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De campeón a campeón distrital. La caída libre del Boavista

De campeón a campeón distrital. La caída libre del Boavista

Es la caída, una vez más, de un equipo histórico. El Boavista atraviesa tiempos turbulentos —no nuevos, debido a errores pasados que nunca se han rectificado— y ha descendido de la élite del fútbol portugués a los campeonatos de distrito de la asociación de Porto. Campeón nacional en la temporada 2000/01, junto con el Belenenses entre los equipos capaces de romper el dominio histórico del Benfica, el FC Porto y el Sporting, el Boavista fue nuevamente descendido administrativamente tras el pitido final en 2008. Además de su descenso a la II Liga, tras terminar 18.º y último la temporada anterior, también se le negó el registro en la segunda división y en la Liga 3 por incumplimiento de los requisitos financieros, lo que provocó la caída en picado del club.

Por si fuera poco, la semana estuvo marcada por los registros en el Estadio Bessa, donde el club, la SAD y el expresidente Vítor Murta fueron señalados como sospechosos por sospechas de corrupción durante su gestión, que se extendió de 2018 a 2025. En un comunicado, la Policía Judicial explicó que había emitido 10 órdenes de registro "por hechos investigados ocurridos entre 2023 y finales de 2024, relacionados con un grupo de empresas vinculadas al fenómeno deportivo y con beneficios ilícitos estimados en unos 10 millones de euros", siendo los cargos de fraude fiscal. Esto resultó en seis acusados, tanto personas físicas como jurídicas, tres de los cuales ya se conocen, en un momento en que el Boavista ya se encontraba en una situación crítica, que se agravó aún más, aunque ahora bajo nueva dirección y sin impacto deportivo.

Empezar desde el principio

Sin embargo, será necesario empezar de cero. En las últimas temporadas, eran bien conocidas las dificultades del club para inscribir jugadores debido a las deudas con la FIFA, pero el club sobrevivió hasta su inevitable descenso de la máxima categoría. Lo que vino después no estaba en el plan. El 25 de junio, el Boavista anunció que no había presentado los certificados de no pago a Hacienda y a la Seguridad Social dentro del plazo establecido, lo que le impidió inscribirse en la segunda división. Siguieron días de incertidumbre sobre la clasificación del Boavista, pero el 11 de julio, la Federación Portuguesa de Fútbol confirmó su ausencia de la Liga 3, lo que habría supuesto el descenso a las competiciones de distrito. Este anuncio se produjo tras la declaración de insolvencia del club norteño y la finalización de la subasta del terreno adyacente a Bessa, valorado en aproximadamente 5,5 millones de euros. Este jueves, a falta de recurso, se confirmó el descenso a categorías distritales, con el actual presidente del club, Rui Garrido Pereira, anunciando sus intenciones de crear un nuevo equipo senior, independiente de la SAD del senegalés Fary Faye.

11 años a flote

¿Qué llevó a los campeones nacionales de la temporada 2000/01 a esta situación, tan solo unos años después, y tras un litigio que culminó con el descenso del club en mayo de 2008, que se revirtió en la temporada 2013/14 con su regreso a la I Liga? Hay muchas explicaciones, pero el detonante fue el litigio del Silbato Dorado, que resultó en el descenso administrativo del club. El club se derrumbó y solo se recuperó con una decisión que revirtió el descenso. Estuvieron fuera de la I Liga durante seis años, y en el momento del regreso administrativo, el Boavista estaba en la tercera división. Muchos dudaban de la capacidad del club para resistir mucho tiempo, pero lo cierto es que aguantó 11 años. Con varios dramas y constantes dificultades financieras, las deudas con la FIFA marcaron los últimos mercados de fichajes, dada la imposibilidad de inscribir jugadores durante cinco ventanas consecutivas, lo que mermó la calidad. Tras superar temporalmente la imposibilidad en febrero, tras el cierre del mercado de fichajes invernal, era demasiado tarde para el Boavista, que intentó fichar jugadores sin clubes, algunos incluso de renombre internacional, sin éxito. La llegada del hispano-luxemburgués Gerard López a la SAD pretendía revitalizar financieramente al club, pero el inversor, que ya había visto quebrar a otros dos clubes en los que invirtió, el Burdeos (Francia) y el Mouscron (Bélgica), no fue un héroe.

Campeones en declive

Una crisis de décadas sin final feliz. Así, los dos campeones portugueses, salvo los Tres Grandes, están ahora excluidos de las ligas profesionales. El Belenenses también vivió una situación dramática, pero con consecuencias diferentes. El club azul de Restelo perdió la mayoría de la SAD, propietaria del equipo de fútbol profesional, cuando Codecity, liderado por Rui Pedro Soares, entró en la contienda. Esto derivó en litigios y en la decisión de la directiva del club de registrar un nuevo equipo. Fue desde el fondo de la división del distrito de Lisboa que el Belenenses emprendió un camino accidentado, con varios ascensos consecutivos que lo llevaron a la II Liga, mientras que el equipo de la SAD competía en las divisiones profesionales y se enfrentaba en los tribunales. Actualmente, el Belenenses ha descendido a la Liga 3 y permanece allí, mientras que la ahora denominada BSAD también experimentó problemas financieros, hasta su fusión con Portalegrense y ahora compite en el campeonato del distrito de Portalegre.

Jornal Sol

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