Portugal necesita una nueva política de gestión del agua
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Garantizar el uso racional de los recursos hídricos y reducir las pérdidas en los sistemas son medidas esenciales para una gestión inteligente del agua y asegurar su disponibilidad para el consumo humano, animal, agrícola, forestal e industrial.
El carácter estructural de la situación de sequía hidrológica en las regiones del Algarve y del Alentejo llevó al gobierno del PS, en 2020, a avanzar en la elaboración de Planes Regionales de Eficiencia Hídrica. La esencia fundamental de estos planes es involucrar a toda la comunidad y garantizar pactos regionales para el uso solidario, inteligente, eficiente y sostenible del agua. Los pactos fueron diseñados para evaluar la gestión de la disponibilidad de agua, estimando la disponibilidad hídrica y la evolución del consumo en las regiones hidrográficas, considerando los escenarios más graves en términos meteorológicos, además de incluir las metodologías a utilizar en la evaluación de escenarios prospectivos que tengan en cuenta los efectos del cambio climático. Actualmente, las cuatro cuencas hidrográficas gestionadas entre Portugal y España han perdido el 20% de su escorrentía. Es urgente identificar y estudiar el problema para poder actuar de manera fundada y sostenida.
Debemos promover cada vez más modelos que refuercen la gestión y la eficiencia de la disponibilidad de agua en cada cuenca hidrográfica, pero también potencien el almacenamiento y el fortalecimiento de las cuencas hidrográficas. Debemos, como está ocurriendo actualmente en España, evaluar la posibilidad de suministrar agua entre cuencas hidrográficas, o evaluar tecnologías de refuerzo de acuíferos.
El refuerzo entre cuencas hidrográficas es un asunto delicado. Sin embargo, dada la actual “emergencia hídrica” que vive la Península Ibérica, es uno de los temas que cada vez más debe discutirse a nivel nacional.
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Aunque el Acuerdo luso-español que regula el uso compartido de los recursos hídricos es reconocido internacionalmente como un éxito, debido a la relación armoniosa entre ambos países, el agua será un recurso escaso que podría generar tensiones.
En el caso ibérico, hay aspiraciones y expectativas por parte de cada país, pero siempre hay cierta controversia asociada a periodos de escasez, como hemos visto en los últimos años.
El contexto de cambio climático en el que vivimos agravará esta dependencia, y en España ya existe un número importante de presas que garantizan la regulación de los aportes, e incluso se prevé un aumento de la capacidad de almacenamiento, mediante nuevas presas que permitirán minimizar las situaciones de sequía e inundaciones.
Sólo como ejemplo, en la cuenca del Guadiana, en Portugal, Alqueva, con 4.135 hm3 de almacenamiento, crea el lago artificial más grande de Europa. En España, el Guadiana recoge, aguas arriba, a través de un importante conjunto de presas, alrededor del doble de capacidad de almacenamiento de Alqueva.
Debemos ser proactivos para abordar las irregularidades del agua asociadas con el cambio climático, períodos más largos de sequía, intercalados con períodos de fuertes lluvias y escorrentías, que conducen a fenómenos extremos.
Conocer el territorio, dialogar con los sectores público y privado, vivenciar sus problemáticas, es fundamental en la planificación de políticas públicas. No puede ni debe haber dogmas en la gestión y uso del agua en Portugal. Debemos, por tanto, comenzar a estudiar el fortalecimiento de las cuencas hidrográficas a partir de la interconexión de diferentes regiones hidrográficas, exclusivamente dentro del territorio nacional.
De hecho, en los últimos años Portugal ha desarrollado un proyecto que trasvasa agua del Guadiana al Sado, una lección que conviene tomar como referencia. También deben considerarse los impactos ambientales y patrimoniales asociados a esta solución, así como las importantes infraestructuras necesarias para implementarla. El PS trabajó en un proyecto de resolución (PJR 518/XVI/1.ª) que presenta claramente nuestra visión sobre la actual emergencia hídrica en el país, defendiendo, en particular, un nuevo modelo de gobernanza institucional del agua que implique una gestión única del recurso en Portugal, que permita reflexionar sobre los límites a la propiedad de los recursos hídricos subterráneos (similar a otros países donde la sequía y la escasez son una realidad), que profundice en los instrumentos legales para la gestión y uso del recurso, como la Ley de Aguas o el Marco Legal para la Reutilización del Agua.
Portugal debe analizar y estudiar sobre el terreno, a nivel de cada una de las cuencas, de sus grandes ríos, y especialmente en el tramo cuya cuenca hidrográfica presenta particular interés para el territorio nacional, con el fin de aumentar el almacenamiento y la capacidad de regulación de los caudales sobre los que somos soberanos.
observador