido saber La Vanguardia , la propuesta contaría con hasta 15 medidas. No se trataría tanto de un paquete limitado a dar respuesta al escándalo del caso Koldo y sus derivadas en el PSOE, sino de un proyecto con vocación de medio y largo plazo. Una iniciativa alineada con la propuesta de oficina anticorrupción planteada por los de Yolanda Díaz y que contempla, entre otros puntos, la prohibición de que empresas condenadas por corrupción puedan optar a contratos públicos durante 20 años, así como la creación de un organismo independiente con capacidad para investigar y sancionar a los infractores.
El jefe del Ejecutivo quiere poner contra las cuerdas al PP, también salpicado por casos de corrupciónSánchez buscaría así marcar un punto de inflexión en la lucha contra esta lacra. Por un lado, para responder a las exigencias planteadas por sus socios de coalición. Pero también para poner el PP contra las cuerdas obligándole a significarse. O bien asumiendo un paquete que, de haber estado en vigor durante la instrucción de los casos Gürtel o Púnica, hubiera profundizado en el socavón interno provocado en Génova. O bien negándose a pactarlo, lo que desactivaría parte de la ofensiva que Alberto Núñez Feijóo tenga preparada.
En el Ejecutivo advierten, de hecho, que la corrupción afecta a todos los grandes partidos, como así reflejan los informes anuales de la Comisión Europea.
El objetivo de Sánchez es tratar de salvar el curso de la legislatura en medio del temporal y, al tiempo, intentar preservar la mayoría de la investidura, donde los escándalos protagonizados por los dos últimos exsecretarios de organización del PSOE –Santos Cerdán, que está en prisión, y el exministro José Luis Ábalos–, abrieron muy serias grietas. Pero también presionar a Alberto Núñez Feijóo.
El PSOE asegura contar con la confianza de la Cámara, pese a la demanda de Coalición Canaria o CompromísEn la Moncloa no contemplan que hoy se pueda plasmar una mayoría contraria a Sánchez. Para empezar, porque en esta sesión parlamentaria no se votará nada. “Si algún grupo quiere proponer una moción de censura, que lo digan”, retan, en referencia al PP y Vox.
Y pese a que otros grupos, como Coalición Canaria o Compromís, sí defienden que Sánchez se someta a una cuestión de confianza, en la Moncloa insisten: “Estamos convencidos de que tenemos la confianza de la mayoría de la Cámara”. Aunque sí asumen que habrá duras críticas hacia Sánchez.
“Cada grupo tendrá que elegir el tono, y el bando en el que les sitúa ese tono”, añaden, en implícita alusión a Podemos. Y aseguran que el discurso de Sánchez será “propositivo y en positivo”. “No para resistir, sino para avanzar”, advierten.
Sumar contiene la presión, pero marcará perfil propio si Sánchez no les convenceLa alternativa, recuerdan en la Moncloa, sigue siendo un Gobierno del PP y Vox. Y las demandas de la ultraderecha de deportar inmigrantes –un “delirio xenófobo”, según denunció el Gobierno– vuelven a servir en bandeja a Sánchez su discurso contra la “ola reaccionaria”, que es el mejor pegamento para la mayoría de la investidura.
Sánchez, en todo caso, medirá hoy en el Congreso su crédito en una suerte de examen de reválida que definirá no solo el rumbo de la legislatura, sino también la cohesión del heterogéneo bloque de socios y aliados.
En este escenario de ebullición, el espacio confederal que lidera Yolanda Díaz llega a la cita parlamentaria con una mezcla contenida de escepticismo, impaciencia y, sobre todo, expectativa.
No habrá votación, pero sí juicio político. Sánchez se enfrenta hoy a su revalida parlamentariaDurante días, el malestar fue en aumento ante lo que varios de sus portavoces denunciaron como un “inmovilismo inadmisible” del PSOE ante los escándalos de corrupción. Pero la jornada de ayer, sin embargo, abrió una tenue rendija al optimismo después de que, a mediodía, el entorno del presidente contactara con la dirección de Sumar para consensuar parte del paquete de medidas.
Sin embargo, en el grupo plurinacional son plenamente conscientes de que es Sánchez quien tiene la última palabra. Por eso nadie se salió ayer de la prudencia estratégica. Si el paquete de medidas que proponga el presidente incluye parte de su recetario, “la legislatura podría relanzarse”. De lo contrario, no descartan un desenlace diferente: “Hay que estar preparados para todo”, advirtió el portavoz de los Comunes, Gerardo Pisarello, asegurando que si el PSOE no quiere “asumir las urgencias” que reclama la ciudadanía, “lo haremos nosotros”.
Sumar, de hecho, ha decidido asumir protagonismo en el pleno pese a que la corrupción se circunscribe al PSOE. Y serán varias las voces que, además de la portavoz parlamentaria, Verónica Martínez Barbero, den las diferentes réplicas a Sánchez.
Todo ello en un pleno en el que se prevé un ataque duro y frontal del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que –según fuentes populares– interpelará directamente a los socios parlamentarios de Sánchez para que “se dejen de milongas” y escojan entre “el presidente o la decencia”.
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