El síntoma que se manifiesta en los oídos y puede predecir una enfermedad cardiovascular

La conexión entre el sistema cardiovascular y la audición es mucho más estrecha de lo que podríamos pensar, hasta el punto de que algunos vasos sanguíneos nutren por igual al corazón y al oido interno: cuando existen problemas circulatorios ambos órganos se van a ver afectados. Desde esta perspectiva, revisar la salud auditiva podría ser un eficaz método de detección de insuficiencia cardiaca.
Según datos que revela un reciente estudio llevado a cabo en la Universidad Médica del Sur de Guangzhou (China), y publicado en la revista especializada Heart, existe una circunstancia concreta que tiene que ver con nuestra salud auditiva y que, de producirse, podría significar un síntoma precoz de riesgo cardiovascular. ¿Cuál es esa señal? La pérdida auditiva.

Los hallazgos de esta investigación científica plantean un nuevo escenario en cuanto al planteamiento de la prevención de enfermedades cardiacas, de manera que una revisión auditiva anual podría llegar a ser tan relevante como un electrocardiograma, por ejemplo.
Con el envejecimiento, es hasta cierto punto natural que se vaya perdiendo agudeza auditiva. Sin embargo, cuando ese problema se acelera, los datos reflejan que el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares (infarto, insuficiencia cardiaca) es significativamente mayor cuanto menos se oye. Concretamente, más de la mitad de las personas con deficiencia auditiva tenían más posibilidades de desarrollar patologías cardiacas que los que oían bien.
Por increíble que parezca, estas cifras en realidad sólo reflejan el estado de la salud vascular. Así pues, el llamado 'síntoma del silencio', puede alertar de problemas vasculares serios, que podrían desembocar en enfermedad cardiaca.

De la misma manera que la pérdida auditiva puede ser síntoma precoz de problemas de corazón, factores como el estrés oxidativo, la inflamación crónica o la ateroesclerosis también pueden dañar las células que conforman y hacen funcionar al oido interno. Son, pues, dos órganos comunicados por el sistema vascular: si falla uno, es más probable que el otro presente problemas.
Esta investigación no hace sino confirmar que todas las funciones del organismo están interconectadas, y que si observamos que hemos perdido agudeza auditiva no los ejemos pasar. ¿La razón? Este síntoma que podemos asumir como 'normal por la edad' podría estar avisando en realidad de algo más importante como un daño cardiovascular.

A raíz de este descubrimiento de la relación entre el oido y el corazón, los expertos sugieren que se normalicen de una forma generalizada las pruebas auditivas (algo que en España no está en absoluto asumido). Asociar de alguna manera ambos campos de acción en el diagnóstico, de la primera causa de muerte en el mundo (enfermedades cardiovasculares), podría salvar muchas vidas.
Otorrinos y cardiólogos deberían, según el estudio, trabajar mano a mano para reforzar la salud del futuro: la medicina preventiva. La pérdida auditiva podría reflejar el estado general de salud vascular del individuo, y 'dar la cara' como un indicador temprano de enfermedades cardiovasculares de vital trascendencia.
Los responsables concluyen que las dificultades auditivas pueden conducir a un mayor nivel de estrés y ansiedad, empeorando las relaciones sociales (por no oír bien). Estos factores, a su vez, pueden activar el sistema nervioso simpático, provocando inflamación, estrés oxidativo y ateroesclerosis, lo que por su parte acelera el deterioro del corazón.
Yu Huang, Yanjun Zhang, Yuanyuan Zhang, Hao Xiang, Ziliang Ye, Sisi Yang, Xiaoqin Gan, Yiting Wu, Yiwei Zhang, Xianhui Qin. 'Hearing impairment, psychological distress, and incident heart failure: a prospective cohort study'. Publicado en la revista Heart, BMJ Journals. Consultado online en https://heart.bmj.com/content/early/2025/04/03/heartjnl-2024-325394 el 8 de mayo de 2025.
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