Más de 650 niños han muerto de desnutrición en Nigeria.

Médicos Sin Fronteras (MSF) reveló hoy que al menos 652 niños han muerto este año debido a la desnutrición en el estado de Katsina, en el norte de Nigeria, donde la situación ha empeorado debido a los recortes en la financiación humanitaria.
"Estamos viendo recortes presupuestarios masivos, en particular de Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, que están teniendo un impacto real en el tratamiento de los niños desnutridos", dijo Ahmed Aldikhari, representante de la organización de ayuda humanitaria MSF en Nigeria, en un comunicado.
Desde principios de año hasta finales de junio, alrededor de 70.000 niños desnutridos recibieron atención médica de los equipos de MSF en Katsina, incluidos casi 10.000 que fueron hospitalizados en estado grave.
Además, el número de menores con edema nutricional, que es la forma más grave y letal de desnutrición, “aumentó un 208% respecto al mismo periodo de 2024”, advirtió la organización.
“Desde principios de 2025, 652 niños han muerto en nuestras instalaciones por falta de acceso oportuno a la atención médica”, se lee en el comunicado publicado el viernes.
En un contexto de “niveles récord de hambre y violencia persistente”, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) advirtió el miércoles que suspenderá toda su ayuda alimentaria y nutricional de emergencia para 1,3 millones de personas en el noreste de Nigeria a fines de julio debido a un “déficit crítico” en la financiación.
Según David Stevenson, Director del PMA en Nigeria, casi 31 millones de personas en el país enfrentan actualmente hambre aguda, una cifra “sin precedentes”.
En las regiones del norte afectadas por el conflicto, el resurgimiento de la violencia por parte de grupos yihadistas –Boko Haram y, desde 2016, su rama, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP)– está provocando desplazamientos masivos, recordó la agencia humanitaria.
Nigeria es el país más poblado de África, con más de 213 millones de habitantes, y uno de sus principales productores de petróleo, además de una de las mayores economías del continente.
Sin embargo, cuatro de cada diez nigerianos viven por debajo del umbral de pobreza, según el Banco Mundial.
La abrupta congelación de la ayuda internacional ordenada en enero pasado por el presidente estadounidense, Donald Trump, junto con los recortes presupuestarios humanitarios anunciados por otros países europeos, han agravado la escasez de financiación de las ONG y han puesto en riesgo la vida y la salud de millones de personas en todo el mundo, y especialmente en África.
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