El IVA es más regresivo en Portugal

El IVA en Portugal tiene un tipo medio cercano al de la zona euro, pero es más regresivo debido a que hay una mayor desigualdad en la propensión a consumir, según un estudio del Banco de Portugal.
La regresividad del IVA es común a los distintos países del euro, pero en Portugal el impuesto “destaca por contribuir a un aumento de la desigualdad post-impuestos por encima de la media de la zona euro” , afirma el artículo titulado “El IVA en Portugal y su incidencia en la distribución de la renta”, que forma parte del Boletín Económico de junio. Según el estudio, aunque el tipo medio del IVA aumenta con el ingreso, la carga fiscal de este impuesto (es decir, su peso sobre el ingreso disponible) está disminuyendo porque la propensión a consumir es menor en los quintiles de ingresos más altos.
En general, el tipo medio del IVA en Portugal es del 13%, frente al 12% en la zona euro . Pero este promedio varía según los ingresos de los consumidores y aumenta con los ingresos y los gastos. Así, el 20% de los hogares con menores recursos (primer quintil) paga una tasa promedio de 12,2%, subiendo hasta 13,7% para el 20% con mayores ingresos (último quintil). El efecto regresivo del IVA, concluye el documento, termina revirtiendo en alrededor de un tercio el efecto redistributivo generado por la aplicación del IRS —cuyo sistema de tasas y tramos le confiere progresividad—. Los mismos datos indican que el país de la zona euro donde el IVA es más regresivo es Grecia, siendo Bélgica el que lo es menos .
Un análisis del impacto del IVA y de sus diferentes tipos sobre los consumidores portugueses y sus respectivos perfiles de renta muestra que los ingresos procedentes de este impuesto representan el 9% del PIB nacional (por encima del 8% en la zona del euro) y que el consumo tiene aquí un peso en el PIB superior a la media de los países con moneda única: 79% frente a 73%. El carácter regresivo del impuesto y su peso en la recaudación tributaria (representa más de un tercio) lleva al estudio a señalar que cualquier modificación del impuesto debe realizarse en conjunto con otros instrumentos tributarios y que los impactos deben cuantificarse en un modelo que considere las reacciones de consumidores y productores.
Según el estudio del BdP, los tipos reducidos (que en el continente son del 6% y el 13%) y las exenciones impactan más en los más pobres , pero más de una cuarta parte del gasto fiscal (es decir, lo que el Estado deja de recibir con estos tipos más bajos y exenciones) se concentra en el 20% de las familias con mayores ingresos.
Así, el beneficio fiscal que aportan las exenciones y tipos reducidos cae del 15% en el primer quintil al 6% en el último quintil. Sin embargo, el impacto presupuestario de estos beneficios está más concentrado entre el 20% con mayores ingresos , oscilando entre el 15% y el 20% en el primer quintil y entre el 27% y el 33% en el quintil de ingresos más altos.
observador