Los influencers alimentan el extremismo entre los jóvenes

En las redes sociales se multiplican los vídeos polémicos con narrativas extremistas contra las mujeres y las minorías, discursos que, según los expertos, ganan popularidad entre los jóvenes, alimentados por 'influencers' que muchos ven como ídolos.
El fenómeno no es nuevo ni exclusivo de Portugal: de la mano del ascenso de la extrema derecha, los jóvenes parecen volverse más populistas y la tendencia gana terreno especialmente en las redes sociales, donde las narrativas extremistas se vuelven virales y son compartidas por 'influencers'.
Iniciar sesión en una red social como TikTok, X o Instagram y no ver una publicación discriminatoria es un desafío cada vez mayor. Los creadores son a veces usuarios anónimos con pocos seguidores, pero también influencers digitales muy conocidos por los adolescentes.
Ricardo Soares, investigador del Centro de Investigación e Intervención Educativa de la Universidad de Oporto, ha estudiado las actitudes populistas de los jóvenes y explica que una de las principales influencias es la información consumida en las redes sociales.
Esto es especialmente cierto entre los niños, que “tienden a apoyar a partidos de extrema derecha y tienen actitudes más excluyentes”.
Una de las hipótesis planteadas es la relación con influenciadores digitales y, recientemente, Ricardo Soares analizó la presencia 'online' de algunos de ellos con más de 500 mil seguidores.
“Estos actores tienden a propagar narrativas nacionalistas, xenófobas y normalizar estereotipos de género o discriminación sexual”, denunció la investigadora, señalando que, por otro lado, muestran en redes sociales un estilo de vida lujoso que lleva a muchos jóvenes a verlos como “el sueño”.
“La narrativa que propagan del macho alfa, dominante, con éxito económico… Al entrar en contacto con estas narrativas y el posicionamiento de estas personas que quisieran serlo, se puede contribuir a la normalización, como si estuviera de moda ser de extrema derecha”, considera.
En las elecciones legislativas del 18 de mayo, uno de los influencers analizados incluso expresó su apoyo a Chega, a través de un video con más de un millón de visualizaciones donde mostraba un auto deportivo de lujo pintado con los colores y el logo del partido.
“Ser un influencer digital es actualmente el trabajo soñado de muchos jóvenes”, afirma el estudio, en el que los investigadores advierten de que “el poder que tiene una persona que ocupa un puesto al que aspira tiene en normalizar y perpetuar posiciones y valores problemáticos llega a ser verdaderamente preocupante”.
Las redes sociales como TikTok prohíben “contenido que promueva la discriminación, el odio o el acoso por características como raza, etnia, género, orientación sexual, religión o discapacidad”.
Solo en el último trimestre de 2024, la plataforma eliminó más de 176 millones de vídeos por violar las reglas, según el informe enviado a Lusa, pero esto no significa que muchos no terminen llegando a miles de personas.
Los algoritmos están diseñados para favorecer el contenido controvertido y polarizador. Ellos (los jóvenes) lo saben y suelen decir y hacer cosas escandalosas para conseguir "me gusta". Y lo lamentable es que esto les genera ingresos, criticó Tito de Morais, cofundador del proyecto "Agarrados à Net".
Ricardo Soares cree, sin embargo, que los jóvenes son mayoritariamente consumidores de este tipo de contenidos y que aún prevalece cierta vergüenza”, pero Tito de Morais, que dirige sesiones en varias escuelas como parte de la iniciativa, no está de acuerdo.
“En una sesión hace dos o tres semanas, cuando hablábamos del caso de la joven violada (en febrero por tres influencers), un estudiante dijo haber visto el video y otro me pidió que se lo enviara. No hay nada de qué avergonzarse”, dijo, argumentando que la popularidad de los influencers digitales y el potencial de viralización de contenido controvertido incentivan a los jóvenes a pasar de ser consumidores a productores.
Filinto Lima y Manuel Pereira, presidentes de las asociaciones nacionales de Directores de Escuelas y Grupos Públicos (ANDAEP) y de Dirigentes Escolares (ANDE), también confirman que la “moda” ya se trasladó de las redes sociales a las escuelas.
Aún así, el investigador Ricardo Soares señala que no todos los votos a partidos de extrema derecha reflejan una regresión en los valores democráticos y, según los resultados de la encuesta que realizó en 2023 con más de mil jóvenes de entre 18 y 30 años, muchos dicen identificarse con “valores progresistas inclusivos y plurales”.
“No son exactamente jóvenes en contra de la democracia, sino jóvenes con cierta fatiga democrática, que son críticos con el funcionamiento de la democracia, pero no están exactamente en contra del régimen en sí”, explica.
observador