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Los agonistas del receptor de GLP-1 conllevan riesgos

Los agonistas del receptor de GLP-1 conllevan riesgos

Los medicamentos agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), que suelen prescribirse a personas con diabetes tipo 2, se han popularizado entre personas que desean perder peso, pero su consumo puede resultar contraproducente si no se sigue la guía de un especialista en la materia.

Aunque los beneficios de esos fármacos son notables en varios rubros, hay la posibilidad de que se presenten efectos secundarios, que debe sopesar el médico para recetar las medicinas según la necesidad del paciente.

En países como Estados Unidos, el uso del GLP-1 se ha incrementado para perder peso; figuras públicas como Kim Kardashian, Oprah Winfrey, Elon Musk, Tracy Morgan y Travis Scott han sido asociados o han hablado abiertamente del uso de este fármaco para adelgazar, lo que lo ha hecho popular.

Sin embargo, como todo medicamento, debe ser recetado por un profesional de la salud, que debe supervisar el tratamiento.

La licenciada en Dietética y Nutrición Ina Alejandra Beristain Navarrete explica que en el tratamiento de la obesidad los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) han surgido como una alternativa prometedora.

“Estos fármacos imitan la acción de la hormona incretina en el cuerpo, lo que ayuda no solo a controlar los niveles de glucosa en sangre, sino también a promover la pérdida de peso”.

Explica que la hormona GLP-1 desempeña papeles fisiológicos importantes: estimula la secreción de insulina, reduce la producción de glucagón y ralentiza el vaciado gástrico, lo que contribuye a aumentar la sensación de saciedad.

“Gracias a estos mecanismos, los medicamentos GLP-1 permiten mejorar el control glucémico y facilitar la reducción de peso en personas con diabetes tipo 2 y obesidad, constituyendo una estrategia eficaz para el abordaje de enfermedades metabólicas complejas”.

“Además, los GLP-1 participan en la mejora de la función cardiovascular al producir vasodilatación coronaria. A nivel del sistema nervioso central, estimulan el centro de la saciedad, ayudando a reducir la ingesta de alimentos y líquidos”.

“En el aparato gastrointestinal retardan el vaciamiento gástrico y disminuyen la secreción de ácido”.

Debido a estos beneficios endocrinológicos, los agonistas del GLP-1 se prescriben a personas con diagnóstico médico de obesidad o sobrepeso, especialmente en quienes además presentan diabetes mellitus tipo 2.

No obstante, su uso no está exento de reacciones adversas, que incluyen náuseas, vómitos y diarrea, factores que podrían ocasionar una lesión renal aguda por deshidratación. También se han reportado estreñimiento, mareos, taquicardia leve, infecciones, cefalea, dispepsia, prurito y eritema en el sitio de la inyección.

Ina Beristain enfatiza que estos medicamentos se venden con receta médica y solo pueden resurtirse en las ocasiones que determine el médico tratante.

La automedicación o el uso indiscriminado de estos productos representa un riesgo significativo para la salud.

“El empleo de estos medicamentos en personas que no presentan un diagnóstico médico claro podría generar estrés y sobrecarga en órganos vitales como el hígado, el páncreas o los riñones, ocasionando daños o fallos en estos tejidos”.

Advierte que en redes sociales y otras plataformas se promueven estos medicamentos para la pérdida de peso en períodos cortos, lo que aumenta el riesgo de reacciones adversas e, incluso, de muerte.

La nutrióloga resalta que es indispensable que tanto la valoración como la prescripción y supervisión de los fármacos las realice un médico especialista.— IRIS CEBALLOS ALVARADO

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