Un punto de inflexión en la historia: se descubrió el origen de los números

Los investigadores que estudian artefactos prehistóricos han encontrado evidencia de que la evidencia más temprana de que los humanos registraron números puede estar en simples marcas óseas hechas hace hasta 20.000 años.
El estudio, dirigido por Lloyd Austin Courtenay y publicado en Archaeological and Anthropological Sciences, explora cómo estos signos pueden revelar los orígenes del pensamiento numérico.
La investigación examina los "sistemas de memoria artificial" o SMA, objetos grabados con marcas repetidas que, según se cree, almacenan información fuera de la mente humana. Estas marcas se han encontrado en huesos, astas y palos que datan del Paleolítico Superior. Algunos artefactos presentan cientos de líneas cuidadosamente colocadas y ordenadas.
REPRESENTA UN CAMBIO SIGNIFICATIVO
Según Greek Reporter, estas marcas podrían haber permitido a los primeros humanos registrar cantidades, rastrear eventos o transmitir mensajes básicos. El equipo de Courtenay afirma que este comportamiento representa un cambio significativo: de depender únicamente de la memoria a usar objetos físicos para registrar ideas. Este cambio probablemente influyó en la forma en que los humanos aprendieron, compartieron conocimientos y construyeron sociedades complejas.
EXAMINAN HUESOS DE 1,7 MILLONES DE AÑOS
El estudio analizó 22 artefactos procedentes de África y Europa, algunos de ellos con una antigüedad de 1,7 millones de años. Entre ellos se encontraban huesos con marcas de carnicería, grabados artísticos y cortes secuenciales que se cree que representan números o recuentos.
Al comparar el espaciado y la orientación de las marcas, los investigadores pudieron distinguir las incisiones utilitarias de los sistemas de registro intencionales. Destacaron los artefactos con marcas verticales y uniformemente espaciadas. Estos patrones se distinguían de las marcas aleatorias de carnicería o los grabados decorativos. Según Courtenay, esta regularidad probablemente indica un diseño deliberado para representar secuencias o cantidades numéricas.
CONTANDO DESDE PALITOS DE FICHAS
Sistemas similares se observan en culturas posteriores de todo el mundo . Las cuentas inglesas medievales registraban impuestos, mientras que los mensajes de los aborígenes australianos registraban viajes o eventos. Sorprendentemente, estos ejemplos modernos comparten sorprendentes similitudes con los signos paleolíticos. Ambos utilizan muescas repetitivas y patrones estructurados para transmitir información.
Esta continuidad sugiere que los primeros humanos pudieron haber desarrollado métodos básicos de conteo mucho antes de que surgieran los sistemas de escritura formal. La primera escritura conocida data del 3400 a. C. en Mesopotamia, pero estas marcas óseas datan de decenas de miles de años atrás.
¿CUÁNDO COMPRENDIÓ EL SER HUMANO LOS NÚMEROS POR PRIMERA VEZ?
Los hallazgos plantean preguntas sobre cuándo los humanos comenzaron a comprender los números. Si bien los animales no humanos pueden reconocer cantidades pequeñas, el conteo simbólico (la capacidad de asignar signos o palabras a los números) parece ser exclusivo de los humanos. Las marcas óseas podrían representar un paso temprano hacia esta capacidad.
Sin embargo, los investigadores advierten que no todos los signos son necesariamente numéricos. Algunos podrían haber registrado el tiempo, enumerado eventos o simbolizado rituales en lugar de números específicos. No obstante, la existencia de secuencias organizadas sugiere un avance en el pensamiento abstracto y la memoria cultural. UN PUNTO DE INFLEXIÓN EN LA HISTORIA.
El equipo de Courtenay utilizó herramientas estadísticas avanzadas para analizar las marcas, centrándose en su espaciamiento y patrones. Este método evita juicios subjetivos y ayuda a confirmar si una serie de marcas es intencional y no accidental.
Los resultados sugieren que estos artefactos funcionaron como dispositivos de memoria, precursores de calendarios, contadores e incluso registros proto-matemáticos.
El estudio destaca cómo simples cortes en el hueso pueden marcar un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Al transformar objetos físicos en herramientas de memoria, los primeros humanos podrían haber sentado las bases del conteo, la escritura y las matemáticas modernas.
ntv