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Hay malestares prevenibles que necesitan atención especializada

Hay malestares prevenibles que necesitan atención especializada

Una parte fundamental del bienestar de las mujeres está relacionada con la salud ginecológica, ya que en las distintas etapas de su vida pueden presentarse diversos padecimientos, desde trastornos menstruales y enfermedades de transmisión sexual, hasta quistes ováricos, endometriosis, miomas, enfermedad pélvica inflamatoria y síndrome genitourinario.

Cada etapa de la vida requiere cuidados específicos, señala el doctor Radamés Rivas López, médico especialista en Ginecología y Obstetricia, con subespecialidad en Biología de la Reproducción Humana. En entrevista, expone las enfermedades más frecuentes según el rango de edad, en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, que se conmemora el 28 de mayo.

Diferentes etapas

El especialista señala que la salud reproductiva femenina puede dividirse en etapas que van desde la adolescencia hasta la menopausia, cada una con características y riesgos particulares.

Durante la adolescencia, los padecimientos más comunes son las alteraciones menstruales, principalmente los sangrados irregulares. Es habitual que, tras la primera menstruación, la regla no se presente mensualmente, sea muy abundante o llegue cada dos o tres meses. Este comportamiento puede ser normal durante los primeros seis a ocho meses; sin embargo, si después de un año persisten las irregularidades o se presentan dolores intensos, es necesario acudir al médico, pues estos síntomas pueden ser incapacitantes.

Rivas López indica que cerca del 90% de las adolescentes experimentan trastornos menstruales como sangrados irregulares, ausencia de regla, sangrado excesivo o dolor intenso. Aunque estos problemas son comunes, la buena noticia es que son tratables y controlables con atención oportuna.

Con el inicio de la vida sexual, se incrementa el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS), entre las que destacan clamidia, virus del papiloma humano (VPH), gardnerella y trichomonas. El médico subraya que la vacuna contra el VPH debe aplicarse entre los 9 y 10 años, antes del inicio de relaciones sexuales. Existen esquemas de dos o tres dosis, dependiendo del tipo de vacuna y del laboratorio. Esta inmunización puede prevenir hasta el 80% de los cánceres relacionados con el VPH.

Aunque en México la vacunación contra el VPH es relativamente reciente, ha demostrado eficacia. Hace tres décadas, el cáncer cervicouterino era la principal causa de muerte por cáncer en mujeres; hoy ha sido superado por el cáncer de mama, gracias a los esfuerzos preventivos como la vacunación, revisiones periódicas y tratamientos adecuados.

También es frecuente que las adolescentes presenten quistes en los ovarios, los cuales en su mayoría son benignos, aunque pueden causar dolor. Si se rompen, pueden requerir intervención quirúrgica. Otro problema común en esta etapa es el desequilibrio hormonal, que puede derivar en acné y alteraciones del ciclo menstrual. El síndrome de ovario poliquístico también suele diagnosticarse en esta etapa o durante los primeros años de la edad reproductiva.

En la etapa reproductiva, los padecimientos más frecuentes incluyen la endometriosis, enfermedad caracterizada por el crecimiento de tejido fuera del útero, que genera dolor crónico, alteraciones menstruales e infertilidad. Este padecimiento tiene un alto impacto en la vida diaria de las pacientes, pues puede provocar ausencias escolares o laborales.

Los miomas, tumores benignos ubicados en el músculo uterino, son otra causa común de menstruaciones irregulares y dificultad para concebir. Asimismo, la enfermedad pélvica inflamatoria es un padecimiento frecuente, similar en síntomas a las ITS, aunque no siempre es causada por bacterias de transmisión sexual. Agentes como la gonorrea, sífilis o micoplasma pueden generar infecciones en el tracto genital o urinario.

Durante la perimenopausia y la menopausia, los trastornos más comunes son los asociados al síndrome genitourinario, provocado por la disminución de estrógenos. Entre los síntomas se encuentran sequedad vaginal, dolor durante las relaciones sexuales, irritación y picazón.

El doctor Rivas aclara que, aunque en algunos casos se recurre a la terapia de reemplazo hormonal, no siempre es necesaria. Existen tratamientos locales como óvulos o cremas con estrógenos, que ayudan a restaurar el epitelio vaginal. En esta etapa también hay mayor predisposición a infecciones vaginales y urinarias recurrentes, debido a la deficiencia hormonal, lo que facilita la proliferación de bacterias y hongos.

Cada vez más mujeres en la etapa de la perimenopausia se preocupan por su salud y buscan asesoría médica para afrontar adecuadamente esta etapa. El especialista advierte que existen canales digitales que difunden información errónea, lo que ha contribuido a satanizar el uso de hormonas. “El problema no son las hormonas en sí, sino su uso inapropiado, mal indicado o prescrito por personas no profesionales, lo que puede derivar en complicaciones”, señala.

Cuando se utilizan de manera adecuada, las hormonas son grandes aliadas, ya que su objetivo es sustituir o reconstituir lo que el organismo pierde con la disminución estrogénica. Cada paciente requiere un tratamiento individualizado, con la dosis, presentación y frecuencia adecuadas para su situación particular.

Otros problemas

En la menopausia, además de los síntomas ginecológicos, las mujeres se enfrentan a problemas de mayor complejidad, como enfermedades cardiovasculares. La disminución de estrógenos eleva el riesgo de infartos, accidentes cerebrovasculares y trastornos en el metabolismo de los lípidos. También pueden presentarse ansiedad, depresión y trastornos del sueño, lo que puede impactar de forma significativa en la calidad de vida.

Otros síntomas frecuentes en esta etapa son los bochornos, resequedad de la piel, dolor en las relaciones sexuales y atrofia vaginal. Si bien no se consideran enfermedades propiamente, afectan el bienestar de las mujeres.

Asimismo, la osteoporosis es una afección común durante la menopausia. La pérdida de densidad ósea provoca debilidad y un alto riesgo de fracturas. Por ello, el abordaje debe ser integral y multidisciplinario, con apoyo de especialistas como urólogos, cardiólogos, internistas, psiquiatras o psicólogos, según las necesidades de cada paciente.

El doctor Radamés Rivas exhorta a las mujeres a no descuidar su salud, a prepararse con anticipación para cada etapa de la vida, y no esperar a que surjan complicaciones. Llevar un estilo de vida saludable, mantener un peso adecuado, prevenir o controlar enfermedades crónicas, y realizar actividad física regular puede hacer una gran diferencia para envejecer con calidad de vida y bienestar integral.— Iris Ceballos Alvarado

Factores de riesgo silenciosos Más detalles

El sedentarismo, tabaquismo y automedicación afectan el equilibrio hormonal femenino.

Salud hormonal

Los cambios en la producción de estrógenos influyen en el ciclo menstrual, fertilidad y síntomas físicos o emocionales durante la vida de la mujer.

Cuidado integral

La salud ginecológica debe atenderse junto con aspectos metabólicos, emocionales y cardiovasculares para lograr bienestar femenino en cada etapa vital.

Cáncer prevenible

El virus del papiloma humano puede causar cáncer cervicouterino, pero una vacunación adecuada reduce significativamente el riesgo en mujeres jóvenes.

Multidisciplinario

La atención en menopausia requiere diversos especialistas que acompañen a la mujer en su adaptación física, emocional y preventiva a esta etapa.

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