Trump y Newsom: Choque Frontal por Tropas y Redadas Escala a Crisis Política Nacional

La tensión política en Estados Unidos ha alcanzado un nuevo pico con el enfrentamiento directo entre el presidente Donald Trump y el gobernador de California, Gavin Newsom. La decisión de Trump de federalizar la Guardia Nacional en Los Ángeles para controlar las protestas contra las redadas de inmigración, pasando por encima de la autoridad del gobernador, y la subsiguiente demanda de Newsom contra la administración federal, han puesto de manifiesto no solo una profunda divergencia política, sino también una animosidad personal que amenaza con tener profundas repercusiones a nivel nacional.
El actual campo de batalla es Los Ángeles, donde las manifestaciones contra las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han llevado a la administración Trump a tomar la «extraordinaria medida» de activar a la Guardia Nacional bajo mando federal. El presidente Trump ha justificado esta acción argumentando que sin la presencia militar, Los Ángeles «sería una escena del crimen como no hemos visto en años». En sus redes sociales, Trump no ha escatimado en críticas hacia Newsom, llegando a escribir mal su nombre y utilizando apodos despectivos, afirmando que el gobernador «ha perdido totalmente el control de la situación» y que debería «agradecer por salvarle el pellejo, en lugar de tratar de justificar sus errores e incompetencia».
Por su parte, el gobernador Newsom ha calificado la acción presidencial como un «abuso de poder» y un «paso inequívoco hacia el autoritarismo». Newsom sostiene que Trump no le advirtió sobre el despliegue de tropas en una llamada telefónica previa, una afirmación que el presidente disputa. Tras presentar una solicitud de emergencia en un tribunal federal para bloquear el uso de la Guardia Nacional y los Marines en redadas de inmigración, Newsom acusó públicamente a Trump de exceder su autoridad y advirtió: «Puede que California sea la primera, pero claramente no terminará aquí. Otros estados son los siguientes. La democracia es la siguiente. La democracia está siendo atacada ante nuestros ojos».
«El mundo está siendo arrojado a California. Prisioneros. Terroristas. Enfermos mentales», afirmó Donald Trump en 2023, pintando un panorama sombrío del estado dorado.
La enemistad entre Trump y Newsom no es nueva. California ha sido un bastión de oposición a Trump en sus tres campañas presidenciales, y el presidente ha atacado consistentemente al estado en diversos frentes: desde la crisis de personas sin hogar hasta la gestión de incendios forestales y las políticas de inmigración.
Sin embargo, la relación no siempre ha sido de confrontación total. Han existido momentos de cooperación pragmática. Como gobernador electo en noviembre de 2018, Newsom acompañó a Trump a inspeccionar los daños por incendios forestales en Paradise, California, y ambos se comprometieron a dejar de lado las diferencias políticas para ayudar a la comunidad. Durante la pandemia de COVID-19 en 2020, Newsom elogió la asistencia de la administración Trump, agradeciendo el envío de mascarillas y guantes. Más recientemente, en enero, Newsom recibió a Trump en Los Ángeles para evaluar los daños de otros incendios, y ambos prometieron colaboración para la recuperación. «Estuviste ahí para nosotros durante el COVID. No lo olvido», dijo Newsom. Trump respondió: «Lo haremos. Lo lograremos».
Esta aparente cordialidad formaba parte de una estrategia de Newsom de apelar al centro, mostrándose como un pragmático, especialmente tras las elecciones de 2024 donde los demócratas perdieron estados clave. Newsom incluso participó en un podcast con aliados conservadores de Trump y moderó algunas de sus posturas, como la oposición a atletas transgénero en deportes femeninos, mientras los incendios forestales devastaban el estado.
No obstante, Newsom también ha sido uno de los principales portavoces demócratas advirtiendo sobre las consecuencias del regreso de Trump a la Casa Blanca y ha emprendido acciones legales contra políticas federales, como una demanda en abril contra la autoridad de Trump para imponer aranceles generalizados.
Este último choque ha posicionado a Newsom como una figura demócrata prominente capaz de enfrentarse directamente a Trump, un papel que ha sido elogiado por líderes como el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer. Analistas políticos, como el comentarista conservador Ben Shapiro, ven las acciones de Newsom como una clara estrategia con miras a una posible candidatura presidencial en 2028, buscando convertirse en «la cara de la resistencia a Trump».
La escalada del conflicto subraya la profunda polarización del país y cómo las disputas sobre inmigración y autoridad federal pueden rápidamente convertirse en crisis políticas nacionales. La forma en que se resuelva esta confrontación en California podría sentar un precedente importante para las relaciones entre el gobierno federal y los estados, especialmente aquellos con liderazgo demócrata.
La batalla legal sobre la Guardia Nacional es solo un frente en esta guerra política más amplia. Con la administración Trump señalando su intención de recortar fondos federales para proyectos de California como el tren de alta velocidad y amenazando con intervenir en políticas estatales sobre emisiones de vehículos y derechos transgénero, la relación entre el estado más poblado de la nación y Washington D.C. parece destinada a seguir siendo conflictiva.
La capacidad de Newsom para equilibrar la necesidad de trabajar con el gobierno federal y su papel como una de las voces más críticas de la oposición demócrata será puesta a prueba en los próximos meses, con implicaciones que van mucho más allá de las fronteras de California.
La Verdad Yucatán