Vox da marcha atrás en la deportación de 8 millones pero enumera a los extranjeros que expulsará de España

El líder de Vox, Santiago Abascal, ha restado importancia a las palabras de la portavoz del partido, Rocío de Meer, quien el lunes dijo que el grupo de extrema derecha quiere deportar a "8 millones de personas" porque, en sus palabras, "simplemente no saben" cuántos inmigrantes hay realmente en España.

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Las cifras del Instituto Nacional de Estadística muestran que actualmente hay 6,9 millones de extranjeros residiendo en España, menos de los 8 millones citados por De Meer, pero un análisis más atento de sus palabras y de la retórica nativista del partido aclara que probablemente también estaba contando a los extranjeros que han adquirido la ciudadanía española, ya que Vox no los considera verdaderamente españoles.

De hecho, una de sus nuevas políticas oficiales es una auditoría de la adquisición de la ciudadanía española por parte de los extranjeros naturalizados .

Abascal ha calificado de "mentiras" lo publicado en la prensa española, a pesar de que hace apenas una semana Vox incluyó oficialmente en su programa de partido la "deportación masiva" de inmigrantes, centrándose en esta ocasión únicamente en los inmigrantes previamente indocumentados que habían adquirido la residencia española (alrededor de un millón de personas).

El rostro de la ultraderecha española aclaró entonces que Vox pretende expulsar a todos los extranjeros que hayan venido "a delinquir" o "a vivir del esfuerzo ajeno", o que pretendan imponer una religión "extraña" en la España católica, o que "maltraten o menosprecien a las mujeres", así como a todos los menores no acompañados ya que "deben estar con sus padres".

"No sabemos cuántos son. Lo sabremos cuando lleguemos al poder. Y todos se irán", añadió Abascal, un autodeclarado fan de Donald Trump y estrecho aliado de la francesa Marine Le Pen y el húngaro Viktor Orban.

Rocío de Meer, cuyas palabras han sido ridiculizadas masivamente en España, ha publicado un vídeo en redes sociales en el que dice: "¡MENTIRAS! No he dicho que tuviéramos que expulsar a 8 millones. Tenemos que expulsar a los que sean necesarios para que ninguna familia española más tenga que llorar por no haberlo hecho".

Durante su discurso del lunes, afirmó: «Estamos presenciando cómo millones y millones de personas han llegado desde la década de 1990, impulsadas por el bipartidismo. De los 47 millones de habitantes de nuestro país, 7 millones —más de 7 millones porque hay que contar con la segunda generación—, 8 millones de personas de diferentes orígenes que han llegado en un corto período de tiempo, lo que les dificulta mucho adaptarse a nuestros hábitos y costumbres».

Continuó diciendo: «Por lo tanto, todos estos millones de personas que han llegado a nuestro país en poco tiempo, que no se han adaptado a nuestras costumbres y que en muchos casos han sido el centro de escenas de inseguridad en nuestros barrios y alrededores, tendrán que regresar a sus países».

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El abuelo de De Meer, Carlos de Meer, fue el último líder franquista de las Islas Baleares e incluso escribió una biografía del dictador fascista de España.

Otra portavoz de Vox, Pepa Millán, también defendió las palabras de De Meer, afirmando que eran una estimación aproximada del número de inmigrantes en España desde la década de 1990. Sin embargo, se mantuvo firme en la propuesta de Vox de deportar a todos los inmigrantes irregulares, a todos los que cometen delitos y a todos aquellos que no se integran.

"Queremos seguir siendo España", concluyó.

Otro portavoz de Vox, José Antonio Fúster, también se pronunció al respecto, afirmando que se expulsará a los inmigrantes irregulares o que cometan delitos.

"No odiamos a nadie; lo que sentimos es un inmenso amor por el pueblo español. Debemos poder elegir quién vive con nosotros", dijo Fúster.

Las promesas hiperbólicas de Vox sin duda habrán sido bien recibidas por los socialistas gobernantes de España, afectados por el escándalo, que saben que las afirmaciones de deportaciones masivas alejarán a muchos votantes del centro que podrían estar considerando votar por el Partido Popular pero temen una posible alianza con Vox.

El martes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, publicó en X un mensaje que decía: «España fue durante décadas una tierra de partida, de esfuerzo más allá de nuestras fronteras. Hoy es una tierra que acoge a otros, y quienes llegan aportan su esfuerzo a la construcción de una España mejor. No olvidemos de dónde venimos para entender quiénes somos».

La ministra de Educación socialista española, Pilar Alegría, también ha dicho que los inmigrantes que han llegado a España a trabajar en busca de un futuro mejor "no deben tener miedo" del "delirio xenófobo de Vox", afirmando que "lo que Vox propone no va a suceder".

Alegría afirmó que su interés en realizar deportaciones masivas refleja "lo que son", un partido "racista" y "xenófobo", y que el opositor PP no debería estar dispuesto a normalizar y blanquear su "delirio xenófobo" para gobernar.

Como era de esperar, el Partido Popular se ha desmarcado de la postura de Vox sobre inmigración a través de su nuevo secretario general, Miguel Tellado, quien afirmó que su partido de centroderecha está "a favor de una inmigración ordenada, en contra de la inmigración ilegal", pero que España debe ser "un país acogedor" para todas las personas que quieran "desarrollar su proyecto de vida en nuestro país" y "necesita que la inmigración sea un proyecto social y económico viable".