Expertos: Los medicamentos no deben tirarse a la basura ni al alcantarillado; es una amenaza para el medio ambiente y la salud

Los medicamentos caducados y sin usar deben devolverse a PSZOK o a farmacias seleccionadas, recuerdan los expertos a PAP. La eliminación irresponsable de productos farmacéuticos genera contaminación ambiental y contribuye al creciente problema de la farmacorresistencia.
"La gente no es consciente de que, si desechan los medicamentos no utilizados, están creando un problema ambiental. Si los medicamentos acaban en un vertedero, tarde o temprano se desprenderán de sus blísteres y envases, se filtrarán a las aguas subterráneas y contaminarán el medio ambiente", declaró a PAP el profesor Przemysław Kardas, director del Centro de Investigación sobre la Adherencia Terapéutica de la Universidad Médica de Lodz.
Se estima que cada año podrían acabar en los ecosistemas polacos hasta 10.000 toneladas de medicamentos.
El único método aceptable para desechar medicamentos no deseados, según lo enfatiza la Inspección General de Protección Ambiental, es la incineración a temperaturas muy altas en instalaciones especializadas. La inspección informó a la Agencia de Prensa Polaca (PAP) que los medicamentos no utilizados y los residuos médicos, como jeringas, plumas de insulina y jeringas automáticas, deben recogerse en los puntos de recogida selectiva municipales (PSZOK). Los municipios también pueden recoger estos residuos, por ejemplo, mediante la firma de convenios con farmacias seleccionadas.
- Está prohibido arrojar medicamentos al alcantarillado y puede suponer una multa, recuerda el Ministerio de Clima y Medio Ambiente en un comentario a PAP.
El profesor Kardas señala que las plantas de tratamiento de aguas residuales no están diseñadas para eliminar residuos de medicamentos. Por lo tanto, si alguien infringe la ley y vierte medicamentos en el alcantarillado, estos terminarán en ríos, lagos y mares.
Marian Witkowski, vicepresidente de la Cámara Suprema Farmacéutica, recuerda a la Agencia de Prensa Polaca (PAP) que los medicamentos son muy diversos. Entre ellos se incluyen narcóticos y medicamentos contra el cáncer, donde incluso una dosis muy pequeña es letal. Según Witkowski, es en el mejor interés de todos garantizar que estas sustancias no se liberen al medio ambiente sin control.
Según el profesor Kardas, la consecuencia más peligrosa de la eliminación inadecuada de productos farmacéuticos es el aumento de la resistencia a los medicamentos.
Cuando los medicamentos entran al medio ambiente, permanecen en bajas concentraciones en las aguas subterráneas y las aguas residuales. Si, en tales condiciones, un patógeno entra en contacto con, por ejemplo, un antibiótico, la evolución de organismos resistentes a los medicamentos se produce con mayor rapidez. «Esto provoca que los medicamentos pierdan eficacia con el tiempo. Algunos medicamentos actuales, debido al aumento de la resistencia a los medicamentos, deben administrarse en dosis dos veces superiores a las de hace 30 años», afirma Kardas.
Ni el Ministerio de Salud, ni el Ministerio de Clima y Medio Ambiente, ni la Inspección General de Protección Ambiental mantienen estadísticas sobre cuántos medicamentos se eliminan correctamente en Polonia.
Sin embargo, a nivel local, los municipios tienen acceso a estos datos. Según datos del Ayuntamiento de Cracovia, obtenidos por la Agencia de Prensa Polaca (PAP), en 2024, los residentes donaron 65,5 toneladas de medicamentos a 200 farmacias participantes en el programa de recogida.
En Varsovia, según informó el ayuntamiento a PAP, el año pasado se recogieron 127 toneladas de medicamentos no utilizados en 559 farmacias y 5 toneladas en los puntos de recogida de PSZOK/MPSZOK. Los medicamentos caducados se envían posteriormente a plantas de tratamiento de residuos peligrosos.
El Ministerio de Salud recuerda que las farmacias no están obligadas a recoger medicamentos y que los contenedores de medicamentos caducados son propiedad municipal. Los ayuntamientos son responsables de vaciarlos. «La posesión de contenedores por parte de las farmacias es voluntaria», declara el Ministerio de Cultura y Medio Ambiente.
Marian Witkowski, quien también preside el Consejo Farmacéutico del Distrito de Varsovia, explica que en algunas farmacias, los farmacéuticos reportan problemas con la seguridad de los envases, incluyendo el robo del contenido por parte de adictos. Por lo tanto, estos envases pueden estar ocultos en la trastienda de la farmacia y es necesario preguntar a los farmacéuticos sobre ellos.
El profesor Kardas señala que el sistema de gestión de residuos de medicamentos en Polonia carece de transparencia para la ciudadanía. Este problema también afecta a varios otros países europeos. Por ello, a finales de junio, por iniciativa suya, científicos europeos firmaron una declaración en Bruselas instando a la Comisión Europea y a los Estados miembros de la UE a tomar medidas para garantizar la gestión responsable de residuos de medicamentos.
La declaración identificó tres necesidades principales: educar a los pacientes sobre qué hacer con los residuos usados, introducir la obligación de incluir información gráfica en los envases de los medicamentos sobre cómo desechar los medicamentos no utilizados y crear sistemas nacionales de información sobre los puntos de recogida.
Según Kardas, Polonia carece de un mapa que recopile información sobre dónde depositar medicamentos y jeringas para su eliminación. Municipios como Cracovia y Varsovia cuentan con mapas similares. Sin embargo, esta información debería estar recopilada en un solo lugar y fácilmente accesible para los residentes de cada municipio.
El profesor Kardas señala que los ciudadanos ya han aprendido que, por ejemplo, las pilas no se pueden tirar a la basura, y que este tipo de residuos se recoge no solo en los PSZOK, sino también en otros lugares, como en muchas tiendas y otras instalaciones. "¿Creemos que los medicamentos son menos dañinos que las pilas? Sería un error", concluye Kardas.
Witowski, a su vez, nos insta a usar los medicamentos con prudencia, según las recomendaciones, y a no acumular medicamentos innecesarios en nuestros botiquines. «Si tenemos que tirar un medicamento, pensemos en el futuro de nuestros hijos y nietos, quienes heredarán la Tierra de nosotros», concluye.
Ciencia en Polonia, Ludwika Tomal (PAP)
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