Cálidas, tranquilas y poco conocidas: tres playas del Nordeste de Brasil para disfrutar en invierno

El Nordeste de Brasil tiene varios destinos atractivos y que son ideales para esta época con una propuesta tentadora: buenas playas, piscinas naturales y mucha cultura local.
Aquí tres lugares para tener en cuenta.
Una localidad con 64 kilómetros de playas -muchas de ellas desiertas- en la frontera entre los estados de Ceará y Piauí. Su paisaje mezcla dunas, ríos de agua dulce, mar y aires de viejo pueblo de pescadores.
Está a poco menos de 100 kilómetros de Jericoacoara (hasta allí se puede llegar en avión), un destino más famoso del que Camocim se diferencia por ofrecer precios más accesibles.
Barra dos remédios en Camocim. Foto Shutterstock
El turismo masivo todavía no alcanzó este lugar y una de las razones es que llegar no es tan fácil. Camocim es uno de los 14 municipios que forman parte de la Ruta de las Emociones, un circuito de 500 kilómetros que recorre los estados de Ceará, Piauí y Maranhão.
No es un destino de resorts -sí hay glampings y posadas-, ni tampoco hay reposeras o sombrillas en la orilla del mar, pero tiene el agua cálida y muy atractiva para esta época.
Y es punto de reunión internacional para la práctica de deportes acuáticos como el kitesurf, especialmente en las playas Maceió (no confundir con el destino Maceió de Alagoas), Baía das Caraúbas y Farol do Trapiá. Hay cursos para principiantes por US$ 65 la hora.
Una excursión muy pedida es conocer la playa de Barra dos Remédios, que combina buggy, balsa y rincones vírgenes en la costa.
Río Guriú, frontera entre los municipios de Jijoca de Jericoacoara y Camocim. Foto Shutterstock
Para agendar: en la playa de Curimãs, a poco más de una hora en auto, está Brilho do Mar, el mejor restaurante de la zona, con el chef francés François Bourhis al frente. Su carta se centra en la pesca y los productos locales. Comen dos personas por US$ 40.
De este destino no se puede decir que sea desconocido, pero entre las opciones del Nordeste tiene la ventaja de que sus playas están al lado de la ciudad, protegidas por una barrera de arrecifes. Así que no hay que moverse demasiado para disfrutar de sus las piscinas naturales y sus aguas calmas.
Las piscinas naturales de Maragogi. Foto Shutterstock
Maragogi está en la Costa dos Corais -le dicen "el Caribe brasileño"- y tiene una oferta interesante de alojamiento que incluye tanto resorts como posadas y variedad de alternativas gastronómicas
Imperdible la playa de Antunes, al norte, que se destaca por sus cálidas aguas color turquesa y un paseo en lancha al Camino de Moisés (a tres kilómetros de Maragogi), con una piscina natural en la que se abre un sendero de arena que permite adentrarse al mar sin sumergirse. Muy instagrameable.
En Maragogi se hace snorkel entre los arrecifes para ver peces de colores. Foto Shutterstock
Para tener en cuenta al programar las excursiones: para disfrutar a pleno de las piscinas naturales hay que visitarlas en horarios de marea baja. Además, con las lunas creciente y menguante, las piscinas naturales (galés) se llenan de agua y se pone más turbia.
Para llegar a Maragogi hay dos opciones a distancias similares (130 km): los aeropuertos de Recife o Maceió.
Está a 100 km de Natal, por lo cual muchos llegan hasta aquí en una excursión por el día.
São Miguel do Gostoso. Foto Shutterstock
Sea para quedarse unos días o para un visita más fugaz, este lugar tiene sol, playas semidesiertas, dunas y formaciones rocosas que moldean un atractivo paisaje.
El lugar es muy sencillo, si grandes hoteles, y la región está entre los mejores destinos sustentables del mundo según el ranking Green Destinations.
São Miguel do Gostoso. Foto Shutterstock
Imperdible la excursión a la playa de Tourinhos, donde kitesurf y windsurf, además de paseos en buggy, son parte del paisaje.
Las piscinas naturales de Parrachos de Perobas (a 45 minutos del centro de São Miguel do Gostoso) son espectaculares y se llega en lancha.
Clarin