El turismo como motor de la revitalización urbana

El turismo es un factor importante en la revitalización urbana, la creación de empleo y la apreciación cultural. Ciudades como Lisboa, Oporto, Faro o Funchal, por ejemplo, son hoy destinos globales porque, además de su oferta turística diversificada y de calidad, están transformando el turismo en un activo estratégico para el desarrollo territorial, creando proximidad y crecimiento económico y social a nivel regional y cohesionando el país. Está comprobado que el turismo internacional y también nacional ayuda a dinamizar la economía local, impulsando pequeños comercios, atrayendo inversiones y fomentando mejoras en diversas infraestructuras que benefician no sólo al turista sino también a la población local. En varias ciudades portuguesas, especialmente en zonas históricas, la creciente demanda de turismo ha impulsado la recuperación de edificios abandonados y ruinosos. Donde antes había propiedades abandonadas (por la violencia, la delincuencia, la drogadicción y/o la inseguridad), ahora hay espacios rehabilitados que no sólo reciben visitantes, sino que también contribuyen a la renovación del tejido urbano. La inversión privada, a menudo motivada por el potencial turístico, ha llenado lagunas que las autoridades públicas no podían resolver por sí solas. Siguiendo esta lógica, el turismo también aporta valor añadido en el sector inmobiliario. Gracias al turismo, hay barrios, por ejemplo, que tienden al olvido y a la degradación y empiezan a recibir más atención por parte de los poderes públicos y del sector privado. En otras palabras, el turismo es un motor de revitalización de la vivienda y del patrimonio. La restauración de propiedades y la rehabilitación de centros históricos se hacen a menudo económicamente viables gracias al turismo. Un centro urbano que atrae a personas de diferentes países alrededor del mundo es un centro urbano más conectado, más dinámico y más resiliente. El turismo es, por tanto, un medio para valorizar el patrimonio material e inmaterial, como la cultura, la gastronomía y los modos de vida locales. Revitalizar, proteger y modernizar las ciudades para que sean apreciadas por los turistas es también una forma de generar orgullo en sus residentes y brindarles una mejor calidad de vida. Por tanto, resulta beneficioso tener un equilibrio entre la actividad turística y la gestión urbana. Al final todos ganan, incluido el país, ya que la rehabilitación o construcción de nuevas viviendas genera importantes ingresos fiscales.
En conclusión, gracias al turismo, el país se está beneficiando en términos de rehabilitación urbana, patrimonial y habitacional, que son factores de desarrollo económico y social.
Presidente de la Confederación Portuguesa de Turismo
Jornal Sol