Un estudio avanza un dato sorprendente sobre la toma de decisiones del cerebro

Un estudio del Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona ha avanzado en la comprensión de cómo el cerebro toma decisiones y participa en el almacenaje de asociaciones entre diferentes estímulos
Este estudio, realizado por el grupo de investigación en mecanismos celulares en conducta fisiológica y patológica del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, ha sido publicado en la revista PNAS, y aumenta la comprensión de cómo el cerebro toma decisiones y qué áreas toman parte en este proceso.
Los investigadores destacan el papel de la amígdala y su relación con partes del córtex cerebral, y los descubrimientos pueden derivar en aplicaciones en el tratamiento terapéutico de trastornos mentales como la psicosis o el síndrome de estrés postraumático.
El estudio se ha hecho con ratones, pero los investigadores consideran que los mecanismos pueden ser los mismos en humanos.
Explican que el cerebro toma decisiones basándose en asociaciones directas entre estímulos del entorno, pero muchas veces lo hace a partir de hechos que, en principio, no están relacionados entre sí.
Asociaciones indirectasA partir de observaciones con los ratones, llevadas a cabo principalmente por el primer autor del artículo, el estudiante de doctorado José Antonio González Parra, se ha podido establecer qué mecanismos intervienen en el proceso por el cual el cerebro toma decisiones a partir de asociaciones indirectas entre estímulos diferentes.
Es decir, puntualiza este investigador, no se produce a través de una asociación directa entre un estímulo particular y una situación reforzante o aversiva, sino a través de la relación que se establece entre dos o más estímulos.
El proyecto de investigación tiene como finalidad entender cómo el cerebro permite tomar decisiones a partir de relaciones indirectas entre estímulos del entorno.
En este sentido, se sometió a los ratones a diferentes pruebas de conducta, y por ejemplo, se hizo que asociasen un determinado olor -de plátano- con el gusto dulce, y después otro olor -de almendra- al gusto salado.
Estímulos positivos y negativosPosteriormente, se les sometió a un estímulo negativo, asociado al olor de plátano.
A partir de este momento, los ratones rechazaron el gusto dulce, vinculado con el olor de plátano y con una connotación negativa, o lo que es lo mismo, se estableció una relación indirecta entre el gusto dulce y el estímulo aversivo, a través de su vinculación con un olor determinado.
Los investigadores utilizaron técnicas genéticas a través de vectores virales y pudieron observar qué áreas del cerebro de los ratones se activaban durante todo el proceso, en la codificación y consolidación de las asociaciones.
Así, comprobaron cómo la amígdala, una región del cerebro vinculada a respuestas como el miedo y la ansiedad y que participa en determinadas patologías mentales -como la psicosis y el estrés postraumático-, se activa cuando el ratón asocia los estímulos olfativos y de gusto.
A la vez, vieron que había otras áreas del cerebro que también estaban involucradas en el proceso e interactuaban con la amígdala y, con técnicas de imagen, establecieron su relación con una parte del córtex cerebral.
Identificado un circuito cerebralEl equipo de investigación identificó un circuito cerebral que controla las asociaciones entre estímulos y que permite hacer estas asociaciones indirectas.
También certificó que, si se inhibe la actividad de la amígdala cuando se exponía a los ratones a los estímulos, los animales no eran capaces de llevar a cabo estas asociaciones indirectas.
Los datos obtenidos en el estudio pueden tener relevancia a la hora de tratar determinados trastornos mentales vinculados a la actividad de la amígdala.
En el futuro, se podría pensar en hacer estimulación cerebral o modulación de la actividad en las áreas estudiadas en personas con estrés postraumático o síntomas psicótico
20minutos