El estilista que viste (y se hace amigo) de las chicas más cool de Hollywood
“Aunque creo que mi agenda está tranquila, no suele ser así”, dice el estilista Jared Ellner desde su sede en Los Ángeles, adonde acaba de regresar tras una temporada en Europa. Durante las últimas semanas, ha estado haciendo malabarismos con una serie de proyectos internacionales que se solapan, incluyendo el vestuario para la gira Short n' Sweet de Sabrina Carpenter y las fiestas posteriores a los Oscar, a las que asistieron cinco de sus clientes. Ahora mismo, Ellner podría ser una de las personas más ocupadas del mundo de la moda. “Pero esa es la gracia de esto”, dice el joven de 29 años. “Estoy muy agradecido de poder subirme a esta ola”.
Una nueva clase de jóvenes creativos está impulsando el entretenimiento: la prodigio de YouTube convertida en empresaria Emma Chamberlain , la potencia del pop Carpenter y polifacéticas figuras de Hollywood como Molly Gordon y Rachel Sennott , que escriben y protagonizan las películas independientes más comentadas de la actualidad. Además de un talento excepcional y estar en la cúspide de la generación millennial/Z, una cosa clave que estas mujeres tienen en común es Ellner, quien las estiliza a todas. "Todavía no sé del todo cómo sucedió", dice sobre la influyente clientela que ha reunido. "Los Ángeles es una comunidad muy unida; es un grupo de amigos hablando con amigos. Las personas adecuadas se aferran a ti si tienes suerte, y tú te aferras a las personas adecuadas si puedes encontrarlas, y simplemente se construye".
Molly Gordon en Thom Browne.
Ellner, un autoproclamado nerd de la moda que creció en los suburbios de Nueva Jersey, alimentó su obsesión tomando clases de costura y estudiando tanto moda como historia del arte. Se matriculó en Parsons para estudiar diseño de moda, donde desarrolló su resistencia para las noches de insomnio. Después de la universidad, consiguió un puesto de asistente en la ya desaparecida revista Garage . La primera sesión fotográfica que diseñó en solitario presentó a Chamberlain; aproximadamente un año después, su publicista lo llamó para preguntarle si consideraría trabajar con ella a tiempo completo.
Ellner tiene un historial de convertir a un cliente de novato en moda en figura habitual de primera fila. Un buen ejemplo es Chamberlain, quien se unió como embajador de Louis Vuitton —la primera vez para un talento nativo de YouTube— en 2019. Ambos trabajaron juntos en varios proyectos antes de su primera Gala del Met en 2021. "Después de eso, la relación se volvió mucho más seria", recuerda. (Son tan cercanos que Chamberlain modeló la línea de moda homónima de Ellner cuando se lanzó el otoño pasado).
Sabrina Carpenter con un Bob Mackie vintage.
Sennott fue su segunda clienta, una conexión que forjó gracias a su amigo en común (y coprotagonista de Shiva Baby ), Gordon. Él la estilizó para el estreno de la película, su primera vez trabajando con un estilista. "Éramos muy inexpertos, y ahora es una estrella de la campaña de Balenciaga", dice.
El conocimiento enciclopédico de la moda de Ellner informa su trabajo, y no tiene miedo de dejar caer una referencia de archivo, una táctica de estilo que ha provocado un acalorado debate entre los fanáticos en línea. "Creo que la gente está legítimamente cansada de esto, así que es un equilibrio de averiguar cuándo se siente auténtico, impactante y útil, y cuándo se siente como una muleta", explica. ¿Su guiño favorito al pasado hasta ahora? El vestido de Bob Mackie de Carpenter para los VMAs de 2024 , previamente usado por Madonna en los Oscars en 1991. "Estoy tan mimado con los clientes que hacen un buen trabajo al poseer un estilo que nunca me preocupa que se pierdan en una referencia", dice. Otro tirón favorito es Todd Oldham; Ellner vistió a Olivia Rodrigo con un look de la colección de primavera de 1995 de Oldham para celebrar el lanzamiento de su álbum Guts , y un año después, Carpenter lució un look de su desfile de otoño de 1994 para la víspera de Año Nuevo.
El estilista Jared Ellner.
El estilismo es íntimo y requiere una gran vulnerabilidad, por lo que, cuando se trata de los clientes de Ellner, la línea entre lo personal y lo profesional suele difuminarse. "Me siento muy cómodo y productivo con Jared, porque nuestra relación se basa en la amistad, no en los negocios", dice Chamberlain sobre su colaboración. "No tenemos miedo de discrepar y expresar nuestras opiniones, porque confiamos en el vínculo que nos une, lo que nos permite colaborar de verdad". Gordon coincide con este sentimiento: "Jared es muy generoso, cálido y amable, pero tiene una honestidad mordaz en la que confío al 100 %".
“Lo mejor del trabajo es que todas estas personas se sienten cómodas al permitirme acceder a aspectos tan personales de su físico, su imagen y su comunicación con el mundo”, dice Ellner. Con sus clientes de larga data, disfruta ayudando a crear una imagen general que va más allá de un par de años de looks. “El equilibrio del estilismo consiste en mantener a cada uno en su zona de confort, a la vez que se les da la libertad de experimentar y ser una persona diferente por un día, sin sentirse incongruentes con su marca personal”, explica. Un giro reciente y melancólico del que se enorgullece es el look de Chamberlain para la fiesta posterior a los Oscar, que podría ser su favorito: un vestido de Jean Paul Gaultier de Ludovic de Saint Sernin , realzado por un corte pixie rubio decolorado.
¿Otro hilo conductor importante para las clientas de Ellner? Si bien todas son talentosas, no se toman demasiado en serio. "Hay mucha gente que no se sentiría cómoda arriesgándose o haciendo algo, aunque sea mínimamente fuera de lugar, por un momento importante", dice. "Pero todas mis chicas son intrépidas".
Una versión de esta historia aparece en la edición de verano de 2025 de ELLE.
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