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¿Viajas para recuperar la paz y el sentido de la vida? Este pequeño pueblo en el fin del mundo es un paraíso terrenal.

¿Viajas para recuperar la paz y el sentido de la vida? Este pequeño pueblo en el fin del mundo es un paraíso terrenal.

En el extremo norte de Zanzíbar, donde las aguas turquesas del océano Índico bañan suavemente la arena blanca, se encuentra Nungwi, un pueblo que, aunque cada vez más popular entre los turistas, aún esconde secretos que no aparecen en las guías turísticas. Es un lugar donde la historia, la naturaleza y la vida cotidiana de sus habitantes se entrelazan para crear una historia llena de contrastes.

Zanzíbar se asocia principalmente con especias aromáticas, aguas turquesas y la arquitectura colonial de Stone Town. Nungwi revela su faceta menos conocida: es uno de los lugares más antiguos asociados con la artesanía ancestral de la isla. Durante más de 500 años, los carpinteros locales, que a menudo transmiten sus conocimientos de generación en generación, han construido aquí característicos barcos de madera llamados dhows. Su construcción, basada en las tradiciones náuticas árabes, ha sobrevivido a los siglos prácticamente sin cambios. Tablas procesadas a mano, aceites naturales y cuerdas de fibra de coco : todo esto aún constituye la base de la artesanía que puede observarse con sus propios ojos.

Al amanecer, junto a la orilla, los hombres trabajan concentrados : algunos clavan los siguientes elementos del casco, otros ajustan el mástil. La vista no solo demuestra una destreza extraordinaria, sino también la profunda conexión de los habitantes con el océano.

Los barcos no son sólo un recuerdo del pasado : todavía se utilizan para pescar, transportar mercancías y competir en regatas locales.

Zaznibar - Pueblo de Nungwi / Shutterstock Zaznibar - Pueblo de Nungwi / Shutterstock
La linterna que se apagó

Justo al otro lado de la línea de palmeras y chiringuitos, al margen, se yergue otro testigo de la historia: un faro abandonado. Desactivado durante años, cada vez más absorbido por la vegetación tropical , aún se alza imponente sobre el paisaje. Sus paredes encaladas muestran rastros de la sal y el paso del tiempo, y la estructura metálica del balcón cruje con cada ráfaga de viento más fuerte. Los lugareños recuerdan los tiempos en que su luz guiaba a los marineros que regresaban de alta mar; hoy es más bien un punto de referencia para quienes disfrutan descubriendo lugares abandonados con alma.

Faro de Nungwi / Shutterstock / Koverninska Olga Faro de Nungwi / Shutterstock / Koverninska Olga

El faro de Nungwi aún no ha sido revitalizado, pero para muchos, eso es lo que le añade encanto. Al atardecer, cuando los colores del cielo se reflejan en el metal oxidado y las paredes brillantes, se respira una atmósfera casi mística del pasado.

Tortugas en Zanzíbar / Shutterstock / posztos Tortugas en Zanzíbar / Shutterstock / posztos
La vida secreta de las tortugas – Estanque de conservación de tortugas de Mnarani

Durante el día, el lugar rebosa de actividad: familias, excursiones escolares, turistas con cámaras. El Estanque de Conservación de Tortugas Mnarani es un santuario comunitario y una laguna natural separada del Océano Índico por varios metros de antiguas rocas de arrecife, que sirve para proteger a las tortugas carey en peligro de extinción. Aquí acuden ejemplares heridos por redes de pesca o encontrados por pescadores como crías huérfanas. En un momento determinado, son liberados.

Sin embargo, no todos saben que la verdadera magia de este lugar comienza al anochecer. Por una modesta donación de 20.000 chelines tanzanos (aprox. 30 PLN), puedes unirte al ritual vespertino de la alimentación, organizado solo para unos pocos.

Luego, de la parte profunda y fresca de la laguna, emergen majestuosas tortugas de 80 años, que evitan el bullicio diurno. Nadan lenta y majestuosamente, atraídas por el aroma de las algas frescas. Sus caparazones, relucientes con los últimos rayos de sol, parecen vitrales. El silencio que se hace entonces hace que cada movimiento de aleta, cada sonido del agua, adquiera un carácter casi ritual.

Nungwi en Zanzíbar y experimentar la cultura local

Durante su estancia en Nungwi, vale la pena alejarse de los caminos trillados y sumergirse en la vida cotidiana local. Al amanecer, es recomendable visitar el animado mercado de pescado en la orilla, donde se vende la pesca de la noche: atún fresco, barracuda y calamares.

Por la tarde, podrá asistir a un taller de cocina zanzibariana o de elaboración de cosméticos con aceite de coco, impartido por las mujeres del pueblo. Es una excelente oportunidad para aprender recetas e historias tradicionales transmitidas de generación en generación.

Por la noche, alrededor de la hoguera, se puede escuchar música taarab y los ritmos de los tambores ngoma ; se celebran conciertos espontáneos en los bares locales o en la playa.

Los amantes de la naturaleza pueden practicar snorkel y bucear en los arrecifes cercanos o visitar las plantaciones de especias y los cocoteros fuera del centro del pueblo.

Un paseo al atardecer hacia la más tranquila Kendwa completará un día lleno de experiencias auténticas.

Nungwi en Zanzíbar: pescadores regresan de pescar / Shutterstock Nungwi en Zanzíbar: pescadores regresan de pescar / Shutterstock
Nungwi: un lugar extraordinario con alma en el mapa mundial

Este pueblo es mucho más que playas y centros turísticos populares. Es un lugar donde el sonido de los martillos golpeando la madera se mezcla con el del océano, y el ritmo de la vida cotidiana transcurre sin relojes ni cámaras. Nungwi aún respira historia : si te detienes, verás algo que no encontrarás en ninguna guía turística.

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