Sánchez trata de contener la crisis con dos tandas de medidas anticorrupción

“¿Nos hacemos el harakiri?”, requieren en la Moncloa, como reacción al escándalo de corrupción que mantiene en serios aprietos a Pedro Sánchez. Pero es una pregunta retórica: entre las opciones que tiene sobre la mesa, aseguran que el presidente del Gobierno no baraja su suicidio político como respuesta al “triángulo tóxico” que anidó en el PSOE, compuesto por Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García.
“¿Dimitimos todos mañana y dejamos gobernar al PP?”, insisten en el equipo de Sánchez. Eso, resuelven, sería “caer en la trampa” de la derecha. No es tampoco, por tanto, una opción. “Este presidente no es corrupto, no somos unos corruptos y nos avergüenza lo que ha pasado”, advierten. “Pero seguimos siendo los más idóneos para seguir luchando para erradicar la corrupción”, aseguran.
Sin contemplar, al menos por ahora, la dimisión, un relevo en la presidencia, precipitar las elecciones, someterse a una cuestión de confianza o revalidar su liderazgo en un congreso extraordinario del PSOE, Sánchez trata de atajar la sangría, para sobrevivir y mantener a flote su mandato, con dos paquetes de medidas anticorrupción, según confirman a La Vanguardia en su núcleo duro.
El presidente tiene previsto anunciar el primero de estos paquetes de iniciativas, de carácter orgánico e interno, en el congreso federal del PSOE que presidirá el próximo sábado, 5 de julio, en Ferraz. La expectación es máxima, y también la ansiedad por la gravedad de la situación, como prueba que más de 300 miembros del comité federal hayan confirmado ya su asistencia a la reunión del máximo órgano de decisión del PSOE entre congresos.
La ansiedad es máxima en el PSOE: más de 300 miembros del comité federal confirmaron ya su asistencia el sábadoPreviamente, esa misma mañana, está previsto que Sánchez proponga a su ejecutiva el nuevo organigrama de la cúpula de Ferraz, con el nombre designado para relevar a Cerdán al frente de la secretaría de organización, que a continuación ratificaría el comité federal.
Aunque nadie parece tener aún certidumbres, pese a las numerosas quinielas que circulan, la mayoría coincide en que la secretaría de organización la asumirá esta vez una mujer. Sería así la primera desde que Leire Pajín ocupó el puesto entre el 2008 y 2010, durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. La única mujer que previamente tomó las riendas de organización fue Carmen García Bloise, entre 1979 y 1984, con Felipe González como líder del PSOE.
Sánchez prevé anunciar un segundo paquete de medidas anticorrupción, de carácter legislativo, en la comparecencia que protagonizará el próximo miércoles, 9 de julio, ante el pleno del Congreso de los Diputados. Y en la Moncloa apuntan que así lo hará porque habrán de ser las Cortes las encargadas de aprobar después estas nuevas iniciativas legislativas.
El presidente ya tiene sobre la mesa un amplio abanico de medidas posibles, pendientes de concretar, y muchas propuestas de su socio de coalición, Sumar, y de los aliados de legislatura. María Jesús Montero y Félix Bolaños coincidieron ayer, en su reunión con Ernest Urtasun y otros representantes del espacio confederal, en “la necesidad de dar un empujón a la legislatura con medidas sociales y anticorrupción”.
Hay coincidencia en que una mujer será la nueva secretaria de organización: la tercera tras Pajín y BloiseMientras Sánchez permanece en Sevilla desde el pasado domingo hasta esta misma tarde, con una intensa agenda en la cumbre de financiación al desarrollo de la ONU, su núcleo duro trata de contener esta crisis, entre enormes presiones internas y externas.
Félix Bolaños insistió en que seguirán gobernando “hasta el 2027”. Y Óscar López subrayó que el presidente “puede y debe continuar”. “La obra de este Gobierno es demasiado grande como para que se vea manchada por dos personas que nos han traicionado”, advirtió.
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