La brutal verdad sobre la domesticación de los gatos. Los científicos revelan

Resulta que fue el celo religioso de los egipcios lo que llevó al desarrollo de la cría masiva de gatos. Estos animales eran sacrificados a la diosa Bastet, con tanta frecuencia que eran criados en gran escala. Se dice que hay alrededor de 70 millones de animales momificados, una parte importante de los cuales eran gatos.
Y aquí viene un giro interesante. La cría de un número tan grande de gatos favoreció a aquellos que eran más gentiles y mansos. Eran los que más llegaban a la gente y... permanecían más tiempo. Como resultado, pudieron extenderse fuera de Egipto y, con el tiempo, convertirse en nuestros compañeros de casa.
Durante mucho tiempo se creyó que los gatos comenzaron a domesticarse mucho antes: en el período Neolítico, cuando la gente empezó a cultivar y los gatos se sintieron atraídos por los roedores. Un ejemplo sería un enterramiento de hace 9.500 años descubierto en Chipre, donde un hombre y un gato fueron enterrados juntos. Pero investigaciones recientes no lo confirman, al menos no en lo que respecta al linaje que conduce a los gatos modernos.
¿Los teleadictos vienen de África?Investigadores del Reino Unido e Italia analizaron tanto los huesos como el ADN de gatos antiguos. ¿Conclusiones? Nuestros gatos tienen más en común con los gatos salvajes africanos (Felis lybica) que con los europeos. Esto significa que su historia comenzó en África y no en Europa.
Un equipo de paleogenetistas examinó los genomas de 70 gatos de excavaciones en Europa, África y Asia. El resultado: dos oleadas de propagación de gatos por el Mediterráneo. Los primeros, todavía como gatos salvajes, los segundos, ya como nuestras conocidas mascotas domésticas.
Los gatos no aparecieron en China hasta el siglo VIII d.C., y el gato doméstico más antiguo confirmado es... una ofrenda momificada hecha en Egipto alrededor del año 500 a.C.
Si bien los primeros días de la convivencia entre humanos y gatos pueden haber sido brutales, hoy los gatos reinan en los sofás, no en los templos. Pero su naturaleza altiva puede ser una reliquia de tiempos pasados, cuando todavía no eran nuestros amigos, sino regalos para los dioses.
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Wprost